¿Un plan estratégico o un manifiesto de buenas intenciones respecto al autismo?

jaimeHace justo una semana os contaba que el Gobierno había aprobado en el Consejo de Ministros algo que era muy necesario: la Estrategia Española en Trastornos del Espectro del Autismo (TEA), y que esperaba que se hubiera hecho, con cabeza, con corazón y con ganas de poner recursos para que se lleve acabo.

Pues bien, cabeza y corazón sí que hay, pero recursos me temo que ninguno. Buenas intenciones todas las del mundo, que no concretan ni en plazos, ni en medios ni en cauces.

Os dejo el arranque y un par de párrafos del contenido que ha publicado al respecto Daniel Comin, fundador y responsable del recomendable medio especializado Autismo Diario y os animo a leerlo íntegro.

Sus impresiones coinciden bastante con las mías, el plan estratégico no se concreta nada, es un bonito canto al sol cuando lo que se demandan son medios y actuaciones de forma urgente. Y no solo respecto a las personas con trastornos del espectro del autismo, como bien dice Daniel necesitamos que se de respuesta a aquellos que tienen otros síndromes y trastornos menos frecuentes pero que están igualmente necesitados de respuestas.

Había dicho antes que os dejaba con lo que él ha escrito, aquí lo tenéis:

Estrategia Española de Trastornos del Espectro del Autismo”, y es que desde hace demasiado este tema ya venía trayendo cola, y parecía que nunca iba a materializarse. Y curiosamente, entre las familias ha generado el efecto contrario al esperado, un rechazo frontal, quedándose estupefactos los promotores y por ende el Gobierno de turno ¿Y por qué a nadie -salvo a los promotores- parece gustarle?

Quizá no sea el momento de exagerar virtudes, ni de entrar en la bien ganada desconfianza ciudadana, sino de intentar mejorar los defectos. Aunque si bien es cierto que este tema da para hacer mucha sangre, quizá sea más útil intentar hacer de la desgracia virtud e intentar ver qué es lo adecuado, qué no lo es, y qué suena a timo. Y entiendo perfectamente la visión pesimista de las familias, ya que en esta segunda ocasión (sí, la primera vez fue hace cuatro años) nuevamente llega al final de la legislatura y suena a pura manipulación electoral del tipo de vamos a darles unas palmaditas en la espalda, salimos en la foto y nosotros a lo nuestro, que es ganar votos. Pero también habrá que felicitar a quienes con gran tesón han estado durante todos estos años pidiendo lo mismo, aunque obtener, lo que se dice obtener, hayan obtenido otra cosa, pero algo es algo y todo grano hace granero.

Tras leer el documento con detalle, lo que cualquier lector concluye rápidamente es la inexistencia de partidas económicas, ni siquiera una mención. Es más, hay una traslación clara de responsabilidades hacia las Comunidades Autónomas, quedando el Gobierno Central como mero cómplice ideológico del asunto. Primer dilema. Porque el texto malo no es, es más, algunos de sus apartados son bastante buenos. Pero como plan estratégico obvian decir cómo pretenden llevarlo a cabo, por tanto en vez de plan estratégico no deja de ser una estupenda declaración de intenciones, o de reconocimiento de carencias o lo que comúnmente se denomina ««manifiesto». Ojo, carencias legales no parecen haber, ya que el marco legal ya contiende con absolutamente todas las reclamaciones que se vierten por parte de las organizaciones del sector y que en su contexto aparecen todas bastante bien expuestas en el documento, aunque hay carencias subsanables. No podemos hablar por tanto de tener un vacío legal, sino de un no cumplimiento de la legalidad actual, y por tanto, si no cumplen la ley a día de hoy, ¿para qué quiero yo un manifiesto?

(…)

Recomiendo la lectura sosegada del texto, en el cual no van a encontrar por ninguna parte nada sobre partidas financieras, nada sobre cómo pretenden llevar a cabo esas recomendaciones, nada sobre cambios específicos o de cómo se van a forzar a las CC.AA. a llevar a cabo estas recomendaciones, y en resumen no van a encontrar nada que suene ni a plan ni a estrategia, es decir, es un manifiesto de carencias, de acciones a realizar, que plasma bastante bien las carencias en diversos ámbitos de la vida de la persona, desde la infancia a la vida adulta, pero que en realidad, salvo admitir carencias y necesidades reales, pues poco más van a encontrar.

(…)

No sé si este manifiesto disfrazado de Plan Estratégico dará a las niñas y niños de Málaga una educación adecuada a sus necesidades, recuerdo a Daniela, Gloria, Carlos… y muchos más alumnos malagueños con autismo que las están pasando canutas debido a una incapacidad manifiesta por parte de los responsables de educación de Málaga para gestionar recursos destinados a las necesidades educativas especiales. ¿Hará este manifiesto que en Barcelona dejen de dar dinero público a psicoanalistas que se lo llevan calentito a cambio de hacer perder el tiempo a niños y sus familias? Tampoco sé si este presunto plan estratégico (osea, manifiesto) resolverá los problemas de Arturo en Galicia, o el acceso a secundaria de Javi en Madrid, o permitirá que Nacho tenga finalmente logopedia en Valencia. Y es que el problema es nacional, estamos entre el nada y el poco, y nos alegramos cuando nos toca algo menos malo. Condenados a lanzar los dados de la fortuna a ver si hay suerte y nos toca algo bueno en todo el recorrido vital de la persona con autismo.

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