Que siempre seamos capaces de ver dragones en el cielo y hadas bailando en las motas de polvo

imageMirando ayer al oeste pude ver esta maravilla efímera. Un cielo digno del vuelo de dragones. Un regalo inesperado y precioso para todos aquellos que supieran mirar, que fueran capaces de detenerse y ver.

A mi alrededor había otros que sí, que se pararon a maravillarse, y muchos ajenos al espectáculos que nos ofrecía el cielo, muchos a los que pasó inadvertido. Un cielo al que hay que elevar la vista con frecuencia, no para buscar dioses, simplemente para ver. Aquellos que quieran buscar dioses, mejor harían mirando en su interior.

El espectáculo tuvo lugar mientras yo corría, mientras Julia se divertía saltando en el interior de un foso lleno de arena con una pértiga en su escuela de atletismo. Cuando la recogí no hizo falta que preguntase si había visto el cielo de dragones, me lo dijo ella. Había visto ese cielo precioso, había sido capaz de verlo. Igual que es capaz de apreciar el bronce mágico de los ojos de un sapo, el arcoíris abriéndose paso a través del agua del acuario o las hadas que brillan en las motas de polvo.

Espero que sea así toda su vida, que la capacidad de maravillarse no la abandone, que sea siempre capaz de ver dragones en el cielo y hadas bailando en el polvo. Que nunca deje de ser del todo niña.

Que no lo dejemos de ser nosotros.

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4 comentarios

  1. Dice ser Luis

    Gracias!

    06 noviembre 2015 | 10:15

  2. Dice ser Bea

    que curioso, yo lo vi, pero fue gracias a mis hijos, especialmente a mi hija mayor, que me dijo que mirase que bonito estaba el cielo, justo en ese momento en que empieza a volverse de color naranja porque el sol ya se está ocultando, y gracias a ellos pude disfrutarlo. Seguro que de haber ido sola, con prisas como casi siempre, no me habría parado a contemplarlo.

    06 noviembre 2015 | 12:14

  3. Dice ser Jenesis

    Leí hace tiempo que la mitad de la belleza de un paisaje está en los ojos de quien lo mira.
    Yo añado que cuando perdemos la capacidad de asombro empezamos a envejecer.
    Gracias por compartir tu maravillosa experiencia.

    06 noviembre 2015 | 13:44

  4. Dice ser Paz

    Pues yo en el cielo, y en las montañas, y en los ríos y en los mares veo a Dios, y no soy menos que los que ven cielos donde los dragones podrían volar.

    06 noviembre 2015 | 23:05

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