Archivo de noviembre, 2015

‘Tiffany Dolorido’, una saga de Terry Pratchett para niños y para adultos #Unoalmes

mundodisco2Vaya por delante que soy una lectora entregada a Terry Pratchett desde que lo descubrí hace dos décadas. Es un escritor cuyo sentido del humor y reflexiones intercaladas entre magos, guardias, brujas y pícaros en el universo inventado de Mundodisco que sirven para dar un repaso a todo, dese el periodismo hasta la guerra o la religión, pasando por los clichés de distintos géneros, Australia o la civilización egipcia, no encajan con todo el mundo. Ahí está mi santo, por ejemplo, que no acaba de verle la gracia. A mí me encanta pero obviamente también a otros muchos, ya que es uno de los autores más vendidos del mundo.

Este prolífico escritor tiene cuatro libros que me gusta recomendar sobre todo a aquellos que tienen niños adolescentes, los de la saga de Tiffany Dolorido: The wee free men, Un sombrero de cielo, La corona de hielo y Me vestiré de medianoche. Como me he leído de nuevo, esta vez en ingles, el último libro de la saga, he decidido que sean los protagonistas de mi #Unoalmes, la recomendación literaria que cada vez más blogs hacemos la última semana de cada mes.

Sentíos libres de sumaros recomendando algún libro. No es preciso tener un blog, desde vuestras redes sociales podéis hacerlo usando ese hashtag.

Tiffany Dolorido (Tiffany Aching en inglés), es una aprendiz de bruja en una tierra caliza, áspera, de la que ella saca su poder. En el primero de los libros tiene nueve años y en el último dieciséis, en todos ellos tendrá que enfrentarse a distintas amenazas y a su propio crecimiento y conocimiento personal.

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¿Harías callar a tu pareja con una colleja, aunque fuera indolora?

image¿Harías callar a tu pareja (hombre o mujer, me da igual) con una colleja, aunque fuera indolora? No, claro. Menuda pregunta absurda, ¿verdad?.

Una calleja como la que vimos todos ayer, que no es una colleja cariñosa, no es una colleja de gracieta entre amigos. Su expresión corporal y las circunstancias son claras. Es un «calla la puta boca».

Pues un niño no merece menos respeto solo por tener menos años. Hay otras formas de educar y una colleja solo demuestra la incapacidad del que la propina para hacerlo.

Que no, que no es de cárcel, que nadie está libre de perder la paciencia y que se le escape la mano, pero tampoco por eso es defendible. Puede haber límites y autoridad sin alargar la mano.

Si con niños como el mío, que tiene autismo y nueve años pero muchas dificultades para entender y hacerse entender, las collejas, pellizcos o cachetes no tienen sentido, están proscritos y pueden volverse contra ti, por supuesto que se puede hacer con niños que no tienen discapacidad.

Y si para Rajoy (y hablaría igual si fuera Pedro Sánchez o Pablo Iglesias, que no se busquen aquí recados políticos) supone un problema y una vergüenza la espontaneidad y la sinceridad de un niño, (porque según mi santo es cierto que lo de Lama en el FIFA es una basura), que no lo lleve a un programa de radio en directo. Y no estaría mal explicarle que no se puede tachar de basura el trabajo de otra persona, igual que a él no le gustaría que otro dijera que un dibujo o una redacción suya lo son, pero la colleja no va a hacer que eso le entre mejor.

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‘Rescate’, un juego de mesa cooperativo en el que nos convertimos en bomberos

imageEsta vez os recomiendo un juego de mesa que a todos nos encanta, que hemos probado con más niños y a todos les ha entusiasmado (y con un auténtico bombero, al que también le divirtió), y que es además uno de mis favoritos: Rescate, de Kevin Lanzing, inspirado en la operativa de un grupo de bomberos ante el incendio desatado en una vivienda.

Una de las razones por las que me gusta es porque se trata de un juego cooperativo muy logrado. En la mayoría de los juegos de mesa toca competir unos contra otros, que está muy bien, pero se agradece que haya algunos como Rescate en el que hay que aunar fuerzas y en los que ganamos todos o perdemos todos. El otro es por su temática, que está bien llevada y encaja perfectamente con la mecánica que han ideado.

El objetivo es rescatar al menos a siete víctimas. También hay falsas alarmas.

El objetivo es rescatar al menos a siete víctimas. También hay falsas alarmas.

Ante tableros como este hay que discutir y ponerse de acuerdo sobre la estrategia a seguir. «Tu vete a rescatar a esa víctima mientras yo muevo la ambulancia para recogerla cuando salgas y él va apagando el fuego de la cocina». «Quiero romper esa pared para poder entrar a rescatarlos antes» «No lo hagas, que la casa ya está muy destrozada y se nos va a caer encima». «A ti se te da mejor apagar materias explosivas, vete a la cocina antes de que se propague el fuego por allí y tengamos una explosión» «¿No es mejor rescatar a las dos personas del salón antes?».

Como veis está realmente conseguido. En el equipo hay diferentes bomberos con distintas habilidades: sanitarios, a los que cargar con heridos les cuesta menos y que pueden aplicar primeros auxilios en el sitio; un jefe, que tiene dos puntos de acción extra para mover a cualquier otro bombero cuando termina su turno; uno que carga con un hacha y derriba paredes como nadie; un conductor, con el que es más operativo mover la ambulancia (para llegar a los heridos que hemos sacado de la casa) y el coche de bomberos (para extinguir un área desde fuera) por el perímetro; otro equipado con espuma ignífuga…

También hay distintos escenarios (casas), todas de estilo estadounidense, de esas de una planta y paredes de papel.
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Un niño con autismo, una perra que ha pasado por el abandono y el maltrato (mi hijo, mi perra)

imageJaime tiene nueve años y autismo. Es un niño feliz que dice muy pocas palabras y al que le encantan las cosquillas y la gelatina roja. Cuando vamos con él por la calle, a menos que sea por un sitio muy tranquilo o peatonal, lo llevamos siempre de la mano. No es demasiado escapista (hay bastantes niños con autismo que sí lo son), pero no mide los riesgos y puede salir en una carrera repentina hacia un coche. A sus abuelos ya les empieza a costar llevarle por la calle, es un niño grande y con mucha fuerza que puede dar buenos tirones. Uno de los objetivos a trabajar con él es que pueda andar solo, a nuestro lado.

A veces me han preguntado, sabiendo de mi amor por los perros y que tengo más conocimientos que la media, si no me interesaría tener un perro de asistencia para Jaime, un perro preparado para ayudarle con su autismo, para practicar el anclaje y evitar conductas de fuga, deteniéndose ante semáforos y pasos de cebra, para dormir con él y procurarle buenos sueños, para calmarle en momentos de estrés.

Pero es que, independientemente de que esos animales no son tan fáciles de conseguir, yo ya tengo perro, una perra ya anciana que lleva muchos años en la familia, de cuya compañía se benefician mis hijos.

Troya tiene unos dieciséis años y es paciente, tranquila y sociable. En muy buenas condiciones físicas pese a su edad y la mala vida que llevó antes de que diéramos con ella. Es nuestra perra desde que la adoptamos hace más de una década. Un cruce de caza de unos veinticinco kilos que viene del abandono y el maltrato. Cuando la adoptamos tenía mucha hambre acumulada, miedo a los hombres y a los petardos, leishmania y decenas de perdigones bajo la piel. El miedo a los hombres ha desaparecido, la leishmania está negativizada y ya no hay hambre acumulada, aunque no perdona cualquier alimento que toque el suelo.

Jaime llegó a casa cuando Troya llevaba ya unos años con nosotros, creció con ella, acostumbrado a vivir rodeado de animales (también tenemos dos gatos) con toda la naturalidad del mundo. Igual que su hermana, que ahora tiene seis años.

Hace ya más de tres años empezó a llevarla de la correa. En sitios tranquilos, en los que el tráfico no es un peligro. Trabajábamos con él así la atención y la autonomía.

Este fin de semana hemos salido a pasear por primera vez por la calle con un arnés de canicross que le sujeta a Troya. Y lo haremos mas veces. De hecho tendríamos que haberlo hecho antes. Ha ido tranquilo, caminando a su lado, con la seguridad de que no puede escaparse, pero tampoco intentándolo; suelto, sin ir de la mano, atento.

Al ver ese vídeo algunos me han consultado cómo hacerlo con sus propios perros. Yo no lo intentaría a menos que tengamos la seguridad de tener un animal tranquilo y confiable. Y teniendo en cuenta que nunca vamos a tener un verdadero perro de asistencia, algo para lo que es necesaria mucha preparación y conocimientos. Pero nuestro perro de familia puede hacer mucho. La Fundación Bocalan tiene el programa Paws en el que nos dan pautas para poder sacar partido en este sentido a nuestros perros, en cuya presentación estuve hace dos años. Si os interesa el tema, os recomiendo que no le perdáis la pista.

También me han preguntado varias veces qué perro tener si se tiene un niño con autismo. Suelo recomendar ir a una buena protectora, una de confianza en la que conozcan bien a sus animales, contarles nuestras circunstancias y buscar un animal tranquilo, ya adulto, de al menos veinte kilos de peso. No es necesario que sea de ninguna raza en concreto, tampoco me parecen recomendables los cachorros, juguetones, con una evolución desconocida y exigentes en atención y cuidados. Algún caso he conocido de precioso cachorro de labrador que ha tenido que ser devuelto al criador.

En este último vídeo podéis ver a Jaime hace cuatro años y medio con Melchor, uno de los perros de asistencia para niños con Autismo de la Fundación Bocalán.

 

 

 

Blancanieves, Cenicienta, Hansel y Gretel… los cuentos de siempre sin violencia e igualitarios

cuentosHace mucho tiempo que quería recomendar aquí la iniciativa de Érase dos veces (no es el único proyecto de CuatroTuercas, os invito a visitar su página, sus camisetas con mensaje me encantan), un esfuerzo de Pablo y Belén por poner a disposición de los padres recientes otras versiones de los cuentos clásicos que todos conocemos, mejor adaptados a los tiempos que corren y con unos mensajes y conclusiones muy distintos.

En sus historias se conserva el hilo argumental, los personajes con sus nombres y la magia, pero ha desaparecido el sexismo, la violencia y la desigualdad.

En su primera campaña de crowfunding en Verkami, de la que nacieron Blancanieves, Caperucita y Cenicienta, consiguieron bastante más del doble de la financiación que necesitaban para que estos cuentos vieran la luz. La segunda campaña, con La bella y la bestia, Los tres cerditos y Pinocho, terminó este mismo mes y triplicaron lo que pedía. En su web tienen algún cuento más a la venta, como La bella durmiente o La Sirenita.

¿Por qué Pablo y Belén se embarcaron en esta aventura? Así lo explican:

Cuando fuimos padres, nos cambió la vida. Comenzamos a tomar conciencia de cosas que antes no nos preocupaban: la barbaridad de coches que se pasan los pasos de cebra, la cantidad de ruidos que hay en la calle, las exigencias que se tienen con los niños, las mentiras que se les cuentan… y lo que se les lee antes de ir a dormir.

Un día rescatamos aquellos cuentos que en la memoria colectiva, esa que pocas veces cuestionamos, creíamos maravillosos. Y se los empezamos a leer a nuestra hija.

Casi sin darnos cuenta, le contábamos que la belleza es imprescindible en la vida, le decíamos que siempre tenía que esperar a que un hombre la rescatara, que debía ser sumisa y aceptar su destino. Le transmitíamos que no podía ser valiente, que el amor romántico la salvaría de cualquier desgracia y que debía llevar altos zapatos de tacón para gustar a los hombres. Le enseñábamos que a los niños se les abandona en el bosque, que debe obedecer siempre sin rechistar, que los lobos son malos y que debe temer a las brujas.

Al final nos saltábamos tantas partes, tapábamos tantas ilustraciones… que decidimos no leérselos más. Ella no entendía de arquetipos y enseñanzas insconscientes (ni falta que le hace). Ella solo veía que las princesas esperan y los príncipes deciden. Ella solo veía lobos devorando a abuelitas, bosques terroríficos y brujas que no eran sabias.

¿Crees que esta es la mejor forma de irse a dormir? ¿Crees que esta es la mejor forma de caminar por la vida? Nosotros no. Por eso, por todo eso, esta vez…. no se comerán perdices 😉

Por mis manos, y por las de Julia, han pasado dos de sus creaciones: Cenicienta y Hansel y Gretel. Fueron los que Pablo me recomendó, cada uno con una línea diferente.
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El primer cuento de hadas elimina el sexismo, apuesta por transmitir valores igualitarios. ¿Quién no ha pensado que eso de que el príncipe pudiera convocar a todas las jóvenes casaderas del reino y casarse con la que le viniera en gana era un abuso irracional de poder? Vale, tal vez no con esas palabras cuando era niño y se encontraba por primera vez con el cuento. A los cinco años pensarías algo del tipo «¡menudo morro, el príncipe!». Y muchos tal vez no siquiera cayeran en eso, zampándose el cuento sin más valoraciones. Sobre todo para esos niños es buena idea que esta versión en la que Cenicienta osa plantarse ante la realeza y cantarle las cuarenta ande por casa.

En el cuento no solo recoge la igualdad y empodera a Cenicienta, también reivindica la comodidad, que no seamos víctimas de la moda y deja escrito bien clarito que Cenicienta tiene dos tallas más que sus hermanastras.

Tal vez por eso las ilustraciones de Nacho de Marcos, pese a ser preciosas y trabajadas, me parecieron menos valientes que el texto. Al menos este cuento me pedía un trabajo más arriesgado, más acorde con el volantazo que suponen las palabras que lo forman.

Hansel y Gretel sigue otra línea. En este cuento se dulcifica todo: no hay padres que abandonen, no hay brujas malvadas, no hay hornos en los que meter carne humana. Lo que hay son malentendidos y una mujer buena a la que nos muestran cuando era joven y guapa y que arregla los desperfectos de su casa con dulces y bizcochos hasta que el padre de Hansel y Gretel decide echar una mano con materiales más convencionales.

Lo leía y pensaba en un post que escribí en 2013 llamado Sobre la dulcificación de los cuentos infantiles, precisamente ilustrado con una portada del clásico de Hansel y Gretel.

Hace pocos días, en casa de mis padres, Julia encontró el cuento de La casita de chocolate (otra forma de llamar a la historia de Hansel y Gretel) y se la estuve leyendo. Atendía con el mismo aspecto que debo tener yo viendo La lista de Schindler, El pianista o los fans de Juego de Tronos la escena de la boda roja mientras le hablaba de dos niños con una madre muerta, un padre que se plegaba a los deseos de una madrastra asesina de abandonarlos en el bosque y una bruja que quería engordarlos para comérselos.

Las versiones clásicas de La sirenita, Rapunzel y similares son por el estilo. Nada que ver con las dulcificadas y con final feliz de Disney y de muchas revisiones actuales.

¿Es que nuestros niños no pueden soportar la dureza de los originales? No lo creo. Más probablemente somos nosotros los que, queriendo salvaguardarles de todo mal, protegerles de los malvados y las maldades, nos resistimos a presentarles esas fábulas crueles llenas de monstruos, en las que muchas veces los peores son los padres.

Espido Freire coincide con esta visión: “hay dos razones por las que se han perdido esas advertencias. Por un lado, esta sociedad es menos violenta y agresiva. Y hay una sobreprotección que tiene que ver con la adolescencia, con ese miedo y ese cuidado del tránsito del niño al adulto. Es muy difícil alcanzar el equilibrio entre conservar la inocencia del niño y avisarles de la maldad que hay en el mundo, pero tienen que tener conciencia de que deben protegerse“.

Pero los malos del cuento no están creados por nada, esas historias son así de duras por algo. ¿Nos estamos equivocando?

Tal vez deberíamos estar escribiendo cuentos igual de tenebrosos en los que haya monstruos sentados tras ordenadores que quieren devorar niñas con camisetas de H&M en las que aparece Hello Kitty, en lugar de lobos en el bosque acechando niñitas con caperuzas.

“El peligro no ha cambiado demasiado, el lobo continúa siendo un lobo. Metafóricamente es lo mismo”, dice la escritora. “Otro ejemplo: Hansel y Gretel data de las grandes hambrunas del siglo XIV. Había canibalismo, se abandonaba a los niños para poder sobrevivir. Es un mundo muy distinto pero manda un mensaje actual. Cuando tú lees el cuento de Hansel y Gretel a los niños, ellos acaban captando que existe un peligro subyacente, que cuando papá y mamá no te pueden proteger, tú tienes que sacarte las castañas del fuego”

Esta nueva versión de Hansel Y Gretel que también aconsejo recorrer, invita a no fiarnos de las apariencias, a no juzgar apresuradamente. Pero también me gusta la original. Realmente son dos cuentos completamente diferentes con enseñanzas distintas.

Creo que me gusta más la idea de eliminar el sexismo de los libros que eliminar las advertencias atemporales de no fiarse de extraños, de ir preparándonos desde niño con historias inventadas para un mundo que tiene mucho de cruel y violento, en el que hay muchos peligros.

Tampoco estoy segura de si el lenguaje no es demasiado elevado. En los cuentos que he leído hay mucho texto y es más complejo de lo que estamos acostumbrados en otros libros infantiles. Yo soy de la idea de hablar a los niños con un vocabulario rico, de que lean y les leamos sin bajar el listón, pero no sé si aquí no será un puntito excesivo.

En cualquier caso son libros que nacen de una pretensión hermosa, bien hechos y cuidados, altamente recomendables. Tal vez nos encontremos que nuestros niños siguen prefiriendo las historias clásicas, pero es buena idea leer otras versiones para que aprendan a mirarlo todo desde diferentes ángulos y calen en ellos otros mensajes.

‘El viaje de Arlo’, una calidad técnica sobrecogedora y poco más

Peter Sohn

Juan Carlos Navarro al micrófono (miembro español del equipo), sus creadores Peter Sohn y Denise Ream y Manuel Carrasco, que pone voz a la canción de los créditos.

El viernes tuvimos la ocasión de ver una película a la que teníamos muchas ganas: El viaje de Arlo. Julia estaba loca por verla porque es una apasionada de los dinosaurios. De hecho el fin de semana anterior lo pasamos en una casa rural buscando huellas de estos animales por La Rioja y Soria. Yo tenía muchas ganas porque hablamos de un gran estreno de Pixar, una empresa que nos ha regalado maravillas.

Ahí están UP, con su perfecto arranque; Wall-e, que no nos cansamos de ver; Toy Story, cuya primera entrega acaba de cumplir 20 años, que vi en un cine que ha cerrado y que me dejó con la boca abierta; Cars, que sigue siendo la favorita de muchos niños; la divertida y trepidante Monstruos S.A.; Buscando a Nemo, con personajes inolvidables; Ratatouille, con su mensaje de que todos podemos hacer todo y no hay que despreciar de entrada a nadie; esa adaptación de Los siete samuráis que es Bichos; la revisión del mundo de los superhéroes de Los Increíbles o esa princesa sin príncipe de Brave… Sé que muchos consideran a Brave o Bichos películas menores de Pixar, yo diría que Arlo es la hermana pequeña de esas, solo por encima de las segundas partes de los universos de Cars o Monstruos.

Ir a ver un producto de Pixar es ir con la expectativa de encontrar una buena película, de las que hacen soñar y emocionan. Películas como la reciente Inside Out, que hemos vuelto a ver precisamente estos días y de la que soy una entusiasta.

Tantas expectativas han jugado en contra de El viaje de Arlo, que no está a la altura. Me encantaría poder decir otra cosa, pero esa es la verdad. Técnicamente es asombrosa, los paisajes en los que se recrea son muy hermosos, con una luz mágica, las texturas son perfectas, el agua está especialmente bien lograda. Poco más. Tal vez entre ese poco más esté ese aroma sutil a vieja película sobre la conquista del oeste y esos T-Rex vaqueros que ojalá fueran los protagonistas de la cinta.

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‘Fila Filo’, arañas y hormigas en un juego de mesa en tres dimensiones

imageMe prometí a mí misma que iba a traer aquí un juego de mesa todas las semanas, al menos mientras estemos en época de compras navideñas. Siempre juegos que hemos probado a conciencia, con frecuencia con varios niños, y que hemos comprobado que son divertidos y recomendables para hacerles hueco en las alforjas de los camellos.

Raro es que veáis alguna vez un juguete en este blog, pero cuentos y juegos de mesa sí, cada vez más. Creo que merece la pena destacarlos, recordar que están ahí como opción en estas semanas de sobreabundancia de anuncios de juguetes.

imageHoy es el turno de Fila, Filo, una creación de Roberto Fraga que distribuye Devir y que fue ganador este año en la categoría infantil de los Spiel des Jahres (que suena muy raro pero que son unos premios independientes, probablemente los más prestigiosos, de juegos de mesa).

Por cierto, tengo que confesar que a todos en casa nos gustaba más el nombre original del juego, con el que se llevó el premio: Spinderella.

Lo primero que llama la atención de Fila filo es que utiliza la caja para poder desplegarse de una manera que es a la vez ingeniosa y sencilla. A Julia le entusiasmó nada más verlo. Y gran parte del mérito es de ese montaje que lo convierte tanto en un juguete como en un juego de mesa.
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En un par de minutos tendremos montados dos pisos, en el inferior están las hormigas, cuyo objetivo es ir desde un extremo hasta el opuesto en el que está la comida sin ser atrapadas por las arañas, que se mueven mediante imanes por la parte superior. Arañas también hay tres, dos que se desplazan por la parte superior y una que sobrevuela las hormigas dispuesta a merendárselas, lo que implica volver a la casilla de salida con es hormiguita. Si las dos arañas de arriba se aproximan, la araña cazadora desciende para poder atrapar a las hormiguitas, pero para desplazarla por el tablero es preciso separarlas y elevarla. Precisamente por eso es la visión espacial lo que mas se trabaja en este juego, en el que el azar tiene un papel muy importante y que iguala las oportunidades de ganar de niños y adultos.

Aquí podéis ver en un vídeo muy breve cómo es su montaje:

¿Cómo se juega? Tan sencillo como edificar la tela de araña. Cada jugador (mínimo dos, máximo cuatro) tiene tres hormigas. El primero que llegue con las tres al alimento, en la mejor tradición del Parchis, gana. En cada turno tiramos tres dados. Dos numéricos, uno para conocer el número de movimiento de las arañas y otro para las hormigas. El tercero es el que designa si moveremos hormigas, arañas o un pequeño tronquito con el que podemos bloquear a las hormigas, impidiendo que avancen pero también ser devoradas. Las hormigas, por cierto, pueden acabar apiladas unas encima de otras o sobre el tronco, lo que puede facilitar bastante el trabajo a las arañas.
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Sin duda, un juego sencillo y muy entretenido, perfecto para pasar un buen rato en familia. Julia se enamoró de él desde la primera partida y el pasado fin de semana nos lo llevamos a una casa rural en la que había ocho niños de entre dos y once años y también fue todo un éxito.

Eso sí, hay que tener en cuenta que es un juego eminentemente infantil.

Quiero decir con esto que es un juego que pueden jugar niños con niños y adultos con niños, pero que no va a apetecer como entretenimientoentre adultos. No es así con otros juegos que he traído aquí, que igual son para adultos como para jugar en familia con niños a partir de cinco o seis años.

Sin ir más lejos, hace pocos meses hablé del Colt Express, que también ha sido uno de los cuatro ganadores del Spiel des Jahres 2015 y que tiene una mecánica más compleja e interesante.
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¿Programas como ‘La voz Kids’ o ‘Masterchef Junior’ deberían emitirse en horarios que no hicieran trasnochar a los niños?

LA PRESENTADORA Y EX MISS EVA GONZALEZ CON LOS COCINEROS PEPE RODRIGUEZ, JORDI CRUZ Y SAMANTHA VALLEJO NAGERA DURANTE LA PRESENTACION DE LA 2 EDICION DEL PROGRAMA " MASTECHEF JUNIOR " 16/12/2014 MADRID

Eva González con los cocineros Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo Nagera y algunos concursantes en la presentación de la segunda edición de ‘Masterchef Junior’. (GTRES)

Recuerdo cuando era niña luchar contra el sueño para ver el Un, dos, tres… También que el peor castigo era que me dejaran sin verlo (normalmente por lo mala comedora que era). Realmente es el único programa de televisión que recuerdo que me tuviera despierta a deshora, y además era un viernes, sin cole al día siguiente. Puede que me falle la memoria, pero me da la impresión de que raro era el programa infantil o familiar en aquellos años ochenta que nos tuviera levantados muy tarde.

Hace pocos días, la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) mandó un comunicado protestando sobre los horarios de programas dirigidos a un público infantil (o familiar) como los que menciono en el titular, que tanto en la televisión pública como en las cadenas privadas acaban a las tantas Y en días en los que luego hay que madrugar para ir al cole.

Es una queja que he oído con frecuencia a compañeros y amigos también respecto a los eventos deportivos, lo poco que les preocupa crear afición y que los niños puedan ver partidos al programarlos a horas tan tardías. Aunque ese tal vez sea otro tema y haya cambios en marcha: este mismo fin de semana fue noticia que el partido de los sábados a las 22.00 se suprimiría y en su lugar habría uno ese día a la 13.

Salvo en el caso de los niños cocineros, lo cierto es que en ARHOE hablan de programas que jamás ha visto Julia. Y Masterchef Junior lo ha visto siempre grabado y a horas mas normales, normalmente dosificado en trozos (es larguísimo). Quiero decir con ésto, que hay modos de regatear estos horarios (y la publicidad interminable que a veces acompaña a estas emisiones).

En cualquier caso, lo cierto es que me parece una reivindicación razonable y una pregunta que tal vez debamos hacernos, sin obviar que el rentable primetime español es el culpable y viene dado por nuestros horarios incomprensiblemente tardíos en el resto del mundo.

Responsables de la Comisión señalan que a raíz del auge de los talent shows infantiles y juveniles se está consiguiendo que numerosos niños y jóvenes en edad escolar permanezcan pegados a la pantalla a unas horas impropias para su edad. Destacan como ejemplos, entre otros, la reciente final en Tele 5 de La voz kids que comenzó a las 22:30 y terminó a la 01:00 de la madrugada o el estreno en la misma cadena de Pequeños gigantes, el día 2 de noviembre a las 21:50 y que se prolongó hasta la 01:20. O como Tu cara me suena mini de Antena 3.Y destacan también que este hecho no es privativo de las cadenas privadas, citando como ejemplo Máster Chef Junior de TVE o Clan TV, que emite dibujos por la noche. Todos estos programas tienen el denominador común de terminar a horas en que los niños deberían estar durmiendo varias horas.

“Tenemos con toda seguridad el dudoso honor de que nuestros niños sean los que más tarde se acuestan en la UE”, señala José Luis Casero, Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles. “No contentas con programar el prime time diario a unas horas intempestivas respecto a nuestros vecinos europeos, las cadenas de televisión de nuestro país, en aras de una feroz competencia por los índices de audiencia, invaden el tiempo de descanso de los más pequeños, con la anuencia incomprensible de algunos padres”, añade.

Desde la Comisión Nacional se solicita el cumplimiento de las normas de la Unión Europea sobre los contenidos y horarios de los programas infantiles de las televisiones y hacen un llamamiento a los padres para que controlen el tiempo que sus hijos pasan ante la pequeña pantalla y denuncien los sistemáticos incumplimientos de la franja horaria infantil y sus contenidos.

“Resulta incomprensible la inacción de nuestros poderes públicos respecto a estos problemas; el libre mercado no puede justificar nunca que se ponga en jaque la salud y el rendimiento escolar de nuestros pequeños”, manifiesta José Luis Casero. Y añade que “la irracionalidad de nuestros horarios está invadiendo cada vez más esferas de nuestra vida diaria y las iniciativas que en ocasiones se acometen desde las Administraciones quedan en saco roto en la mayoría de las ocasiones.No es normal programar un programa familiar a las 22.30 de la noche, como tampoco lo es salir de trabajar a las 20 horas o como en el caso de los periodistas, uno de los colectivos más perjudicados por nuestros irracionales horarios, convocar una rueda de prensa por la noche”.

Manuel Carrasco, Rosario Flores y David Bisbal, en 'La voz kids'. (GTRES)

Manuel Carrasco, Rosario Flores y David Bisbal, en ‘La voz kids’. (GTRES)

Por cierto, y hablando de horarios. Como recoje en su blog mi compañero Eduardo Madinaveitia, «el movimiento #mamiconcilia trajo ya el año pasado a España una iniciativa ya veterana en países anglosajones, que aquí se tradujo como #Salpuntual. La iniciativa tuvo una fuerte repercusión en los medios y, lo que es más importante, fue apoyada por algunas empresas que ayudaron a que sus empleados cumplieran ese objetivo aparentemente tan sencillo: salir del trabajo a la hora pactada entre la empresa y el trabajador».

Así que, ya sabéis, hoy #salpuntual del trabajo.

 

¿Cómo explicar el horror a un niño?

«¿Cómo explicar el horror a un niño?», me decía una amiga cuya hija mayor era un bebé el 11-M y que desde que nació hasta este viernes ha visto ya demasiados ejemplos del terror que los seres humanos nos causamos los unos a los otros. «¿Cómo les explicamos el sinsentido?» me decía, pidiendo que escribiera un post al respecto.

Amplío su pregunta. ¿Cómo explicar algo que uno mismo es incapaz de abarcar, de comprender?

El viernes por la noche estábamos en Soria, en una casa rural con otras tres familia con niños pequeños y la cobertura justa. En cuanto recibí el SMS con la alerta informativa avisé a los adultos que estaban allí conmigo, y entre todos fuimos siguiendo los acontecimientos cómo pudimos. «Dicen que al menos 20 muertos». «Al menos cuarenta». «Hay rehenes en una sala de conciertos». «Han evacuado a Hollande».

Aquella noche los niños jugaban felices y ajenos a lo que sucedía en Francia, sin preguntar. La mayoría tienen unos seis años, que es pronto aun para que vean interrumpidos sus juegos por la actualidad.

El sábado Julia me escuchó hablar del tema y una palabra captó su atención: París. ¿Muertos en París? ¿Papá y mamá preocupados por algo que sucede en París? Ella ha estado con nosotros allí, tomándose un sándwich en las Tulllerías, diciendo bonjour y merci, cruzando los puentes sobre el Sena. París para ella es el castillo de Aurora en Disney, es una ciudad muy grande en Francia, país que ha sido nuestro destino dos años seguidos en las vacaciones de agosto.

Y ahí sí, ahí preguntó: «¿Qué ha pasado en París?».

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Diabetes en niños, cómo detectarla

Hoy es el Día Mundial de la Diabetes (DMD), un día instaurado por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991, como respuesta al alarmante aumento de los casos de diabetes en el mundo para concienciar y prevenir respecto a esta enfermedad crónica.

Su propósito es dar a conocer las causas, los síntomas, el tratamiento y las complicaciones asociadas a la enfermedad. El Día Mundial de la Diabetes nos recuerda que la incidencia de esta grave afección se halla en aumento y continuará esta tendencia a no ser que emprendamos acciones desde ahora para prevenir este enorme crecimiento.

A mí me pilla de lo más concienciada, os lo aseguro. Mi padre es diabético de tipo 2, algo que le ha acarreado graves problemas de salud y limitaciones. Mi sobrina debutó con menos de un año con diabetes tipo 1.

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