Imagino que en cada idioma los niños de más de cuatro años tendrán sus propias batallas en su veloz camino hacia el dominio del lenguaje.
Siempre que me paro a pensarlo me sorprende cómo los niños logran en un periodo de tiempo asombrosamente corto unas competencias en el lenguaje extraordinariamente complejas. Probablemente que uno de mis hijos tenga autismo y luche duramente para comunicarse me hace más consciente del pequeño milagro cotidiano que es que en tres años escasos pasen de decir «mamá» o «agua» a elaborar frases complejas, tener un vocabulario de mil demonios y mantener conversaciones que son para grabarlas.
¡Qué divertido es conversar con ellos! Adoro ver cómo discurren, qué conclusiones elaboran y las expresiones que idean. Aunque ese es otro tema.
Como cualquier niño pequeño que se exprese en castellano, lo que más le cuesta a Julia son los verbos irregulares. Y recuerdo siempre lo que los terapeutas de su hermano y varias lecturas sobre la estimulación del lenguaje (aprovecho para recomendar de nuevo Hablando nos entendemos los dos) siempre aconsejaban no corregir cuando meten la pata. Lo mejor es proporcionar nosotros el modelo correcto y tener paciencia.
Es decir, que si hablamos bien ellos también lo harán pronto. También en esto somos modelos, como para casi todo. Y no son tantos los años en los que somos un espejo en el que mirarse. Habrá que aprovecharlo en todos los sentidos.
No es poca responsabilidad.
A mi me sorprende mucho la estrategia empleada en los Whass sapp y en los por los jóvenes dentro de algún tiempo ya no serán capaces ni de escribir normal ni de hacer una suma con boligrafo y papel.
Clica sobre mi nombre
23 mayo 2014 | 08:58
Hola Antonio Larrosa. De acuerdo con tu comentario.Me preocupa la futura ortografía de los jóvenes deformada por los correas electrónicos y la falta absoluta de lectura. Por cierto, para ayudarles a saber lo que utilizan con tanta frecuencia, te sugiero que escribas What’s up (traducido algo así como «qué pasa») en lugar de Whass sapp.
Cordial saludo
23 mayo 2014 | 10:20
Pues ni lo uno ni lo otro. Se llama WhatsApp. Es un juego de palabras con What’s up, pero cambiándo up por App, término inglés para las aplicaciones para móviles.
A mi no me preocupa que utilicen un lenguaje distinto para el WhatsApp, lo importante es que sepan que código de lenguaje utilizar en cada situación. No estoy tan segura de la falta absoluta de lectura de los jovenes, tampoco es que en España ninguna generación se haya caracterizado por leer mucho.
En cuanto al post, si, es divertido como hablan sobre los cuatro o cinco años. Mis hijos tienen ya 8 años, pero todavía se les cuela de vez en cuando alguna sobreregulación. Y algo que dicen tanto ellos como la mayoría de sus amigos es «lexión» por «lesión», y por más que les corrijo no hay manera de que lo digan bien
23 mayo 2014 | 10:47
Que tarden tres o cuatro años en aprender a hablar no me parece poco tiempo.
De hecho, seguimos aprendiendo toda la vida.
Que la lengua de tapo es tierna, pues lo es y un montón.
23 mayo 2014 | 11:24
es muy poco tiempo, hablar es uno de los procesos más complejos que hay, ojala todo se aprendiera igual, a que luego un segundo idioma no se aprende en menos de años.
La lenguaje de trapo es tierna cuando corresponde no en niños de 6 años como sigue habiendo
23 mayo 2014 | 12:05
Hola Almudena. Estoy de acuerdo contigo en los conceptos que has expresado, salvo que tampoco creo que sea «sobreregulación», sino «sobrerregulación» con doble «r».
Lo remarco porque como aparte de comentar has corregido a la gente, supongo que para tí es muy importante escribir correctamente.
Un saludo.
23 mayo 2014 | 12:26
Gracias por la corrección, Karise. Eso me pasa por querer dármelas de culta.
No era mi intención corregir a nadie, ni menos aún ofender. Simplemente creo que WhatsApp es un término complicado y quería aclarar como se escribe correctamente. Yo habitualmente y en conversaciones informales escribo «guasap» tal cual y así no me equivoco.
Por cierto, «ti» se escribe sin tilde
Un saludo
23 mayo 2014 | 13:14
Hola Karise.
Yo estoy de acuerdo contigo, salvo que tampoco creo que sea «tí», sino «ti» sin tilde.
Lo remarco porque como has corregido a la gente, supongo que para ti también es muy importante escribir correctamente.
Un saludo.
23 mayo 2014 | 13:16
Mis disculpas por el tono de mi comentario anterior. No quería ser descortés. Yo también suelo utilizar «guasap» informalmente.
En cuanto a la palabra «ti», la he puesto con tilde queriendo, ya que me ha saltado el corrector automático.
Quería que me respondieras como lo has hecho y la verdad, ha sido un buen cebo.
Un fuerte abrazo.
23 mayo 2014 | 13:36
No has sido descorte para nada, Karise. Y he mordido el cebo, aunque contestarte te hubiera contestado igual. Menos mal que no he sido la única en picar.
Madre reciente, la guerra de los verbos irregulares la hemos convertido en la guerra de la corrección ortográfica.Espero que nos disculpes 😉
23 mayo 2014 | 13:41
Jajajajaja. Un saludo
😀
23 mayo 2014 | 13:44
«Si todos cometemos herrores, ha ke biene tanto correjir ha los demás?».
Tolerancia, amigos.
Pongamos los intermitentes y demos los buenos días, que no cuesta tanto.
Ahhh, ducharse, que tampoco cuesta tanto.
23 mayo 2014 | 22:42
Almudena Ferrero: «…y quería aclarar cómo se escribe correctamente.»
La verdad es que los tildes son insoportablemente maliciosos, ¿no crees?
24 mayo 2014 | 00:37