Mirad las tres noticias que teníamos ayer en portada:
- Detenido en Cáceres un hombre de 33 años por abusar de, al menos, 22 menores. Los contactaba en Tuenti, se las apañaba para conseguir una foto de ellos desnudos y luego les chantajeaba.
- Detenidos el director y el jefe de estudios del colegio Valdeluz por encubrir los abusos del profesor, un tipo acusado de ocho delitos de abusos sexuales, uno de violación y otro de exhibicionismo cometidos desde 2006 contra alumnas de entre 12 y 17 años
- Detenido en Irún tras simular ser menor para obtener fotografías eróticas de una niña en Sevilla. 11 años tenía ella. Y él tenía muchas fotografías más.
Creo que los padres deberíamos empezar a ponerlos seriamente las pilas, porque hay mucho que podemos hacer. El conocimiento es poder, el conocimiento es el arma que tenemos que entregar a nuestros niños. Probablemente tendremos que hacerlo antes de lo que nos gustaría, pero la sobreprotección, la vergüenza o el deseo de que la inocencia infantil perdure todo el tiempo posible no pueden frenarnos.
Yo intentaré que mis hijos comprendan que no hay monstruos bajo la cama o dentro del armario, pero sí que hay infinidad de monstruos a dos patas acechando en la vida real y en el mundo virtual. Tendré que hablarles, adaptándome a su edad y capacidad de comprensión, de estas noticias, explicarles lo que sucede todos los días. Que muchas veces son desconocidos por Internet, gente que sabe ganarse la confianza de los demás y que mienten sobre quiénes son. Que muchas veces son profesores, familiares, amigos, monitores. Deben saberlo y deben saber defenderse.
Se pueden (y se deben) limitar los horarios de navegación, controlar con quién están, conocer a las personas con las que se relacionan, tal vez instalar filtros aunque en eso tengo muy poca fe…. Pero sobre todo deben saber. Y nadie mejor que nosotros para informarles.
Con Jaime no puedo más que estar vigilante. Con Julia, desde que tenía tres años, ya le he contado alguna vez cuando he visto que la situación era propicia que nadie debe tocarla si ella no quiere, que desconfíe si alguien alguna vez le dice que algo es un secreto que no puede contarme porque me voy a enfadar, que yo siempre la voy a ayudar y defender frente a cualquiera y que no todas las personas son buenas. Poco a poco, con cuidado, tienen que aprender a identificar las personas y situaciones de riesgo y cómo operan nuestros monstruos modernos.
El conocimiento es poder. No les hará invulnerables, pero sí más fuertes y difíciles de engañar.
Por cierto, no sé si conocéis la organización de protección de la infancia PROTÉGELES. Allí hay muchas herramientas e información útiles (además de las noticias), aquí tenéis el apartado de guías y tras las imágenes también. PROTÉGELES es el Centro de Seguridad en Internet para los Menores en España, dependiente del Safer Internet Programme de la Comisión Europea y galardonada en 2013 con el Premio Transforma de UNICEF a la Protección de la Infancia. Colaboran en campañas con distintas empresas como Disney, con la que hay una colaboración muy estrecha (justo esta semana, el pasado 11 de febrero, fue el día de la Internet Segura y en Disney Channel harán campaña hasta marzo).
Bueno, no si tanto es conocimiento es poder o si debería existir ya en este país una ley que avtúe de inmediato en la redes sociales. Pongo un ejemplo, llevos semanas un acoso sin descanso en facebook, y nadie puede ayudarme, ni la Guaradia Civil, porque es una red donde ellos no pueden hacer nada.
http://ow.ly/tCkBR
14 febrero 2014 | 09:45
Entiendo lo que quieres decir con el artículo, pero es mucho más real el peligro de que los niños se te suelten de la mano, crucen corriendo la carretera y les atropelle un coche (a los datos me remito).
Los niños no han de crecer con todos esos miedos, esa responsabilidad, viviendo en un estado de excepción permanente (hay gente mala, mienten, pueden ser mis profes, que no me toquen mis compañeros, ya me adelanta mi padre que se va a enfadar…)
Más que controlar cual perro policía por dónde navega libremente el niño, o ponerle un programa que lo espíe para estar nosotros a nuestras cosas, es mejor sentarse con él, dedicarle TIEMPO, y enseñarle para qué le puede servir la red. Hay que crear criterio en los niños, no prohibiciones tajantes y arbitrarias, hay que hacerle ver lo que es normal (más que acentuar las anormalidades), hay que afrontar esto no como que ahí fuera están los demonios esperando a que tengas un fallo para acabar contigo, sino, ahí fuera, y mediante internet, puedes desde hacer la compra en el super hasta seguir los tweets de la policía, puedes leer el periódico, buscar información para los deberes, tienes cursos de inglés, redes sociales para estar en contacto con la gente que conoces…
No hay que inculcar el miedo. Y hay que dedicar TIEMPO a los niños, dedicándoles TIEMPO veremos al momento si están tristes, preocupados, si algo les inquieta. Algo tan simple como que cuando vengan del cole preguntar «¿qué tal el día?, ¿qué has hecho en el cole hoy?» y HABLAR con ellos.
Internet no es el demonio, sí lo es la carretera, el cáncer de pulmón, comer alimentos procesados y los padres paranóicos.
14 febrero 2014 | 09:48
igual si le dices que nadie e toque si ella no quiere no se deja coger por el pediatra, hablar con ello y ojo con quien dejamos a los niños
14 febrero 2014 | 09:58
Obviamente no se puede vivir con miedo ni paranoico, pero hay que crear salvaguardas. Siempre es difícil moverse en el término justo y aristotélico, pero es a lo que creo que hay que aspirar 🙂
14 febrero 2014 | 10:01
En estos casos la comunicación es el mejor arma; comunicándonos adecuada y diariamente con nuestros hijos, esto es, si sabemos escucharles y les damos confianza, hablamos con ellos de la vida en general, de sus cosas, de las noticias de los medios, etc, según vaya surgiendo (sin crearles monstruos de dos patas no identificados, ni traspasarles nuestros miedos), ellos mismos van a tener la información suficiente y la autoconfianza, como para saber diferenciar y defenderse ante las circunstancias sin miedos prefabricados.
No hay niño más vulnerable que un niño miedoso y desconfiado.
Creo que la vida misma con lo bueno y lo malo se ha de explicar de forma natural, la vida en sí misma no es una amenaza si aprendemos a vivirla con sentido común
14 febrero 2014 | 10:33
Hay muchos niños que tienen miedo a los perros porque sus propios padres les temen y se lo han transmitido, simplemente porque los perros muerden y ladran, es un miedo inculcado, enseñado e irracional.
Pero si a un crío le enseñas cómo debe relacionarse con los perros, que no se tocan sin preguntar al dueño, que es mejor antes de tocarles que te huelan y vean y si se retira no tocarlo, evitar hacerlo en los cuartos traseros y por supuesto no tirarles de las orejas y el rabo, ese niño no solo no va a temer a los perros sino que va a respetarlos y disfrutarlos aunque ALGUNOS perros muerdan y ladren.
14 febrero 2014 | 10:42
Me parece interesante esta iniciativa del Council of Europe
http://www.underwearrule.org
Básicamente es educar a los niños sobre el hecho de que lo que cubra la ropa interior es siempre privado y que no deben dejar a nadie que les toquen ahí. Creo que es suficientemente clara para que la entiendan niños desde una edad muy temprana.
14 febrero 2014 | 11:20
Una solución de un compañero mío: tener el ordenador en el salón, no es su habitación. Cuando ya sean más mayores e identifiquen el peligro, sí que lo pueden tener en su habitación.
Otra es poner un poco de cinta de carrocero o cello a la webcam. Que la puedas utilizar cuando tú quieras y no cuando algún «pirata» quiera.
Y lo más importante, hacer ver a tus hijos/hijas que SIEMPRE SIEMPRE les vas a apoyar, pasen por el trance que pasen, que ante cualquier amenaza puedan acudir a ti, sobre todo cuando esa amenaza sea del estilo de que «tus padres se van a enfadar contigo cuando se lo cuente».
14 febrero 2014 | 12:46
A mi no me parece buena idea el llenar a los niños la cabeza de miedos, estados de alerta y amenazas de enfadarnos ante situaciones que, por mucho que se intenten adaptar a su entendimiento, no lo van a comprender. Y menos en niños de tres o cuatro años. No debemos pasar esa responsabilidad de la defensa a niños tan pequeños, creo que son recomendaciones para niños más mayores. Lo que creo es que un niño de tres o cuatro años debería estar totalmente libre de esto si nosotros como padres estuviésemos en nuestro sitio y los niños igual, me explico, un niño de tres o cuatro años no debe estar con un ordenador a su libre albedrío, ni debe ni puede, no creo que sea capaz de meterse en páginas «raras» o chatear, debe estar a cosas de su edad y siempre bajo la supervisión de sus padres. Tampoco debemos dejarles según con quién, que parece que cualquiera vale para poder nosotros hacer nuestros planes, la chica que menos dinero me lleve o la amiga de la amiga que viene a casa y se queda por una cantidad irrisoria y ni la conocemos. Ahí estamos nosotros propiciando el peligro, a saber si esa chica organiza alguna en la casa. Peligros y sinvergüenzas ha habido siempre pero no hemos vivido con el terror y el pánico, a mi me han hecho recomendaciones pero jamás he vivido atemorizado ni escuchando a mi madre decir que no me tocase nadie o hablándome de los monstruos de dos patas. Creo que hay que vivir más destensionado y más preocupado de vigilar a nuestros hijos nosotros y no cargarles a ellos una responsabilidad que no les pertenece, eso es algo nuestro. Los niños tan pequeños tienen que vivir una infancia, no digo mundos de Yupi, pero sí dulce y sin preocupaciones propias de adultos y sin conversaciones de viejos.
14 febrero 2014 | 14:23
Estoy deacuerdo con el blog.
Hay que estar documentados e informados para poder proteger a nuestros hijos, y para poder ofrecerles las herramientas necesarias, para que aprendan a protegerse y defenderse por sí sólos.
Yo tengo que reconocer, que me cuesta mucho trabajo hacerlo….símplemente, no sé cómo.
Está claro, que la base es el diálogo…el problema está en que no sé qué responder a determinadas cuestiones.
No encuentro el punto justo , entre educar hijos felices, confiados y resueltos y criar hijos desconfiados y miedosos……
En un alarde de sinceridad, me cuesta hacerlo.
17 febrero 2014 | 17:38