Muhammed Muheisen es un fotógrafo con un nutrido historial de premios, Pulitzer incluido, nacido en Jerusalem que ha estado haciendo retratos de niños afganos que viven refugiados en un barrio pobre de Islamabad, Pakistán, niños marcados por la guerra y creciendo en un país extranjero.
Todas las imágenes, que han ilustrado varias páginas de la revista Time y de las que os traigo solo una pequeña parte, se tomaron entre el 24 y el 27 de enero de este año. No ha pasado ni siquiera una semana. Es inevitable que recuerden al célebre y ya icónico de Sharbat Gula.
Miro a esos niños, que son idénticos los míos en lo fundamental: merecedores de amor, cuya única actividad debería ser el juego, en los que radica la esperanza de construir un mundo cada día mejor, y bien sé que deberían ser iguales a los míos en oportunidades.
No se me ocurre otra manera de salir del lodazal que entre todos estamos creando. Y no vamos por el buen camino.
Os dejo con los retratos de Muheisen (aquí tenéis otra buena colección de extraordinarias fotos suyas):
Fotos: (AP Photo, GTRES)
Que lejos parecen estar de nuestra vida, pero como nos acercan esos ojos.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
03 febrero 2014 | 08:25
Gran post! Invita a la reflexión.Soy de las que piensa que el «eso no nos va a pasar nunca» y el hecho de que nos quede un poco lejos nos podría pasar factura.
Un saludo.
Andrea.
http://www.concilia2.es/blog/
03 febrero 2014 | 08:29
Cuidado con las fotografias o videos colgados de internet… Hasta los mas honrados periodistas cometen (a veces) el error de ser muy alarmistas en sus titulares (en este caso con fotografias de niños «demasiado» sucios):
Recordad el reciente bulo x internet del niño que «dormia» entre las tumbas de sus padres…. Las imagenes pueden sacarse de contexto facilmente.
No obstante las fotografias de este hombre son maravillosas, y desprenden (al menos yo asi lo siento) un gran sentimiento de amor y calor…
03 febrero 2014 | 11:56
Los colores de la ropa , el pelo y demás, están en perfecto equibrio……..ésto no puede ser casual,aún así, me averguenza mirarlos a la cara.
03 febrero 2014 | 12:06