Los niños son pequeños, pero no son tontos (tampoco a la hora de comer)

El título del post es aplicable en numerosas circunstancias, pero a la que me quiero referir hoy es a la culinaria. Estas pasadas fiestas, con sus reuniones interminables ante mesas propias y ajenas viendo una procesión de alimentos con frecuencia nuevos o que no se comen precisamente a diario, son una buena manera de comprobar que los niños serán pequeños, pero no son tontos.

«Los niños comen antes. Somos tantos que no cabemos. Y ellos están acostumbrados a hacerlo más temprano. Les preparamos cosas que les gustan, pollito empanado, patatas fritas, macarrones, croquetas… ya sabes Y luego ya comemos nosotros», me contaban hace un mes.

Pues en mi familia nuestros niños comen a la mesa con nosotros, al mismo tiempo. Eso de la mesa de los niños (alguna me tocó cuando era yo pequeña) no me cuadra demasiado. Y no veáis cómo se lanzan al salmón ahumado, las gulas (para angulas no llegamos), las gambitas de Huelva o el jamón del bueno. Estas fiestas hemos descubierto que Julia se pirra por el rape y Jaime por el cordero.

la foto-7 Y podríamos ampliar el refrán: puede que algunos niños tengan discapacidad, pero tampoco son tontos. Jaime, que ya sabéis que tiene autismo, es un amante del jamón. Pero ojo, no de cualquier jamón. Cuando ve un plato con jamón cortado se lanza a devorarlo encantado. Pero si al metérselo en la boca resulta que es de ese jamón carnoso cortado gordo tirando a malo o está salado o duro, no dudará en escupirlo al suelo (por suerte para nuestra perra, que siempre está al quite).

El jamón de la imagen que nos ha mandado Navidul, que probablemente ya sabéis que tiene una campaña de bienvenida al mundo con jamón bajo el brazo en lugar de pan, nos va a durar bien poco. Y yo no voy a comer nada y mi santo muy poco.

Aprovecho la tesitura para reivindicar calidad y variedad en los menús infantiles de los restaurantes.
Los niños, por ser niños, comen menos cantidad, pero limitarles a fritos, embutidos regulares y pasta es sangrante. Sobre todo llama la atención en las bodas, con los adultos entregados al tripeo de calidad (se supone) y los niños con el típico plato de lomo, calamares y croquetas. He visto abundancia de pequeñas y deliciosas croquetas de boletus ofrecidas a los adultos de entrante y luego las típicas croquetas de jamón congeladas en los platos infantiles. Clama al cielo.

Si habéis visto MasterChef Junior… ¿imagináis a uno de esos niños en esta tesitura croquetil?.

Me diréis que muchos niños no quieren probar cosas nuevas, que por eso con ellos es siempre sota, caballo y rey. Pero yo me pregunto si sería antes el huevo o la gallina. Tal vez seamos nosotros los que les hemos hecho de gustos tan restringidos ofreciéndoles siempre lo mismo.

Insisto, serán pequeños, pero no son tontos. Al que no le gusten los carabineros tal vez le chiflen los percebes, seguro.

20 comentarios

  1. Dice ser Isra

    Mis retoños comen de todo, incluso platos que muchos adultos no prueban por exóticos. Siempre tuve claro que era mi responsabilidad educarles para poder disfrutar sin prejuicios del placer de la comida (amén de poder llevar una dieta sana).

    Besos

    10 enero 2014 | 08:58

  2. Dice ser Blanca

    Totalmente de acuerdo, sobre todo en lo de los menus infantiles de los restaurantes. Vivimos en Francia, donde se supone que se come bien… Pues los menus infantiles son, vayas donde vayas, a elegir entre nuggets, hamburguesa y jamon York y de acompañamiento patatas fritas. E incluyen una bebida gaseos. Muy dietetico. Prefiero gastarme un poco mas y que coma bien, aunque no se lo termine. No puedo con esos menus!

    10 enero 2014 | 09:22

  3. Dice ser Gema

    Estoy de acuerdo, ni peque come todavía muy poco, no llega a los dos años, pero le doy a probar de todo lo que comemos, y casi todo le gusta. En casa de mi familia como es la única pequeña come con nosotros y no hay problema, pero en casa de la familia de mi marido, como hay muchos niños comen primero, y siempre hay una lucha con ese tema, porque quieren ponerles los típicos fritos que dices, y como yo este año me he plantado y he dicho que para mi hija cogía un poco de lo de la cena de adultos, todos los niños se han sumado. Porque como tú dices, son pequeños, pero no tontos

    10 enero 2014 | 09:50

  4. Dice ser Gema

    Y respecto a lo de los restaurantes, también tienes toda la razón, te siguen cobrando una barbaridad por un menú infantil, y no es más que un puñado de patatas con fritos y unos macarrones con tomate de bote. Yo de momento la niña come de lo que pido yo, ella come poco y yo también como un poco menos, que no me viene mal. Cuando sea más mayor ya iremos viendo. Pero tengo el ejemplo de lo que hacía mi madre, que tampoco es muy amiga de los menús infantiles, y me parece una buena solución, hacía que mi hermana y yo nos pusieramos de acuerdo en lo que queríamos y compartíamos un plato de adulto, que no solo hace que comas mejor, sino además es educativo, hay que ponerse de acuerdo, y se ve que no se desperdicia comida, porque entre dos si te comes un plato, de hecho, ahora de adultas, muchas veces en comidas familiares mi hermana y yo seguimos compartiendo platos, cuando vemos que va a ser mucha cantidad y que no vamos a poder con todo (aun teniendo que escuchar a los abuelos que son los que suelen pagar esas comidas diciendo que que van a pensar de que compartamos, que si nos falta dinero)

    10 enero 2014 | 09:57

  5. Dice ser albitaguapa2

    por una vez todo de acuerdo,los niños no son tontos los hacemos muchas veces, como por ejemplo los horrorosos menus infantiles que deberian estar prohibidos, que tengan raciones mas pequeñas, estaria bien pero no solo espagutis nuggets y hamburguesas

    10 enero 2014 | 10:00

  6. Dice ser familia viajera

    Estoy de acuerdo en todo.

    Me parece especialmente importante compartir mesa a diario. Cuando toda la familia come juntos, los hijos aprenden las buenas costumbres y maneras de los mayores y se les educa el paladar. Y lo mejor: Se pasa todos los días un buen rato todos juntos.

    10 enero 2014 | 10:24

  7. Dice ser blanca

    Mi hijo de siempre ha preferido menús de adulto, cuando era más peque, le dábamos de lo nuestro sin pedirle menú a él (porque no se comía el menú entero).
    De hecho, por su comunión él comió como los adultos, mientras que a sus primos de misma edad o mayores hubo que pedirles las típicas frituras del «menú de comunión infantil».
    Supongo que a la hora de comer también es importante educar en comer variado, no por ello vamos a eliminar pasta y fritos, pero en mi casa se comen cuando toca, no por sistema.

    10 enero 2014 | 10:44

  8. Creo que estas navidades hemos compartido la cara de «Pero qué me estás contando».
    En mi casa los niños siempre han comido con los mayores y lo mismo que ellos, pero también me ha tocado asistir a comidas en las que los niños ya no es que tuvieran un menú distinto, es que venían ya comidos. Alucinante. Lo más gracioso del asunto es que luego se sorprenden al ver comer a mi niño, porque come de todo y con gusto, y lo mismo unas lentejas que unos mejillones.
    Por cierto, a mi niño el jamón no le gusta, y tengo ese mismo en casa haciéndome ojitos jajajajaajaja.
    Besos!

    10 enero 2014 | 10:58

  9. Dice ser bego

    Muchas veces somo nosotros los padres, los que les animamos y además les llevamos a comer ciertos alimentos que no son muy saludables que digamos, pero que enganchan: hamburguesas, pizzas, todo tipo de refrescos y zumos industriales, bollos, churros, etc ; y si por un casual en un cumpleaños donde va toda la clase a un niño no le gusta la hamburguesa o la pizza, se le mira como a un bicho raro (más los padres que los propios niños); desde bien pequeños se les anima en todas partes a que prueben y coman ese tipo de productos ¿quiénes? nosotros mismos y luego nos quejamos que no comen lo que debieran.
    Pese a todo (familia incluida), mi hijo no come ni hamburguesas (mi filete ruso sí), ni pizzas, ni coca cola ni maxi zumos, simplemente no le gustan y YO encantada de ello; en un cumple tuvo que decir a la mami de turno que era alérgico a la pizza para que dejara de insistirle porque no podía creer que no le gustara.

    Tiene ahora 10 años y sigue en las mismas, comida basura y bollerías industriales no entran en su esquema y YO sigo alegrándome, he sido afortunada

    10 enero 2014 | 11:23

  10. Dice ser María

    Yo creo que educamos mal a nuestros hijos. Veo a muchos padres preguntar a los niños que quieren comer.
    No deberíamos darles opción a elegir, se come lo que hay y punto http://xurl.es/9ik46

    10 enero 2014 | 11:37

  11. Dice ser bego

    En cuanto a lo de las mesas y los niños: en mi casa comemos todos juntos y cuando hay celebraciones en casa también, ahora bien, cuando nos juntamos con los amigos y sus hijos que en total somos 10 adultos y 15 críos y comemos por ahí, sí les ponemos a los niños juntos y apartados porque el jaleo de conversaciones es tremendo; ellos se sienten mayores hablando de sus cosas y en «su mesa» y nosotros conversamos más tranquilos.

    10 enero 2014 | 11:44

  12. Dice ser Brisha

    La mayor (tengo dos niñas) no le gusta el pescado por lo que le suelo hacer siempre el mismo (palometa negra empanada, por su parecido a la pechuga de pollo; y merluza rebozada..)
    Un dia estaba yo en la cocina preparandome una sardinada frita de esas de escandalo y aparecio por la puerta levantando la nariz.

    -Que bien huele eso Papa!!

    Le di una, para probar, eran pequeñas y con pocos «pelos», bien limpias pero del tamaño poco mayor que un boqueron grande.

    Que me tube que preparar otro plato, se zampo ella solita una docena de una sentada.

    Desde entonces le doy a probar todo pez que entra en casa (y soy un amante de este tipo de comida).

    De la pequeña no hablo, aun esta en la fase de «todo a la boca» por lo que se ha puesto morada estas navidades.

    10 enero 2014 | 13:05

  13. Dice ser acerswap

    Mas que la variedad, se debe fijar uno en la calidad. Que a un niño le gusten mas cosas o menos cosas es algo que depende de el. Lo que no se debe permitir es que por el hecho de ser un niño se le den productos de menor calidad. Pudiendo haber croquetas caseras, ofrecerles unas precocinadas es una aberracion.

    10 enero 2014 | 13:24

  14. Dice ser albitaguapa2

    con lo ultimo no estoy de acuerdo, si solo le gusta la pasta por mucho que sea casera y o con salsas naturales, estamos en las mismas tienen que comer de todos los grupos, no todas las verduras, de acuerdo pero si algo de verdura y así con todo

    10 enero 2014 | 16:26

  15. Dice ser familia viajera

    Mi hija puso una vez en una redacción de francés «me gustan las verduras» y la profesora la corrigió: «No me gustan las verduras.» Pensaba que se había equivocado. No podía creer que a una niña de 12 años le gustasen las verduras. ¡Alucinante!

    10 enero 2014 | 18:15

  16. Dice ser albitaguapa2

    que fuerte lo de la profe, en vez de reforzarlo y decirle que bien

    10 enero 2014 | 19:11

  17. Dice ser Paz

    En mi caso, los niños comen antes, porque aún necesitan ayuda para comer, sobre todo para que no se despisten. Comen lo mismo que los mayores, peor antes. Si comen con todos, los que comen después de todo el mundo somos su padre y yo y así no se disfruta de la comida!

    10 enero 2014 | 19:53

  18. Dice ser Paula

    Ojalá pudiesemos comer juntos en casa, pero con los horarios que tenemos, no podemos tener a la niña sin comer hasta las cuatro de la tarde. Eso sí, los fines de semana, los tres juntos en la mesa, y todos comemos lo mismo, faltaría más, y si puede ser de cuchara, todos tan contentos.
    La mía no le encuentra la gracia a los rebozados, ni a la pasta. De hecho a mí me encanta la pasta y en casa la comemos menos de lo que a mí me gustaría, porque a ella no le gusta nada. Sin embargo sería feliz comiendo a diario sopa de cocido.
    Y también le encantan las gulas y los langostinos.

    10 enero 2014 | 20:26

  19. Dice ser mari mar

    No me gustan estos tipos de post………….y me refiero a los que se presentan previa publicidad.

    11 enero 2014 | 11:31

  20. Dice ser Inés

    Totalmente de acuerdo.
    Los míos se mueren por los «bichos» (marisco); claro que no son tontos.

    12 enero 2014 | 00:04

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