¿Quién no guarda algo de su infancia?

22125516_5659765El otro día descubrí por casualidad el blog La buscadora de libros en el que una librera busca libros que otros desean por distintos motivos. En ese blog hablaban de Las aventuras de Zaro, una colección que yo tengo casi completa (puede que entera, ahora que reviso la imagen, tengo que asegurarme) en la que un niño extremeño iba encontrándose con distintos animales patrios: el sapo, el azor, el toro bravo, la gineta, el buho…

Los adoraba. Los guardo como un tesoro para cuando mis niños puedan disfrutar con su lectura. Por lo que pude ver por Zaro y el cuco pagan 40,3 euros y por Zaro y el azor 21 euros. Yo no los vendo, pero si alguien por ahí los tiene en casa, ya sabe dónde tiene que dirigirse.

Como os decía, yo no los vendo. Y entiendo al que, teniendo dinero, está dispuesto a gastarlo en esos libros. Puede ser para dárselos a sus hijos. A fin de cuentas es lógico pensar que lo que a ti te fascinó de pequeño también podría enamorar a tus retoños. Y compartirlo con ellos es, un poco al menos, volver a ser de nuevo un niño. Puede ser también para uno mismo, para reencontrarse con su infancia.

Todos lo hemos hecho. Yo he leído a Julia El principito y los cuentos/poemas de Coleta la Poeta de Gloria Fuertes. También he visto con ella de nuevo Dartacán y los tres mosqueperros, Erase una vez la vida y Tod y Toby, mi película favorita de Disney, la primera que recuerdo ver en cine.

¿Quién no guarda algo de su infancia? ¿Quién no lo busca para recordarlo o presentárselo a sus niños? Seguro que vosotros también lo habéis hecho.

Las empresas son conscientes y juegan a reeditar la nostalgia: ahí están las canciones de Los payasos de la tele o Heidi aún vendiéndose o esas versiones modernas de La abeja Maya en su país multicolor.

Hace muy poco he comprado por menos de cinco euros una película que me encantó de pequeña: El último unicornio basado en un libro delicioso de Peter S. Beagle. He podido ver con Julia fragmentos en Youtube, un gran aliado si se sabe usar bien. Pronto podremos ver entera esta preciosa historia.

Y ando a la caza de otra película: El caballito jorobado. De 1975, rusa, en verso… la pude ver una única vez siendo muy pequeña pero se me quedó grabada a fuego. Dibujaba los caballos que la protagonizaban con los rotuladores amarillos más brillantes que encontraba. No recordaba de ella el título. Hace dos días estuve buceando en Internet sin descanso hasta descubrir qué película era. Casi doy botes en la cama con el portátil en las rodillas. Ahora el siguiente reto es conseguirla.

Juguetes no guardo ninguno. No era una niña de muchos juguetes la verdad, prefería los cuentos, los praos asturianos, la bicicleta y algunas películas y series. Creo que el juguete que más disfruté, al que más tiempo dediqué, fue la maleta-casa de Pin y Pon que os muestro en la foto. La he encontrado en Segunda Mano y he escrito, a ver cuánto piden por ella.

Por cierto, menuda decepción los modernos Pin y Pon, los prefería con mucho como eran antes. Y me consta que no soy la única.
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Es vuestro momento. ¿Os apetece compartir vuestras nostalgias infantiles?

14 comentarios

  1. Buenos días madre reciente. ¡Estupendo tu blog! Muchas gracias por esa referencia. la razón principal por la que creé mi blog es por esa nostalgia de la que tu hablas, por ese volver a la infancia gracias a un libro, un juguete o una película. Esa es la magia de las pequeñas cosas. Conozco la película rusa de la que hablas, la tenía grabada cuando era pequeña y sé que luego la he vuelto a ver, en Beta. Pero ya no tengo esas cintas, una lástima.
    ¡Un fuerte abrazo compañera de la blogosfera y enhorabuena por tu blog!

    16 abril 2013 | 08:54

  2. Dice ser Lola

    No guardo nada de mi infancia porque me cambié de país y no pude llevarme siquiera un libro, pero lo que sí hice fue comprar todos los clásicos infantiles que leí para regalárselos a mi hija.
    Mi hija era más de barriguitas que de pin y pon, el otro día vi las modernas y la verdad es que prefiero la antiguas.

    16 abril 2013 | 10:16

  3. Dice ser Gonzalo

    Yo tenía Zaro y el azor, lo recuerdo vagamente. Que recuerdos

    16 abril 2013 | 11:22

  4. Dice ser Pacs

    Al ver la casa- maleta de Pin y Pon casi me emociono..yo la tenía y me encantaba!!! Aún rondan por casa de mi madre algunos de los pequeños muebles que tenía la casita…Te doy la razón respecto a los nuevos pin y pon, no hay comparación, los nuevos son mucho peores!

    16 abril 2013 | 11:24

  5. Dice ser Ranial

    Es cierto que es muy agradable rememorar tu infancia, es un volver a soñar y porqué no….recuperar ilusiones.

    16 abril 2013 | 11:42

  6. Dice ser Sandra

    Es muy bonito, poder enseñar a tus hijas, los recuerdos y detalles que te hicieron tan feliz a su edad, a ellas les encanta .

    16 abril 2013 | 11:45

  7. Dice ser Susana

    Yo era mucho de jugar por los prados astures también. Hasta los 6 años vivía en una aldeita asturiana de 40 habitantes donde a mi madre le dieron escuela. Luego ya nos mudamos a una gran capital y la cosa cambió radicalmente.
    Guardo algunos juguetes de cuando era pequeña: Tengo la casa seta de los barriguitas, la de blancanieves y los7 enanitos, un muñeco de esos que eran igualitos a un bebé,(una vez lo llevabamos en el coche y nos llamaron la atención porque iba en la bandeja trasera y pensaban que mis padres eran unos inconscientes y llevaban al bebé dormidito allí arriba , dandole todo el sol), cliks de famobil para aburrir con miles de accesorios, cuentos a montones…… Mi favorito uno que se llamaba «un cachorro para Blanca maría» y que me hizo querer ser veterinaria muuucho tiempo. También yo he comprado un remasterizado de una peli que me encantó de pequeña y se la he puesto a mi hijo: «Pedro y el dragón Elliot». Por suerte a él también le gusta, aunque yo he de reconocer que el paso del tiempo, por la peli y por mi, ha hecho que nuestro «amor» se vea algo resentido.
    En general creo que los juguetes han evolucionado a peor. Ni los barriguitas, ni los pin y pon, ni las Nancys, son lo que eran. ¡Desde luego que no!

    16 abril 2013 | 12:00

  8. Dice ser Marisa

    Que de recuerdos. Yo conservo la colección completa de los cinco, de Enid Blyton, todos los Pin y Pon junto con la granja y un montón de cosas más pequeñas (el coche, el patinete, el caballito, vestidos…), el nenuco (ya en manos de mis hijas) y algunos juguetes más, junto con una buena colección de libros. Nunca me he arrepentido de evitar que mi madre los tirase o los regalase, ahora son joyas sin precio (para mí, claro 🙂

    16 abril 2013 | 12:09

  9. Dice ser Carpe-diem

    Muchas cosas: la cose-cose, el diseña la moda, libros de la EGB, mi 2ª Nancy ( piernas flexibles ), el 1º libro que leí : Las aventuras de Guliver…el 1º que leí -en catalán en el cole – L´Ingo i el dragó…que tb han leído mis hijos…etc…

    Colecciono muñecas o paso una web de coleccionismo donde podéis buscar algún libro o juguete antiguo que deseéis recuperar:

    http://www.todocoleccion.net

    16 abril 2013 | 12:27

  10. Dice ser Verónica

    Yo no guardo juguetes porque mi prima pequeña heredó muchos, pero hay una película que recuerdo que veía sin descanso y que seguramente tenía loca a mi madre. Se llama El mago de los sueños, es una película española del 66 protagonizada por la Familia Telerín (los de «vamos a la cama»). Tiene un montón de canciones, y los personajes son una monada, todavía con 28 años que tengo la veo y canto las canciones, me encanta.
    La he encontrado por Internet, pero tengo que buscar si la puedo encontrar en formato físico, porque estoy segura de que yo también se la pondré a mis hijos muchas veces. Permíteme que te la recomiende para tus niños, Madre Reciente, ya que siempre dices que les encantan las películas con canciones.
    También tengo algunos libros, pero mis recuerdos son más de esta película.

    16 abril 2013 | 17:50

  11. Dice ser WHY

    Gracias a mis padres tengo muchos juguetes guardados y muy bien conservados.
    mI sobri está disfrutando de algunos de ellos , La cocinita Smoby, mi Tente……..
    En cuanto se haga más grande, más aprovechará.
    Eso si Mi casa grande de PIn y Pon …. no puedo dejarla¡¡¡ Que su madre le deje sus Barriguitas, total estan en la caja de al lado 😉
    Me ha hecho mucha ilusion que juegue con mis cosas de infancia

    16 abril 2013 | 18:40

  12. Dice ser Sara

    Se conservan algunas cosas con ilusión, pero es para uno mismo, por regla general cuando muestras tus «tesoros» a tus hijos no les emocionan demasiado, es lógico, ellos viven su época como nosotros vivimos la nuestra, para ellos no son más que macanas desfasadas y quieren lo actual, lo que les anuncian y ven a sus amigos, exactamente lo mismo que queríamos nosotros. Yo no me afanaría demasiado en buscar antiguallas, sólo si me hace ilusión a mí, pero los niños se aburrirán como ostras con personajes que tienen cien años.

    16 abril 2013 | 20:08

  13. Dice ser mari mar

    Pues yo, no guardo nada, en casa éramos 9 y era difícil no desprenderse de los libros o juguetes.
    Éso sí, conservo gratos recuerdos.

    17 abril 2013 | 11:19

  14. Dice ser Álvaro

    Felicidades por tu blog. Esta entrada me ha hecho muy feliz. En relación a los libros de Zaro tengo una pregunta:¿Alguien sabe si se llegaron a editar los dos últimos números dedicados al conejo y al vencejo? Porque es como si se los hubiera tragado la tierra. Por cierto si alguien tiene esos títulos y Zaro y el ciervo y se quiere desprender de ellos, con mucho gusto se los compro.
    Gracias.

    28 marzo 2016 | 19:29

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