La mano verde, la mano blanca y el anillo del rey Salomón

Hay gente que tiene la mano verde y gente que tiene la mano blanca. Los hay que incluso tienen ambas. La primera describe el don para cuidar las plantas, la segunda la buena mano en la cocina.

¿Cómo se llamaría el don para atender y entender animales? Debería tener un nombre. Se me ocurre la mano marrón, pero no me acaba de gustar y seguro que os podéis imaginar el motivo. Imagino que se podría decir que alguien tiene el anillo del rey Salomón, pero es demasiado críptico (os recomiendo, por cierto, la lectura de ‘Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros’ de Konrad Lorenz).

En cualquier caso tengo comprobado que ese don existe. Igual que hay personas capaces de revivir cualquier planta mustia y de tener en su terraza el una versión doméstica del Amazonas, igual que hay gente que con cuatro cosas sueltas que encuentra en la nevera improvisa un plato riquísimo en diez minutos, también los hay que tienen una sensibilidad especial con los animales.

Va mucho más allá de que les gusten o no. Se trata de gente que les entiende, sabe interpretar de manera inconsciente y natural su lenguaje corporal y percibir su estado de ánimo y sus intenciones. Es gente ante la que los animales responden de forma positiva, siendo más dóciles, deseando complacerles.

Un don con el que se nace, pero un don que se puede ‘matar’. Por eso cada vez que veo a un adulto que niega el contacto de un niño pequeño a los animales por puro prejuicio, se me parte el alma.

¿Y si ese niño tuviera ese hermoso don?

Dejad que los niños se acerquen a los animales. Por supuesto hay que hacerlo con animales bien atendidos y en los que se pueda confiar. Claro que hay que hacerlo con seguridad, enseñando al niño a preguntar primero y tocar después, hay que explicarle que hay que tratar a los animales con dulzura, sin subirse al lomo de los perros ni tirar de la cola a los gatos. Aquí hay bastantes consejos al respecto.

Pero son tantos los beneficios que puede tener el amor a los animales en los niños, en cualquier persona, que negárselo a nuestros hijos por nuestros miedos y desconocimiento es muy injusto.

8 comentarios

  1. Dice ser A. H. A.

    Yo creo que ciertas personas entienden mejor a los animales, o a los niños, o a las personas, porque son más empáticas. Y la empatía es un “software” que se carga en la mente del ser humano cuando es pequeño… o que no se carga, o no se carga bien, si las prácticas de los padres no son acertadas.

    Creo que los padres más empáticos tienen más facilidad para comprender a sus hijos, y su atención diligente crea hijos empáticos.

    27 junio 2012 | 16:00

  2. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Estoy de acuerdo hay gente pá tó.

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    27 junio 2012 | 17:00

  3. Dice ser c

    Por lo general lo que veo a mi alrededor son perros muy mal educados, que ladran al niño a menos de 10 cm de su cara, y con dos años se asusta mucho. La última vez, el perro de mi vecino en el rellano de la escalera, cuando estábamos entrando en casa y el abrió su puerta y salió el perro disparado a por el niño.

    Por ello, no dejo que ningún perro se acerque al niño. Si mi hijo tiene ese don, lo perderá por culpa de la poca cabeza que tienen muchos dueños de perros y por la gente que pasea a perros de razas peligrosas por mi barrio sin correa ni bozal, no por mi culpa.

    27 junio 2012 | 17:05

  4. Dice ser mari mar

    Bueno, MR, discrepo en parte de tu opinión. Para mí es muy importante el respeto a los animales, y así se lo transmitimos a nuestros hijos, además es muy importante entender que no son un juguete, que hay que respetarlos y amarlos como seres vivos que son.

    Ahora bien, tener prejuicios, supone, hacer un juicio anticipadamente sin premisas suficientes….entonces, los perros no se tocan.

    Otro aspecto al que me gustaría hacer mención, es el caso en que el niño no quiere tocar al animal, por las razones que sea, y los papis o los que acompañan a los perros intentan convencerlos por guevos…respetemos también a los niños.

    27 junio 2012 | 19:16

  5. Dice ser Inés

    No sé si mis hijos tienen la «mano marrón» (jeje) o no. Y además no lo podré saber debido a un desagradable incidente que tuvimos en un parque infantil con dos perritos sueltos que empezaron a ladrarles. Desde entonces tienen pavor a los animales.

    28 junio 2012 | 09:23

  6. Dice ser Umm

    Me gustan los animales, siempre me han gustado. Mi hija igual, adora a los animales, hasta a las fotos de perros y gatos les da besos. En casa no se mata nada. Pero no le dejo que toque perros en la calle, normalmente no están para mucha guasa, no se porqué, pero salvo los cachorros que están deseando jugar, los perros grandes nos miran mal ¡como para tocarlos! Por otra parte, estamos hasta el moño de no poder pisar una zona verde porque nos metemos en mierda hasta el tobillo. Tenemos la «suerte» de vivir en un barrio con muchas zonas de esparcimiento, en teoría, porque en la práctica no se pueden usar. Así que no estoy por la labor de agradecérselo a los perros y sus, en teoría, cuidadores.

    28 junio 2012 | 11:26

  7. Dice ser voyante

    Hola, he encontrado su sitio muy agradable y súper interesante, creo que voy a pasar horas
    bravo

    28 junio 2012 | 11:45

  8. Dice ser vivian

    Yo estoy segura de que mi hijo va a ser granjero de mayor. Se relaciona con todo tipo de animales, los toca, les tira de la cola y ellos no le dicen nada, se ríe mucho con ellos. Y no me refiero solo a gatos o perros, tb vacas, burros, ovejas, pájaros… Tal vez sea de los de la mano marrón.

    Tb hemos tenido algún pequeño incidente con algún perro que ladraba, pero mi hijo no se ha tramado. Ha entendido que algunos perros no tienen un caracter a bierto y punto. Por la calle, si ve un perro primero esperamos a ver cómo se comporta, y si está de buenas, que es el 99% de las veces y quieren jugar, pues ya tenemos tándem.

    29 junio 2012 | 09:53

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