LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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Un año sin Lehman Brothers

Hoy se cumple el primer aniversario de la caída del banco de inversión Lehman Brothers, uno de los gigantes de Wall Street, por culpa de la crisis financiera desencadenada en EE UU por las hipotecas basura en verano de 2007. Fue el castigo ejemplar (hasta nuevo aviso) de una forma de hacer negocios que nos ha llevado a la mayor recesión económica de la historia.

De lo mucho que se ha escrito estos días recordando aquel domingo, 14 de septiembre de 2008, la mayor parte sesudos análisis de por qué paso lo que pasó y por qué nadie fue capaz de prevenirlo, me gustaría destacar el cuestionario que el colega Íñigo de Barrón planteaba este domingo en el cuaderno Negocios de El País a los presidentes del Santander, BBVA, la Caixa y el Popular.

La primera pregunta era precisamente «¿Dónde estaba y cómo se enteró de la caída de Lehman?»

Emilio Botín (Santander): Los rumores fueron continuos a lo largo de la tarde y estuve en permanente contacto con el consejero delegado y con varios directivos del banco en España y Estados Unidos. A última hora de la noche, había la convicción de que Barclays se quedaría Lehman, posibilidad que se desvaneció en la madrugada.

Francisco González (BBVA): La confirmación final de la quiebra de Lehman la tuve a las 6.45 de la mañana del lunes, todavía en mi casa, cuando vi la información de la CNN.

Isidro Fainé (la Caixa): Recuerdo que era un lunes y acababa de llegar a la Caixa cuando me dieron la noticia de la quiebra de Lehman Brothers.

Ángel Ron (Banco Popular): Estaba trabajando aquel domingo por la tarde en mi casa, cuando a través de Internet me enteré de la quiebra de Lehman. Minutos más tarde la noticia estaba en las televisiones.

A partir de esas respuestas uno llega a la conclusión de que la mayoría de ellos -con la excepción del máximo directivo del Popular- respetan el descanso dominical incluso en momentos de máxima incertidumbre para su negocio, pues sorprende que no se enteraran de la caída de Lehman hasta bien entrada la noche o al día siguiente.



Tres letras para salir de la crisis: U-V-W

Los expertos parecen coincidir en que antes de final de este año veremos algunos indicios serios de que empezamos a salir de la dichosa crisis, aunque ni de lejos la habremos superado totalmente porque -avisan- los escasos e incipientes «brotes verdes» siguen estando rodeados de demasiadas malas hierbas.

La duda que se plantea ahora mismo es cómo será esa salida:

rápida (en forma de V) con un crecimiento alto y sostenido tras haber tocado fondo

lenta (en forma de U) con algunos (o bastantes) meses aún de dificultades económicas y una lenta y progresiva recuperación

con un rebote (en forma de W) que supondría una aparente mejora inmediata de la situación para volver a caer nuevamente al cabo de unos meses y tener que esperar de nuevo para recuperarse

Peridis, en El País del 24-05-2009

Por ahora, la hipótesis que parece tener más defensores es la de la recuperación en forma de U. Hoy mismo, en el Financial Times, publica un artículo recogido por Expansión que ofrece argumentos contundentes sobre ello.

1. El empleo sigue cayendo drásticamente en EEUU y en otros países: en las economías avanzadas, el índice de desempleo superará el 10% en 2010.

2. Las pérdidas de las instituciones financieras se han socializado. Esto limita la capacidad de prestar de los bancos, de gastar de los hogares y de invertir de las empresas.

3. Los consumidores necesitan reducir el gasto y aumentar el ahorro; los endeudados consumidores se enfrentan a la caída del precio de la vivienda y de los mercados de valores, de sus ingresos y del empleo.

4. El sistema financiero, a pesar de las medidas adoptadas, sigue estando sumamente deteriorado. .

5. La baja rentabilidad limitará la disposición de las empresas a producir, contratar personal e invertir.

6. El aumento de los grandes déficit fiscales amenaza con desplazar la recuperación del gasto del sector privado.

7. Si la demanda interna no crece a un ritmo suficientemente rápido, la recuperación del crecimiento global será más débil.

Por si esas razones no fueran suficientes, hay dos más que pueden empeorar las cosas (y cambiar la aparentemente inevitable U por una recesión de doble fondo, en forma de W).

8. Las rebajas de tipos y el aumento del gasto público para salir de la crisis tienen difícil arreglo. Si se aumentan los impuestos (como se ha anunciado en España) y se recorta el gasto y se frenará la recuperación. Pero si los Estados mantienen grandes déficit presupuestarios, tendrán que pagar más a los compradores de esa deuda.

9. Los precios del petróleo, la energía y la alimentación que ya crecen por encima de lo que el mercado aconsejaría podrían subir más por culpa de la especulación.

A pesar de todo, hay que ser optimistas. Aunque no sepamos exactamente cómo será la salida, estamos consiguiendo limitar esa incertidumbre que ha hecho casi tanto daño como la propia crisis.

Claro que las autoridades y los agentes sociales y económicos deberán de ponerse las pilas más de lo que lo han hecho hasta ahora para que eso sea una realidad más pronto que tarde.

¿Por qué no te callas?… presidente

Los caminos de la información económica son inescrutables y, lo peor, pueden acabar teniendo consecuencias dolorosas para sus protagonistas. Lo hemos vuelto a comprobar en el curso de la UIMP y la APIE en Santander.

Los ingredientes para que el resultado sea el señalado son simples: se cogen unas declaraciones poco medidas del presidente de la primera aseguradora española (Mapfre), José Manuel Martínez, sobre la expectativa de ingresos para este año, y se mezclan con la avidez informativa y la profesionalidad de los periodistas de tres agencias de informacion financiera con mucho peso en los mercados (Bloomberg, Thomson-Reuters y Dow Jones).

Tras su conferencia, en el turno de preguntas, apuntó que seguramente este año se cerraría con unos ingresos por debajo de los 18.500 millones previstos en marzo, e incluso añadió que si se consiguieran más de 18.000 se daría por satisfecho.

El resultado es el que ven en la gráfica adjunta:

Fuente: www.labolsa.com

La caída en picado de la cotización (poco antes de las 2) de la acción se corresponde con el momento en que la noticia llega al mercado de valores. El mérito de la recuperación que se observa desde ese momento hasta el cierre de la Bolsa de Madrid cabe atribuirlo seguramente al denodado esfuerzo de los equipos de atención al inversor de la aseguradora.

Quizá el Sr. Martínez se olvidó de que el auditorio estaba formado, casi integramente, por periodistas económicos. Pero lo cierto es que lo dijo, a pesar de que su equipo de comunicación pretendió a lo largo de la tarde que las agencias mencionadas rectificaran la información.

En este caso, parece claro que el problema no eran los periodistas que hicieron su trabajo. Si no la locuacidad de su presidente.

Cristiano Ronaldo, crack económico

Llevamos ya tres días de curso financiero en Santander y si hay un protagonista absoluto de estas jornadas no son ni la vicepresidenta económica, ni el presidente del BCE, ni cualquier otro dirigente económico, el protagonista es Cristiano Ronaldo.

Todos y cada uno de los oradores del curso, la mayoría banqueros, han tenido que responder alguna pregunta relacionada con la nueva estrella madridista, que le han costado a Florentino Pérez 94 millones de euros y un alud de críticas, inlcuido algún arzobispo (toda una contradicción tratándose de alguien llamado ‘Cristiano’).

Por motivos obvios, el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y el vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, han tenido que dar explicaciones de cómo le conceden un préstamo de 75 millones por barba al club blanco justo cuando se critica las restricciones al crédito que bancos y cajas han impuesto a sus clientes.

El mensaje de ambos ha sido claro: se trata de una simple operación financiera porque el negocio de los bancos -dicen- es prestar dinero a quien se supone que lo va a devolver. Y esperan que el Real Madrid lo haga. Faltaría más.

Incluso el director general de la Caixa, Juan María Nin, ha tenido que negar por activa, pasiva, perifrástica y yuxtapuesta que su entidad haya acometido nunca una operación similar. Eso sí, como buen barcelonista confeso, ha mostrado su alegría porque la contratación de CR7 contirbuirá a elevar el nivel competitivo de la Liga española.

La banca teme al rescate del Gobierno

Si ayer fue día de ‘zombies’ aquí en Santander, hoy nos hemos movido más entre fantasmas, y muy especialmente entre el fantasma del temor de la gran banca española a que la intervencion pública para el rescate de entidades en crisis tenga efectos negativos sobre la competencia.

Como ya hizo ayer el presidente del BBVA, Francisco González, en un curso de la UIMP y la APIE sobre la crisis, esta mañana el presidente del Banco Popular, Angel Ron, ha advertido sobre el papel que el Estado debe jugar ante la «reestructuración por el exceso de capacidad instalada» que vivirá el sector financiero español.

En la misma línea, el vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, apuntó que el Estado debería proporcionar fondos públicos únicamente a aquellas entidades que tengan garantizada su viabilidad. Rodríguez Inciarte añadió que quedan a la espera de que el Gobierno ponga letra al fondo de rescate que está preparando, pero que por ahora la música les suena bien.

Uno y otro, como también hizo González, han señalado los efectos perversos de las ayudas de los Gobiernos europeos a las entidades de sus países porque han propiciado una «competencia desleal». Ahora piden que la intervención del Ejecutivo español no tenga las mismas consecuencias perniciosas en nuestro país.

La crisis financiera produce ‘zombies’

Como en una película de terror, la crisis económica amenaza con generar ‘zombies’ financieros -bancos o cajas en una situación crítica que son sostenidos artificialmente con ayudas públicas- y, según hemos sabido este lunes eso preocupa mucho tanto a la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, como al presidente del BBVA, Francisco González.

Ambos han compartido hoy el acto inaugural de un curso de verano sobre la produndidad de la crisis en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) que se celebra esta semana en Santander y del que espero iros informando desde aquí. (Por cierto, qué bonita ciudad y que preciosidad el Sardinero).

Pero a lo que íbamos. El máximo responsable del segundo banco español ha estado especialmente contundente:

. «Los zombies (entidades inviables mantenidas artificialmente) impiden la consolidación de un sistema bancario fuerte y solvente y drenan recursos que se podrían emplear de forma mucho más eficiente».

. «Como resultado: se dificulta la recuperación del crédito, se retrasa la recuperación económica, se reduce el potencial de crecimiento de la economía y el bienestar de los ciudadanos».

. «En España, el sector financiero ha crecido de forma acelerada y la debilidad de ciertas instituciones y la sobrecapacidad del sector son lastres pesados para la recuperación económica y el crecimiento futuro».

Y ha seguido en el mismo tono cuando ha pedido mano dura de las autoridades que, según él, deben «tomar medidas tan radicales como sea necesario para restablecer la confianza en la asignación de recursos, la competitividada y el crecimiento económico».

Y tienen que hacerlo rápido porque, sigue, «dilatar la respuesta a los problemas sólo llevará a que se agraven y su resolución sea mucho más costosa y dramática».

No está mal teniendo en cuenta que tenía sentada a su derecha (?) a la mismísima Elena Salgado, que debió tomar nota de las exigencias del banquero.

Salgado y González, sin embargo, rechazaron de pleno que en España haya -por ahora- ningún ‘zombie’ (se supone que ninguno a parte de CCM), aunque fue la vicepresidenta la que alertó de que el próximo año alguno podría despertar y salir de su tumba.

De ahí las prisas por aprobar el fondo de rescate que permita meterles mano de la forma más adecuada ya sea para resucitarlo o enterrarlo bien enterrado.

Abono para los brotes verdes

El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido las expectativas de la mayoría de los analistas bajando un cuarto de punto el tipo de interés oficial de la zona euro hasta dejarlo en el 1%.

Una vez más, pues, la institución presidida por Jean-Claude Trichet ha hecho gala de su consabida prudencia y se ha mantenido firme frente a los que pedían una rebaja mayor para superar la actual fase de recesión. Cosa que ya hizo en su día la Reserva Federal norteamericana.

Se supone que los defensores de la ortodoxia monetaria creen que esta modesta rebaja será suficiente para sacar a la economía europea en general y a la de los países del euro en particular de la crisis más o menos galopante que padecen.

O utilizando la metáfora de moda, piensan que el pequeño recorte del 0,25 será una dosis de abono suficiente para que esos «brotes verdes» que algunos optimistas empiezan a ver en la evolución de nuestras maltrechas economías puedan seguir creciendo fuertes y sanos.

En todo caso, parece claro que esta puede ser la última rebaja del tipo de interés por parte del BCE y que mucho peor tendrían que ir las cosas para que el eurobanco llevara a cabo nuevos recortes por debajo de ese ya histórico 1%.

Cayó la primera, pero…¿será la última?

El aval de 9.000 millones de euros que acaba de aprobar el Gobierno, reunido en sesión extraordinaria dominical, para garantizar la liquidez de Caja Castilla-La Mancha (CCM) siembra la duda sobre la tan repetida solvencia y rigor de nuestro sistema financiero.

El hecho, no por previsto menos sorprendente, llega tras las reiteradas advertencias del propio gobernador del Banco de España y de los máximos representantes de los bancos y las cajas españolas sobre la difícil situación de algunas entidades.

Caja Castilla-La Mancha (CCM) ha intentado sin éxito superar sus problemas de liquidez con una fusión con Unicaja y no ha quedado otra alternativa que la intervención pública. ¿Se repetirá la historia cada vez que fracase una operación de este tipo?

Por mucho que el vicepresidente económico Pedro Solbes se empeñe en tranquilizar al personal, al fin y al cabo es lo que se espera que haga, no ha podido garantizar que a medio o a largo plazo -si la gravedad de la crisis persiste- no volvamos a hablar de otra intervención del Banco de España.

Si se dedican 9.000 millones de los 100.000 que el Gobierno ha reservado para garantizar la liquidez bancaria a una entidad que representa menos del 1% del sistema financiero español, aunque nos digan que sólo se gastarán 3.000, ¿qué pasará cuando tengamos que rescatar alguna otra más potente?

Y por último, ¿pagarán los responsables de este desaguisado por el mal que han causado?¿O se irán de rositas y con una indecente indemnización por despido como sus colegas de AIG?

Para reírse de la crisis (2)

Con la que está cayendo, y con los bancos españoles en el ojo del huracán de las iras empresariales por la falta de sensibilidad hacia el crédito, me parece oportuno recuperar un nuevo pasaje de la antológica puesta en escena sobre la crisis financiera de dos conocidos cómicos británicos.

Si en una entrega anterior nos ofrecían un análisis hilarante sobre los orígenes del terremoto que ha sacudido las finanzas mundiales, en esta ocasión John Bird y John Fortune -que arrasan en Youtube– ofrecen un interesante punto de vista sobre la supuesta fortaleza de la banca española y las (pocas) lecciones que los inversores han sacado de este desastre económico que ellos mismos han provocado.

Sólo unas pequeñas indicaciones para entender mejor la amigable charla de estos dos excelentes cómicos. Cuando hablan de CDO o SVI se refieren a los productos tóxicos que la gran banca de inversión puso en circulación con una única finalidad especulativa y que nos ha traído esta dichosa crisis, primero financiera y luego, total.

Y ahora, que disfrutéis del video.

(P.D.: Quiero agradecer a Dan Feist su supervisión de la traducción).

El crédito está cada vez más difícil

Más allá de las proclamas autosatisfactorias de la patronal bancaria o de los mensajes apocalípticos del Gobierno, hay una realidad económica cruda y dura de la que tenemos constancia día a día.

Unos días, con hechos contundentes como los datos macroeconómicos que nos confirman lo rematadamente mal que están las cosas. Otros, con encuestas como la que presentaron ayer las Cámaras de Comercio(ver pdf), que ayudan a poner las cosas en el lugar de donde banqueros y gobernantes las quieren sacar.

El resultado es contundente: bancos y cajas han aumentado los gastos y las comisiones que se exigen para conceder los préstamos, también las garantías y los avales que necesitan empresarios y autónomos para acceder a la financiación, y se ha encarecido el coste de la financiación. Además, cada vez es más largo el periodo de tiempo que pasa entre la solicitud de la financiación y la respuesta de la entidad financiera. Lo único que se reduce, para desgracia de los solicitantes, es el plazo para devolver el crédito y el volumen de dinero que pueden solicitar.

Y habrá quien pueda seguir diciendo que no se dan créditos porque dudan de la solvencia de los demandantes, pero ya nadie podrá creerlo. Muchos pequeños y medianos empresarios ya no saben cómo convencer a su banco de que su negocio es rentable, que tiene futuro, pero para ello necesitan esa financiación mínima que les permita sobrevivir.

Me temo que poca cosa puede hacer el Gobierno para obligar a bancos y cajas a que hagan algo que no quieren (o algunos, directamente, no pueden) hacer. Bueno sí, se me ocurre que en vez de entregarle el dinero a ellos, podría ponerlo directamente en manos de los que de verdad lo necesitan para sostener la economía real de nuestro país.