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Archivo de la categoría ‘Ecuador’

Nos despedimos pero seguimos

La crisis llega a todos lados, y cómo no, nos ha llegado también a nosotras. Este blog en el 20 Minutos cierra sus puertas, junto con otra serie de blogs. Sin embargo, “Desde este lado del mar” seguirá abierto en WordPress (http://desdeesteladodelmar.wordpress.com). Seguiremos escribiendo, aunque quizá no con la misma frecuencia, porque muchas personas nos han abierto sus corazones y sus historias personales y queremos que lo sigan haciendo. Allí estaremos para seguir recibiendo sus comentarios e iremos mejorando poco a poco y apostando por la convivencia.

Gracias a todos los que nos han seguido y los que han aportado ideas positivas. ¡Los esperamos en el nuevo-viejo blog!

Ecuavisa llama a los ecuatorianos para contactar con sus familias por TV

Si usted es de Ecuador y desea contactarse con su familia por televisión, la cadena Ecuavisa ha abierto un nuevo espacio, “Abrazo al Migrante”, en el programa “Un nuevo Día”, que se transmite de lunes a viernes de 08:30 a 10:00 en Ecuador.

El espacio pretende unir a los ecuatorianos que se encuentran dispersos por el mundo con sus familiares en su país, e invita a todos los inmigrantes en el exterior (España es uno de los países que ha recibido más inmigrantes ecuatorianos) a participar. Para registrarse deben entrar al sitio Migranteecuatoriano o escribir a los correos abrazoalmigrante@ecuavisa.com o lsolis@ecuavisa.com.

Las personas interesadas deben enviar la dirección y teléfono de su familia, para que Ecuavisa pueda visitarlos y verles a través de la señal de Ecuavisa internacional. Es otra manera de estar cerca.

¿Se animan?

Y nadie habló de racismo

Ocho meses de cárcel para Sergi Xavier, el agresor de la joven ecuatoriana en el metro de Barcelona. La Fiscalía había pedido 3 años, pero la jueza consideró que ocho meses eran suficiente condena y no mencionó lo obvio: que fue un ataque racista.

SOS Racismo anunció que iba a recurrir la sentencia. En un comunicado señaló que «la no aplicación del agravante de racismo en esta sentencia es una muestra más de la falta de conciencia social, política y judicial que existe hacia el racismo en nuestra sociedad».

Y nos preguntamos si este caso que fue tan mediático (hasta la Embajada de Ecuador se metió a defender a la joven) no consiguió que el agresor sea sancionado, ¿qué pueden esperar el resto de víctimas? Todas esas personas anónimas que han pasado un mal momento por culpa de la intolerancia y el racismo, porque a las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Aquí un video que recoge algunos testimonios sobre agresiones que van quedando en el aire.

Ahorcados por las hipotecas a la calle

«Hemos sido víctimas de fraude, cometiéndose muchas irregularidades en

nuestra contra, ya que los pisos fueron sobrevalorados para que la deuda sea más grande, se utilizaron avales cruzados entre los mismos deudores, se incluyó a avalistas como copropietarios y codeudores para eludir el control de riesgos del sistema financiero, se nos ha cobrado diferenciales sobre el Euribor cuatro veces superiores al que cobran a otros clientes, se nos engañó diciendo que no habría grandes incrementos de las cuotas de la hipoteca etc., etc.»

Esto es lo que dicen las más de 3 mil inmigrantes que están buscando un poco de oxígeno para seguir pagando sus hipotecas. La mayoría son ecuatorianos y piden, entre otras cosas, que la cuota de la hipoteca no supere el 30% de sus ingresos y que se haga una auditoria social para determinar que fueron víctimas de un fraude. Por eso se manifiestan una vez más en Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia y Pamplona.

La primera manifestación fue en diciembre pasado, el punto de concentración fue la Embajada de Ecuador y luego avanzaron hasta Cibeles, donde hicieron público su pedido. Esta vez se reunirán en Cibeles, el domingo 22 de marzo, a las 12:00 horas. Como dicen por allí, peor lucha es la que no se hace y la reflexión de la gente en la calle es que si el gobierno apoya a los bancos, también podría apoyar a las familias que están quedando desahuciadas, porque los intereses de la deuda no paran.

En el siguiente video podemos ver lo que fue la primera concentración en Madrid.

Se buscan actores y actrices inmigrantes

Si has estudiado o tienes experiencia en teatro, y eres inmigrante, puedes tener una oportunidad de demostrar tu experiencia en la Sala Cuarta Pared, en Madrid. El Espacio Teatro Contemporáneo está convocando allí actores y actrices inmigrantes (sobre todo ecuatorianas, iraquíes, africanos y argelinos) para participar en el proyecto Otras Voces (paga remunerada según el convenio).

El programa tiene tres etapas: del 3 al 19 de abril, del 18 al 31 de mayo y, por último, los días 30 y 31 de mayo, cuando se hará la muestra del trabajo en forma de ensayo abierto. Los que se animen pueden consultar directamente la convocatoria, para más información.

Princesas indígenas en Madrid

Era imposible no fijarse en Samay y su larga cabellera. Parecía una de esas princesas prisioneras de los cuentos de hadas que dejaban crecer su cabello para que sus amantes treparan por él y las rescataran. Pero esta princesa indígena, que un sábado por la mañana tomaba el sol en la plaza de Tirso de Molina, en Madrid, se lo había dejado crecer por seguir la tradición de su gente. «El cabello es sagrado y es lo que nos diferencia entre hombres y mujeres», decía mientras su cabellera, estando ella sentada en una banqueta, casi aterrizaba en el suelo.

Samay estaba junto a su hermana mayor, Kuri, y charlaban en su lengua nativa, el quichua.»Hablamos lo que es nuestro, lo que hemos aprendido de nuestros viejitos», explicó Kuri en español y lamentó que no haya profesores de su lengua.

Cuando estas hermanas de la Amazonía ecuatoriana llegaron a Europa, se quedaron una temporada en Francia y se familiarizaron con el francés antes que con el castellano. Vinieron con un grupo de música andina que se llama Yacha (sabio, en quichua) y después de recorrer algunos países recalaron en España.

Llevan ya tres años en España y están a punto de solicitar arraigo social, pero no quieren quedarse eternamente en España. Unos años más, hasta ahorrar un poco más. Luego todos sus seis hermanos, que están regados por el mundo (Canadá, Estados Unidos y Francia) volverán a su tierra, a sus costumbres y a su quichua añorado.

Fotografía Eduardo León

«Las lágrimas se quedan en el locutorio»

Esta semana, el Ministro de Trabajo dijo que 1.400 inmigrantes han pedido volver a sus países de origen, una cifra muy pequeña, sin duda, que se queda lejos de la primera previsión del mismo ministro de un millón de inmigrantes. Pero al margen de esto quiero contarles que las pocas personas que se están marchando de España están llenas de optimismo. He entrevistado a algunos de estos viajeros sin boleto de regreso y sus respuestas dan alivio. ¿Qué van a hacer en sus países?, ha sido mi primera pregunta y a continuación he escuchado una retahíla de grandes ideas. «Yo tengo un terrenito y pienso cultivar moras». «Un amigo me ha dicho que podíamos ponernos una granja avícola». «Yo pienso en un criadero de cuyes»… Está claro que para ellos ha terminado su sueño español, pero siguen soñando con un futuro mejor, por cursi que suene. Aquí han tenido tristezas y satisfacciones, «las lágrimas se quedan en el locutorio», me dijo alguno. Pero lo importante es que todavía tienen la valentía de subirse a otro avión y empezar de nuevo.

Pero también quería mencionar que el Plan de Retorno de Zapatero no acoge a los casos de extrema vulnerabilidad, como son madres que no encuentran trabajo y viven con la amenaza de que las autoridades de menores les quiten a sus hijos. No, en eso no pensaron los expertos cuando redactaron el famoso plan de retorno. Me llamo mucho la atención el relato de una mujer, ecuatoriana, que llegó a España en 1999 y que durante todo el año pasado no pudo trabajar en nada estable. Ella y su hija de 5 años, nacida en España, empezaron a deambular por las iglesias y por entidades de ayuda. Cuando salió lo del Plan de Retorno, lamentablemente, no pudo acogerse porque ya había agotado sus prestaciones por desempleo. Afortunadamente para ella y muchas personas más, el Gobierno de Ecuador ha dispuesto un pequeño fondo para ayudarlas a volver. Lo gestiona la sede madrileña de la Secretaría Nacional del Migrante, cuyos empleados despiden cada semana en el aeropuerto de Barajas a entre tres y cinco familias que han visto frustrado su proyecto migratorio.

La mujer del relato, que aparece en la fotografía, estará ahora mismo en Santo Domingo de los Colorados, su cuidad natal, empezando su vida otra vez. Me contó que antes vivía en Quito, tenía una casa y un esposo. Se nota que lamenta la pérdida de la casa, pero no la pérdida del esposo, al contrario, se alegra de que su paso por España haya sido definitivo para frenar sus abusos, pues cuando él llegó a este país, empezó a golpearla y ella lo denunció, y logró que lo expulsaran. Esa es otra historia, pero se cuenta como un triunfo de la inmigración, y ahora borrón y cuenta nueva.

Veci, mamá y Papá Noel

Hoy es 14 de enero y para la mayoría, Navidad y el Día de Reyes ya han pasado. Pero Papá Noel todavía no se ha acercado a las casas de muchas familias de inmigrantes. Está atrapado en las oficinas de correos.

Una amiga de Guayaquil, Ecuador, me contó esta historia: una semana antes de Navidad, ella mandó regalos a su familia y utilizó la oficina de correos de España. Era imposible que llegase para Navidad, pero le aseguraron que para fin de año el paquete estaría en Ecuador. Su mamá esperó desde el primer día hábil de enero una llamada que le notificara sobre la llegada del paquete, pero nada. Al final, mi amiga le aconsejó que fuera al correo a ver qué había pasado. Este es el relato de mi amiga y al final un deseo.

Día uno. Mi mamá va a la oficina de correos más cercana y descubre que el paquete sí había llegado, pero que estaba en la oficina de correos del centro de la ciudad.

Día dos. Va al centro con el veci (palabra amable para referirse al vecino). En el correo le dan un numerito de espera. Es el 436. El veci se resigna a esperar afuera, dentro del coche y debajo del sol de la costa de Ecuador (que invierno es más caluroso que en todo el año). Mi mamá espera detrás de los 435 que llegaron antes que ella y cuando llega a la taquilla, le dicen que su paquete de Madrid está allí y le piden la cédula de identidad para entregarle la consigna. Ay ay ay, y ella no había llevado ese documento.

Día tres. El veci vuelve a acompañar a mi mamá al correo, esta vez con la literatura popular deportiva que se vende en forma de revista y que se llama Estadio. Mi mamá, más que cortés, no intenta saltarse la cola y de nuevo espera horas pensando en su turrones de Madrid y en su hija. Al final, ella llega a la ventanilla, presenta la cédula y la empleada de turno le explica que debe pagar un impuesto de 10 dólares porque el paquete pesa más de cuatro kilos. Y tiene que hacerlo en un banco.

Día cuatro. Hoy mi amiga pide que todos crucen los dedos en Madrid para que el paquete llegue. Que piensen en su mamá paciente y en el pobre veci sudando en el centro de Guayaquil. Y que Papá Noel tome apuntes sobre la burocracia y la frustración de un inmigrante.

El Niño Jesús camino a las urnas

Diciembre es uno de los meses donde más rituales se hacen en torno a la Navidad, sobre todo, en el mundo católico. Costumbres como el encendido de las velitas en Colombia, que se hace la noche del 7 de diciembre -la víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción- marca el inicio de la Navidad en ese país.

Los inmigrantes somos fieles a las tradiciones y en la medida de lo posible las seguimos reproduciendo a la distancia como un antídoto para aliviar la tristeza en estas fechas. Una de las tradiciones navideñas que ha tenido mayor difusión en Madrid ha sido el Pase del Niño, que no es otra cosa que la representación del nacimiento de Jesús con matices indígenas.

La tradición ecuatoriana dice que el Niño Jesús nace asistido por un grupo doce mujeres indígenas, que se llaman las mayoras. Estas mujeres tienen la misión de acompañar al recién nacido, al igual que hacen los doce apóstoles en el ocaso de la vida del hijo de Dios. Y, entonces, rodeada de estas mujeres el Niño Jesús realiza un paseo en medio de la gente que le canta villancicos.

Esta tradición lleva realizándose en Madrid desde hace ocho años, al principio se hacía en el seno de la familia Pulupa, y hoy esta familia y más ecuatorianos, consolidados como asociación de inmigrantes, convocan a decenas de personas e incluyen a los españoles.

Les explico cómo: la costumbre manda a que cada año el Niño Jesús pase a las manos de un nuevo tutor, cuidador, padrino o prioste, y es aquí donde han participado los españoles. Hasta aquí todo bien, pero a continuación voy a hacer un poco Grinch.

El Niño Jesús de los ecuatorianos ha tenido padrinos políticos en los últimos cuatro años. Y ha pasado de los brazos de Tomás Vera Romeo, cuando era Director de Inmigración en el Ayuntamiento de Madrid, a los brazos de Ana Botella, que no necesita más presentación.

Después fue encargado a un político poco conocido, al que los ecuatorianos sólo vieron el día de la fiesta, y el año pasado estuvo en el despacho de Concepción Dancausa, a quien vemos en la fotografía de este post.

Este año, el Niño Jesús ya llegó a las altas esferas de la Comunidad de Madrid, y fue entregado al mismísimo Consejero de Inmigración, Javier Fernández-Lasquetty.

No critico esta práctica religioso-política, para nada, pero me gustaría saber qué hacen los políticos con el Niño Jesús de los ecuatorianos. ¿Entenderán lo que significa ser el padrino del Niño? o ¿aceptarán el nombramiento con la condición de que un día el Niño Jesús les dé su voto algún día?

¿La integración tiene cover?

De la Feria Integra se dice que: «tiene como principal objetivo facilitar la integración del colectivo inmigrante con la sociedad de acogida». De ahí el nombre. Pero ¿qué se entiende por sociedad de acogida? En la feria uno se encuentra con que los representantes de esa «sociedad de acogida» son las empresas que ofrecen bienes y servicios para los inmigrantes. Concluyo, entonces, que los únicos interesados en acogernos son aquellas empresas, marcas y entidades a las que les tenemos que pagar para integrarnos.

La misma entrada a la feria tiene un costo, pues poco se difunde el hecho de que se puede descargar una invitación gratuita desde la página web de la feria. El visitante llega atraído por la publicidad del evento y tiene que pagar un cover para integrarse. Dentro de esto puedo contar una anécdota que me pareció el colmo de la feria: resulta que un padre de familia, de origen boliviano, había visitado la feria con su esposa y sus dos hijos, y se había inscrito en el sorteo de una canasta de productos étnicos. Al final de la jornada, cuando se hizo el sorteo, este hombre salió favorecido, pero cuando le llamaron para que recogiera el premio, él ya estaba en Nuevos Ministerios. Aunque iba de vuelta a su casa, se subió al metro otra vez y volvió a la feria con toda su familia. Lamentablemente, y ahí está la anécdota, tuvo que pagar su entrada por segunda vez para retirar la canasta, mientras su familia le esperaba en el metro.

A pesar de todo, debo rescatar los puntos positivos de la feria, que en esta segunda edición puso énfasis en apoyar la búsqueda de empleo. Todos esos guiños que las empresas hacen a los inmigrantes se agradecen, como el hecho de acercar a personajes que estando en nuestros países de origen sólo los podremos ver en un estadio. Uno de ellos fue el cantante venezolano Franco de Vita, que estuvo a escasos metros de distancia de todos sus fans (como consta en esta fotografía).

El mérito se lo lleva un periódico dirigido a los latinoamericanos que citó al artista y lo hizo posar con todos sus admiradores. La gente llamaba desde sus móviles hasta sus países para contarles a los suyos que se habían sacado una foto con la estrella. «No me lo vas a creer…» decían con euforia cuando empezaba la conferencia.

La escena se repitió durante los cuatro días que duró la feria, con bachateros, raperos, actores famosos, modelos y hasta con un Papa Noel latino que deambulaba por el pabellón de IFEMA. Fue una fiesta en toda su regla, de hecho una tarde estuvo dedicada a la celebración de las fiestas de Quito, capital del país anfitrión, cuya fundación se recordaba justamente en estos días.

Para los inmigrantes fue un volver a nuestra tierra, por la música, los sabores, las tradiciones… y por eso se agradece el esfuerzo de los organizadores. Pero, sinceramente, por el nombre de la feria deberían tratar de convocar a españoles para hablar de una verdadera integración y no sólo de un intercambio comercial.