El bono social debería ser historia

Por Hugo Morán – Exdiputado

velas

Es muy probable que con ocasión de estas fiestas recién concluidas haya recibido usted alguno de esos regalos que podemos definir como tecnológicos, y que sirven tanto para arreglarnos algo la vida como para complicárnosla aún más. Y es también posible que ya dispusiese antes de algún aparato similar con algún año de existencia -aunque fuesen sólo tres o cuatro ya serían suficientes como para considerarlo de otra generación. Lo de la obsolescencia programada es un tema de enjundia, así que voy a centrarme exclusivamente en esos cuadernos de instrucciones cuasi-enciclopédicos (ahora ya es el propio dispositivo el que te va guiando) que ocupan, preocupan y desesperan al ilusionado agraciado con el detalle de Reyes.

Lo primero que podrá comprobar al enfrentarse al nuevo “gadget”  es que por muy experto usuario que fuese de su aparato anterior, su experiencia no le servirá prácticamente de nada, y que aquella guía de uso que hubo de memorizar para poder ajustar todas sus funciones no es sino un estorbo a la hora de enfrentarse a la nueva realidad que tiene en sus manos. Así que antes de pulsar el primer botón, tire el viejo manual de instrucciones al cubo del reciclaje.

Pues esta es la lección que aún no hemos aprendido en relación con la realidad tecnológica que se está imponiendo en el sector de la energía en nuestro país: seguimos empeñados en gestionar una nueva generación energética con los mismos criterios con que se administraba la anterior. España, a diferencia de otros países que vienen abordando desde hace unos años sus respectivas transiciones energéticas, sigue anclada en unos usos que resultan ya anacrónicos y que no nos facilitan respuestas adecuadas en cuestiones cruciales como pueden ser las emisiones, la eficiencia, el mercado o los derechos, afectando así negativamente a aspectos como la salud, la competitividad, los costes o la justicia social.

Con estos mimbres se hace difícil dar respuestas estructurales a las muchas deficiencias que aquejan a nuestro modelo energético, y así seguimos reparando goteras cuando lo que deberíamos hacer es cambiar el tejado.

Para muestra un botón: como ya resultan insostenibles los estragos que la pobreza causa en nuestra sociedad, se intentan atenuar los efectos de la exclusión energética que se cobran cada año muchas vidas entre las capas más vulnerables,  y se hace una vez más atendiendo a los efectos pero sin considerar las causas, cuando lo que habría de hacerse es definir el mix de generación que nos libere de las turbulencias de nuestra hiper-dependencia exterior, sustituir el actual mercado por uno que fije los precios de la energía en razón de los costes de generación,  sobre la base de esos precios justos determinar el marco de un derecho de suministro vital básico (la energía necesaria para atender un umbral digno de calidad de vida no puede tener el mismo precio que aquella que se destina a otros usos, o que excede de ese umbral, y es imprescindible lanzar una señal en pro de la eficiencia: a mayor consumo, un precio superior). Y entonces si, en ese momento es cuando al Estado protector le corresponde intervenir en auxilio de quien carece de recursos.

El nuevo manual de instrucciones de la energía incorpora un capítulo que habla del derecho vital básico. El bono social ya debería ser historia.

2 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser otromas

    Vamos a ver, los que vivimos en otro planeta somos nosotros, como la Venezuela de Chavez. Rusia acaba de inaugurar uno de los reactores nucleares más potentes que posee, Francia está renovando la mitad de las decenas de plantas nucleares en su territorio. Que nuestro onanismo buenrollista-energético sea autosatisfactorio no significa que los demás lo sigan ni siquiera que les parezca bien. A lo mejor todo esto no es ni oportuno. Y por cierto, el manual del penúltimo gadget no lo tires a la basura, se dice así, que igual sigue valiendo pues no se si se habrá notado pero hay cierto parón en el anteriormente vertiginoso avance de los gadgets tecnológicos, como cuando uno llega a un cruce y no sabe gacia dónde tirar.

    10 enero 2017 | 11:15

  2. Dice ser Ignotis parentibus

    El bono social debería ser historia

    Los gitanos en vez de electricidad, para calentar las casas hacen fogatas de leña. Y luego les critican. coño, q hagan lo mismo y se dejen de tanto criticar por todo.

    10 enero 2017 | 11:56

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