Por Mercedes Pardo Buendía – Universidad Carlos III de Madrid. Departamento de Análisis Social
Los valores, creencias, normas, actitudes que los individuos adquieren en los procesos de educación y socialización –es decir, internalización de la cultura de una sociedad- en un principio en la familia y posteriormente en los ámbitos de amistades, de educación, de medios de comunicación de masas, entre otros, forman lo que se viene denominando como opinión pública.
Obvia aclarar que dicha opinión pública es mucho más que la suma de las opiniones individuales, de manera que expresan patrones grupales en sociedades concretas. Además, la opinión de líderes y de instituciones centrales en la sociedad son asuntos clave para la comprensión de los procesos de opinión pública.
El conocimiento de la opinión pública es asunto central en las sociedades democráticas. Una manera de obtener dicho conocimiento es a través de la investigación social sobre dicha opinión pública, que, habitualmente, se lleva a cabo mediante encuestas de opinión.
¿Qué opinión les merece a los españoles la cuestión de la energía? Lo primero a observar es que en España no se han llevado a cabo encuestas recientes sobre el tema; eso ya es un indicador del interés general sobre el asunto. Nos basaremos en la encuesta de la Unión Europea (UE28): Eurobarómetro, 83, mayo 2015, así como en la realizada por PwC a los directivos -CEOs- de 70 grandes empresas en 52 países en el mismo año.
Así, a la pregunta de “¿Qué dos problemas cree Vd. que son los más importantes a los que se enfrenta el país en este momento?”, el medio ambiente, cambio climático y energía lo sitúan los españoles en el último lugar, solamente un 1% de las respuestas, en comparación con el 6% de media Europea. Lógicamente el paro es el primer problema de preocupación (74% y 42% respectivamente). Sin embargo, cuando se les hace la misma pregunta pero ahora no respecto a España sino a la Unión Europea, los españoles perciben algo más las cuestiones del cambio climático ( 3%), el suministro de energía (4% ), el medioambiente (3%).
Ciertamente no se puede interpretar de la misma manera una elección que se contrapone a cuestiones como el paro, que si se tratara de una pregunta exclusivamente sobre la energía.
Por ello, conviene contrastarlo con la respuesta al preguntarles por los objetivos de la UE al año 2020,donde el aumento de las energías renovables al 20% es considerado por los españoles un objetivo correcto por un 61% a lo que se une el 12% que lo considera demasiado modesto (es decir, que sería deseable un porcentaje mayor), siendo solo el 17% los que lo consideran demasiado ambicioso como objetivo, y un 10% que no sabe.
Es decir, la opinión pública española presenta una visión bastante optimista de futuro sobre la cuestión de las energías renovables, que es finalmente lo que expresa una encuesta de opinión: los valores deseables y/o políticamente correctos, lo cual es bastante parecido, al expresar los valores de una sociedad en un momento histórico concreto.
Por su parte, la encuesta realizada por PwC a altos ejecutivos de grandes empresas multinacionales (para los 52 países, no presentan datos desagregados para España), indica que el 97% considera que el sector de la energía sufrirá una media o alto disrupción en su mercado doméstico al 2020 y el 73% anticipan una gran o muy grande transformación en el modelo de negocios para el 2030.
Dados los problemas mayores que objetivamente presenta la energía en España: fuerte dependencia energética del exterior; dificultad de cumplir los objetivos de la UE para 2020 (20% energías renovables; 20% disminución emisiones C02; 20% disminución consumo energía); alto precio de la electricidad; 11% de hogares con pobreza energética, una conclusión básica de los resultados anteriormente expuestos es la necesidad de disminuir esa brecha entre la opinión pública y la realidad.