María Concepción Cánovas del Castillo – Experta en energías renovables
Efectivamente, 2015 puede calificarse como el año en el que se cayeron por tierra algunos de los tópicos que sobre las energías renovables se vienen oyendo desde hace tiempo.
Este ha sido un año récord en inversiones en energías renovables a nivel mundial, 286.000 millones de dólares, excluida la gran hidráulica, y en el que por primera vez en la historia más de la mitad de la capacidad de generación eléctrica instalada ha sido con estas tecnologías frente al apenas 20% que alcanzaba hace tan solo una década.
También por primera vez, los países en vías de desarrollo han invertido en tecnologías renovables más que los países desarrollados con un 54% del total, rompiendo así con el tópico de que las energías renovables son “energías caras” y por tanto propias de los países ricos capaces de desarrollarlas a partir de elevadas subvenciones.
La velocidad de crecimiento a nivel mundial de las energías renovables, con unas inversiones un 5% superior a las de 2014, se ha producido a pesar del abaratamiento de los combustibles fósiles, que desde mediados del 2014 vienen acumulando caídas anuales de precio de dos dígitos, justificando así que la política de cambio climático y la mejora en la competitividad de costes han sido más que suficientes para que las inversiones en energías renovables sigan creciendo frente al resto de fuentes contaminantes, con independencia de la caída de precios de estas últimas.
Este récord en inversiones se ha alcanzado a pesar de que en Europa las realizadas en 2015 en renovables, 48.800 millones de dólares, hayan sido las menores de los últimos 10 años, lo que representa una disminución del 60% respecto al máximo histórico alcanzado en 2011. China, con un 36% del total de inversiones, ha suplido el papel inversor que ostentaba Europa hasta la fecha y destacan también los incrementos experimentados por países como India, Brasil, Sudáfrica o Chile, entre otros.
Esta tendencia de inversiones crecientes en los países en vías de desarrollo razonablemente continuará incrementándose en los próximos años si se tiene en cuenta el necesario acercamiento a la energía de los más de 1.000 millones de habitantes que todavía no disponen de acceso a la electricidad y el continuo desarrollo tecnológico y la reducción de costes de una industria cada año más flexible y global como la de las energías renovables.
Mientras estos son los datos a nivel internacional, en España, en un año en el que se ha roto la tendencia de descenso de la demanda de energía eléctrica de los últimos cuatro años, sufrimos el “año más negro de la historia”, como lo ha calificado la Asociación Empresarial Eólica, con ningún MW renovable instalado, a excepción de unos ridículos 19 MW fotovoltaicos que no hacen más que ratificar el rotundo éxito de la política anti-renovables que está sufriendo nuestro país y la necesidad de que en muy corto plazo sea sustituido por una política decidida a favor de etas tecnologías.
- Imagen: Chuck Coker