Carlos Bravo – Gerente de la Fundación Renovables
La casa donde vivían mis padres y en la que mis hermanos y yo pasamos nuestra infancia y juventud estaba en un edificio de 14 plantas con calefacción central. En aquella época, tener un sistema centralizado de calefacción parecía el no va más en cuanto a comodidad, aunque en realidad era muy ineficiente y conllevaba muchas desventajas.
En primer lugar, dado que todos los apartamentos eran prácticamente iguales, los costes de la calefacción se repartían de forma equivalente entre los vecinos, es decir, todos pagaban lo mismo en la factura, independientemente de que unos quisieran tener la casa a menor temperatura que otros, ya fuera por su diferente percepción del confort térmico o por motivos económicos.
Además, debido a la mala calidad del aislamiento del edificio, los que vivían en el último piso sufrían grandes pérdidas de calor por lo que ponían los radiadores al máximo de su potencia.
Debido a ello, aunque los radiadores tenían un sencillo regulador manual para graduar el paso del agua caliente a su circuito, todo el mundo los ponía al máximo. El pensamiento común era: “Total, si al final voy a pagar lo mismo que los del piso 14º, pues pongo yo también la calefacción a tope y cuando tenga calor abro la ventana para que entre el fresco de la calle”. Y así se hacía, aunque fuera invierno y cayeran chuzos de punta. Hace ya muchos años de ello, pero aún recuerdo las peleas con mi madre para que bajara la calefacción en lugar de permitir que el calor de la casa escapara absurdamente por las ventanas abiertas a calentar las calles.
El pensamiento común era: “Total, si al final voy a pagar lo mismo que los del piso 14º, pues pongo yo también la calefacción a tope y cuando tenga calor abro la ventana para que entre el fresco de la calle”
No sólo es eso, pues dado que la caldera central del edificio funcionaba con combustibles fósiles, primero con gasoil y luego con gas ciudad, esa forma de actuar (el “efecto ventana”) era una manera estúpida de emitir, además de otros contaminantes atmosféricos, un montón de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero; es decir, que era contribuir al cambio climático de una de las formas más tontas e inútiles posibles.
Esta situación surrealista es, lamentablemente, muy común aún en España, a diferencia de la mayoría de los países de nuestro entorno. En España todavía hay más de 1,5 millones de viviendas dotadas de sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria central, que se calcula emiten un total de 2 millones de toneladas de CO2 al año, según datos de la Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción (AERCCA). AERCCA agrupa a las principales empresas de ese sector en España y tiene como objetivo la promoción de la eficiencia energética a través de la medición individualizada de consumos de calefacción, climatización y agua caliente.
En resumen, los sistemas centralizados de calefacción, sin la adopción de medidas correctoras como las que citaremos a continuación, generan, por un lado, un derroche energético inútil; no alcanzan un adecuado nivel de confort debido a la imposibilidad de elegir de forma independiente cuánto y cuándo calentar tu vivienda; y, por último, conllevan costes más elevados de lo necesario en la factura energética.
Para remediar estos efectos perversos (económicos, para los vecinos, y ambientales) de los sistemas de calefacción central, la Directiva de Eficiencia Energética 2012/27/UE de la Unión Europea, publicada el 14 de noviembre de 2012, expresa en los artículos 9, 10 y 11, la obligación de los Estados miembros de que todos los edificios que estén dotados de sistemas de calefacción o climatización central tengan que tener instalados dispositivos de medición individuales, repartidores de costes de calefacción en los radiadores (traducidos como calorímetros en la citada Directiva) o contadores individuales de calefacción. Así, de esta manera, con la instalación de unos sencillos dispositivos, cada vecino puede pagar de calefacción en función de sus consumos reales, medidos individualmente.
El problema es que, para no variar, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (MINETUR) lo ha vuelto a hacer mal. El MINETUR, además de apurar los plazos marcados por Europa, ha llevado a cabo, mediante el Real Decreto 56/2016, una mala transposición, parcial, de la Directiva de Eficiencia Energética, y no ha transpuesto los artículos 9 a 11 de la citada Directiva, en los que se promueve la individualización de uso y medición del consumo de sistemas de climatización. Podemos imaginar de qué compañías energéticas era la mano que estaba detrás de este hecho, seguramente la causa de que finalmente no se haya incorporado aún a la legislación española esta obligación que marca la Directiva europea.
Otra vez, gracias a este tipo de actuaciones irresponsables, nos vamos quedando atrás como país, no sólo en el campo de las energías renovables, sino también en el del ahorro y la eficiencia energética.
Nos vamos quedando atrás como país, no sólo en el campo de las energías renovables, sino también en el del ahorro y la eficiencia energética
La utilización de los dispositivos que promueve AERCCA para calcular los costes individuales de calefacción en instalaciones comunitarias centralizadas permitiría, según sus propias estimaciones, ahorros de consumo de calefacción de entre un 15 y un 30%. Y, por lo tanto, la reducción potencial de emisiones en 600.000 toneladas de CO2, así como un ahorro económico de cerca de 1.100 millones de euros en cinco años (considerando los 1,5 millones de potenciales viviendas en las que instalar herramientas de medición individual).
También, afirman, la instalación y gestión de sistemas de medición individual generaría en España más de 3.000 puestos de trabajo estables, directos e indirectos.
Según sus datos, el uso de estos aparatos supondría un ahorro de 180 € al año en el gasto de calefacción de una familia española media. El coste de inversión en estos sistemas de medición individual no supera en general los 120 € por vivienda (para un apartamento medio de 6 radiadores, en base a 20 €/radiador, sin válvulas termostáticas) y por lo tanto la inversión necesaria se recuperaría en pocos meses.
Esperemos que estas medidas de ahorro energético que establece la Directiva europea, y que llevan aparejadas un ahorro económico para el consumidor, se incorporen cuanto antes a nuestra legislación. Por el bien de los consumidores y porque el maltrecho clima del planeta también nos lo agradecerá.
En mi Comunidad la calefacion y el agua caliente se paga por la cuota, independiente del consumo con las consecuencias siguientes: 1) hay algunos comuneros que se traen a sus familiares a ducharse y lavar la ropa gratis (lo pagamos el resto), otros tiene alquiladas habitaciones etc, me sale mas cara el agua de esta segunda vivienda que de la habitual que vivo el resto del año.
Se que por directiva Europea hay que poner contadores en cada radiador antes del 2017, lo primero es que no se ha reflejado aun dicha directiva en el correspondiente R.D. y ademas que las directivas muchas no se cumplen y no pasa nada dicen los aprovechados.
mi pregunta es ?Si pongo los contadores por mi cuenta a partir del 2017 y pago lo que consumo alegando que es una directiva de obligado cumplimiento el Juez me dara la razon) o debo de seguir permitiendo estos latrocinios encubiertos.
Asimismo la LPH dice que los gastos comunales se deben individualizar entre todos lo comuneros siempre que sea posible. En mi caso es cuention de dinero no de imposibilidad tecnica.
Si un coche tiene que llevar un retrovisor mas ancho, no se cuestiona lo que cueste y se debe cumplir.
05 abril 2016 | 14:05
Afortunadamente vivo en una comunidad con calefacción central. En cada radiador está instalado un dispositivo que mide su temperatura y pagamos en función de lo que cada uno gasta. Resultado: en casa siempre tenemos una temperatura estable y perfecta para quien en ella vivimos, no como en las casas de conocidos con calefacción individual: o estás helado porque no la encienden o asado cuando la encienden a todo trapo para calentar la casa
05 abril 2016 | 14:17
Con respecto al anterior alguien me lo puede aclarar, aunque por mi cuenta he tomado algunas medidas.
Dejo la calefaccion a tope todo el año aunque no habite el piso, me van ha cobrar lo mismo.
Voy a dejar la cisterna del water corriendo todo el año tambien, asimismo me van a cobrar igual.
Y por ultimo varios comuneros que tenemos la vivienda como segunda vivienda van ha hacer como yo, espero que lo entiendan y los aprovechados y aprueben se pague por lo que se consume.
05 abril 2016 | 14:24
Una chapuza de muchas, en mi vivienda lo han instalado y en 45 años ha sido el único que he pasado frio todo el invierno, por cierto compré la casa precisamente por la calefacción central. Tengo los reguladores al 3 (temperatura de 18 a 20 grados) y se quedan helados a la hora, encima que ahorro, si al final pago por una calefacción que es «individual el coste solo», pero que solo puedo poner en los horarios que se ha decidido en junta, es decir acaba a las 10 de la noche, vamos que yo llego a las 18 horas, enciendo, tarda en calentar y a las 10 ya no tengo calefacción. Encima amenazan a los pisos intermedios, que aunque no la pongas, tienes que pagar un 30% del coste por el calor residual que recibes, vamos que tampoco permiten quitarlos y ponerte tu la calefacción que quieras. Como en todos estos cambios de leyes, saldran beneficiados los mismos. UNA GRAN CHAPUZA
05 abril 2016 | 15:52
Un vez más, el desGobierno español hace las cosas mal, seguramente por interés particular (a mayor consumo, mayor IVA, entre otras muchas ventajas para ellos y las multinacionales que los manipulan).
¡Con lo fácil que sería cumplir la Directiva Europea desde YA, y empezar a ahorrar recursos, reducir los contaminantes, etc.!
Es lamentable el comportamiento de nuestros politicuchos. Eso sí, nos dan pistas clarísimas sobre a quién no debemos votar en las próximas elecciones.
05 abril 2016 | 17:13
Muy buen artículo, las calefacciones centrales son más eficientes que las individuales, siempre es mejor algo para muchos que para uno, el problema era y sigue siendo ese, como pagamos entre todos pues que más da. Espero que poco a poco se vayan cumpliendo las normativas y cada cual pague lo que debe.
También hay que tener en cuenta que con la crisis actual nadie quiere invertir ni gastar, lo que es un problema. Pues muchas comunidades pueden decidir libremente si realizar algún cambio para ahorrar pero estando la cosa tan mal es complicado.
05 abril 2016 | 23:19
Excelente artículo!!! La calefacción central aporta más beneficios que la individual. El problema es poner de acuerdo a una comunidad de vecinos. Os dejo un artículo que leí sobre cómo ahorrar en calefacción que me pareció útil: http://www.elmejorahorro.com/7-consejos-para-ahorrar-en-calefaccion/
06 abril 2016 | 09:42
Los sucesivos gobiernos que han ido desgraciando el país han estado formados por gente con la preparación de pablito [¡profesor patético de politiquería!, pero sin hablar idiomas -oigan su ingles- y, por lo tanto, incapaces ni siquiera de leer lo que no comprenden!]
Los errores en las transposiciones de la directivas comunitarias no son una novedad: primero… ya proceden de los tiempos de FG, cuya patosa trasposición de algunas directivas es todavía comentada en la CE.
Pero debemos repartir las culpas a quien corresponde: A todos los gobiernos de este gran desgobierno.
¿Sabían, por ejemplo, que en La Haya hay una sala dedicada EXCLUSIVAMENTE a las denuncias sobre las trasposiciones?
¿Sabían que el que se lleva la palma de «mala trasposición» son Italia y Francia?
¿Sabían que los grupos de presión en Bruselas [mal llamados lobbys, que es otra cosa], cuando fracasan, rápidamente van a mecer la cuna de los gobiernos estatales?
No es casualidad el error, como tampoco es casualidad intentar hacer desaparecer el autoconsumo eléctrico.
Y Soria dice que viéndolas venir.
¡mariano!!!!!!!
11 abril 2016 | 10:07
Afortunadamente hay sistemas que permiten una mejor distribución del aire (frío/calor) para permitir el ahorro energético y así ahorrar mucho dinero en la factura y respetar el medio ambiente.
15 agosto 2016 | 01:02
en la actualidad hay sistemas que permiten la distribución del aire (frío / calor) en diferentes salas, de esta manera se ahorra mucho en la factura de la luz y en el respeto al medio ambiente.
15 agosto 2016 | 01:04
La calefacción central es un auténtico despifarro, tanto económico como de energía y de combustible. Se pone en marcha a una hora en la que no estoy en casa (de 8 a 10 horas antes de llegar a casa). Podría cerrar los radiadores, pero al llegar estaría la casa fría y además, la calefacción la pago sí, o sí, ya que todos los vecinos pagamos por igual. De esta manera, la ancianita del 5º ve La Ruleta de la Suerte calentita, pero yo estoy desperdiciando mi dinero. Además, vivo en la última planta, la más expuesta al frio… sin embargo, a veces, a las 10 de la noche, la temperatura en el salón puede llegar a 26 grados!!! qué temperatura tendrán en los pisos inferiores!!!!! (más despilfarro de todo). Por otro lado, por las mañanas está apagada y hace un frío del copón cuando vas a trabajar, y te lo tienes que comer con patatas (eso sí, las ancianitas están aún en la cama).
29 noviembre 2018 | 15:47