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Sexo terrorífico en Gran Hermano 11: El atauding

Si es que son como animalillos en celo.

Lo de Arturo e Indhira va más allá de la muerte. Estos dos conejos de duracell se pasan el día dale que te pego y sin prejuicios ni tapujos ni vergüenza ni nada.

El caso es que a base de hacerlo allí donde puedan, los dos tortolitos (es una forma de hablar, el amor no es precisamente lo que les une) han inventado el atauding.

Como sabéis la prueba semanal consiste en que la mitad de los concursantes son humanos y la mitad vampiros.

Los humanos viven de día y deben hacer cruces y collares de ajos y no deben cruzarse con los vampiros, porque se convertirían en muertos vivientes (y al revés).

Los vampiros, a su vez sólo pueden vivir de noche, comen cosas rojas (tomate, zumo de tomate, remolacha…), deben bañarse en sangre (de palo) y dormir en ataúdes (claro, los vampiros intentan todo el rato convertirse en humanos para poder comer como Dios manda…).

¿Adivináis qué dos «vampiros» comparten ataúd?

Pues sí. El otro día, el fecundador quería darle lo suyo y lo de su prima a Indhira, pero como están muertos, debió considerar que no hacían falta condones, pero Indira le dijo que a ver si la iba a preñar en directo.

Y la malagueña hizo bien, porque dados los antecedentes de Arturo (este chaval mira a una mujer y la deja preñada, es como el Chuck Norris de la fecundación)…

El caso es que Indhira se decidió por el karaoke (no sé si me explico), haciendo un ruido de sonajero porno, que Carolina definió como «una bayeta mojada«.

Todo muy entre lo escatológico y lo sexual. Que grimilla.

El caso es que el resto de los vampiros están hasta las narices de que el ataúd de al lado parezca un club de alterne y Carolina y Tatiana se liaron a gritos. Eso sí, Gerardo está encantado con los ruiditos de sus compañeros. Para mí que este hombre veía el Canal + codificado.

Por mi pueden hacer lo que quieran, pero un poco más de discreción no vendría mal. Sobre todo porque Arturo, orgulloso de sus hazañas (no como Indhira, que un día de estos se azota como penitencia) se dedica a saludar a la cámara y hacer gestos de victoria después de cada revolcón.

Le falta sacar a hombros a su amiguita la inquieta, que no me cabe duda de que podría.

EL MAL ROLLO CON ÁNGEL

¿Son cosas mías o está un poco aislado?

La verdad, yo creo que Ángel no ha cambiado, creo que han sido sus compañeros del alma de la casa espía, Laura, Saray y sobre todo Hans, los que se han cambiado, y para mal.

El caso es que creo que el viaje a Perú le va a venir que ni pintado al madrileño, al que creo que le pesa mucho estar rodeado de tanto vago y tanto parado, porque él es creativo y activo y sus compis más de tirarse en un sillón…