Comienza la gala de Gran Hermano Vip en la que entran los brasileños

Empezamos.

Vemos a Elettra en Brasil. Ha hecho lo único que sabe hacer, que es menear el culo y las domingas.

Y vemos a sus intercambios, los gemelos brasileños. Van vestidos como si vinieran de escalar el Everest.

Y ojo, que dice Jordi que Daniela y Aída ya no son amigas. Normal… es que la paciencia de Daniela parece infinita, pero o lo es. Y si de algo sabe Aída es de agotar paciencias.

Y sí, Marco y Aylén tuvieron hora sin cámaras. Qué casualidad, oye, cuando está la novia nominada.

El caso es que pudimos ver a Alyson morderse las uñas y diciendo que estaba de bajón y que no sabía por qué. Bueno, salá, porque se estaban trincando al chico que te gusta. Se llama envidia.

Aída tenía más ganas de irse a Brasil que de tener una estatua en la plaza de cada pueblo. Así que se quedó más planchada que las sábanas de un hotel.

El caso es que enviamos a Elettra, que la verdad, es como enviar un doberman a representarnos en un congreso de gatos. «Voy a enseñar el culo de mula», dijo Elettra, que es una choni de las que ya no quedan.

Elettra cuando se te cruza por la calle no te dice hola, te enseña el culo y las cachas te hablan por ella.

Vemos a los gemelos. Jordi habla con ellos. Bueno, hablar, hablar… No se entienden una mierda. Jordi ha hablado un portuñol que habría hecho llorar a Cervantes.

Manoel y Antonio, se llaman.

Total, que van a hacerse pasar por una sola persona. Eso si Jordi consigue hacerse explicar, porque los pobres muchachos ponen cara de póker.

«Yo creo que no han entendido nada», dice Jordi, que dice que tiene un ojo operado y rojo, en homenaje a los primeros logos de Gran Hermano. Pues menos mal que el logo no era un prepucio, porque se circuncida.

Vemos a Elettra en Brasil. Lo que ha hecho ha sido hablar de tópicos facilones y hacer más perreo que en la hora de la comida de una protectora de animales.

«Me miraban como si fuera una alienígena», dijo Elettra en el confesionario. Normal, con esos piercings y moviendose como si se la estuviera comiendo por dentro una tenia, cualquiera no lo piensa.

Sale del confe Antonio, el primer gemelo. «Un chico, menos mal», dice Marco. Irma no pierde el tiempo, ya le está haciendo la pelota. «Aaaaaaaaaaaaaantonio, que nooooooooombre más boniiiiiiiiiito», le dice. Si se llega a llamar Cojoncio o Almorrano, Irma es capaz de decirle lo mismo.

Por el amor de dios, qué capacidad de adular. Irma sería de las que le dirían al emperador desnudo que el traje es precioso.

Aída le enseña al brasileño la nevera, para que vea que no hay comida.

Aída está acojonada por el porcentaje del 70%. Hasta tal punto que le rezó al niño Jesús rogándole que no fuera su porcentaje. Y ojo, que eso es mucho, porque normalmente Aída le pide a Dios y no usa ni por favor, de tú a tú. Eh, Dios, pásame la sal.

«Tú no lo entiendes porque nunca has sido la persona más odiada de todo un país», le dijo Aída al Súper.

Daniela puso a sus fans al servicio de Aída, pidiéndole que la salvaran. Daniela cada vez me cae mejor. Es muy generosa y nada rencorosa.

Ojo. Los porcentajes han cambiado: el más alto ha bajado casi diez puntos.

Enésimo vídeo de bronca Aída/Irma. Irma no soporta a Aída y no lo hace porque Aída le saca todo el tiempo del papel de persona melosa que ella intenta tener. Es como si Irma intentara ponerse la piel de cordero y Aída se la quitara todo el rato. Bueno, quien dice quita, dice le echa queroseno y le pega fuego.

«He estado a punto de decirle que dejara de hablar de mí», dijo Irma después de un encontronazo. Se lo dijo a Emma, que aún no ha muerto, al menos eso creemos, porque mueve los ojos.

BROMA DE LA MIERDA

Ya sabéis: Elettra y Aylén hicieron la broma de poner colacao disuelto en leche en el baño, como si fuera mierda. Y Aída, ahora sabemos exactamente cómo fue, llegó y para devolvérsela se sentó en el cagadero, en el váter, en el trono, y se quedó allí hasta que consiguió jiñar, lo que dejó un maravilloso olor en el cubículo.

Así que las bromistas y los demás de la casa pensaron que el las pinturas rupestres del baño eran de verdad.

Daniela dijo «es lo más fuerte que he visto en mi vida, creo». Joder, qué vida más suavita ha tenido esta mujer. OOOH; un chorizo en un váter, qué fuerte. Eso se lo enseñas a un marine que venga de la guerra y llora. Homero estuvo a punto de meter un episodio sobre caca en la Odisea en la que Ulises veía un cagao flotando en el mar, pero al final eso eclipsaba al rollo de las sirenas y el cíclope y lo quitó.

Primer cambio de los gemelos. Eso después de que el Súper las pase canutas tratando de explicarles que se cambien las ropa. Y hace lo que hacemos todos con el inglés, pero con el brasileño: como no sabía decir bufanda, dice «bufandinha». Ya sabéis que para hablar en brasileño sólo tienes que acabar todas las palabras en «iña» o «ao».

Más vídeo de la caca. Aída soltó un jiñote que podría haberlo empadronado. Tú llevas ese moñigo al registro civil y te lo inscriben. Me maravilla la capacidad de Aída de cagar a voluntad.

-Oh, necesito mierda para una broma. Pues cago.

El caso es que como con Aída no podían pues se empezaron a meter con Daniela. Y sí, la primera Elettra, que le dijo a Daniela que tenía mirada de loca. Algo raro teniendo en cuenta que llevaba gafas. Y ahí se fueron a la habitación a poner de  loca y de mala a Daniela.

BLUMETTRA SON LOS PADRES. ES MÁS FÁCIL CREER EN LA EXISTENCIA DE LA ATLÁNTIDA QUE EN BLUMETTRA.

A Elettra lo que le jode es que Daniela no esté lamiéndole el culo. ¿Por qué Daniela se ha unido a Aída? Porque Elettra y Alyson la han tendido como señorita de vida a legre por rastrojo.

El caso es que antes de irse a Brasil a Elettra le dio tiempo de tener una buena bronca con Aída. Elettra definió a Aída como «la cagona de España» y gritó «¡ADORO MI CACA!».

Y Aída pidió perdón por enviar a Elettra a Brasil.

Me saca de quicio que Irma Soriano frivolice con lo del machismo. «Elettra es un especimen», dijo Aída e Irma se metió: «que llames así a una mujer… machista», dijo.

CAMBIO DE POOOOOST

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