Calentones sexuales, puñaladas traperas y sueños rotos en la recta final de Gran Hermano 16

Sofía y Marta, frotando morro en el jacuzzi. (TELECINCO)

Madre del amor hermoso.

Si quieres conocer de verdad a alguien hay dos métodos infalibles: viajar con esa persona o llenarle la casa de microcámaras y espiarle las 24 horas. Lo primero es legal.

Pero también se puede meterle en GH y esperar a que se acerque la final. Y eso es lo que está pasando con los gachís y las gachises de la casa, que están entre torrefactos y quemados.

Vayamos con Sofía. Nadie en el mundo se quiere más que ella. Dios tiene menos amor propio que Sofía. Sofía está pensando en trasplantarse sus propios órganos sólo para tener más de ella misma.

Al final, es una niñatilla de las que intentan provocar y ser lo más para llamar la atención. ¿Que uno es sexual? Ella es Afrodita con una caja de viagras. ¿Que una se ha tirado a dos tíos? A ella le faltan 3 indios para haberse cepillado a toda la especie humana. Y así.

El otro día hablaban de hacer cosas delante de los padres. Y no digo los deberes, ni una función del cole haciendo de Arbol 2. Hablo de hacer cosas cochineras con el o la novia.

La aportación de Sofía a la conversación fue: «¡¡SOY LA QUE LO DA TODO Y MÁS, Y DELANTE DE LOS PADRES!!«. Joder.

¿Sabéis el típico niño tímido, con gafas, gordito y con acné que es el virgen en el instituto? En la clase de Sofía no había. Acabó con ellos por la vía del desvirgue sumario. Y delante de sus padres.

Cuando algún amigo de Sofía le dice a sus padres «papá, he traído una amiga», los progenitores ponen fundas en el sofá y en las camas. Y cuando la profesora dice en la clase de Sofía: «El trabajo por parejas«, hay hostias como en el primer día de rebajas por ponerse con ella.

El caso es que Sofía está caliente como para que la instalen en el sótano de un edificio en el hueco de la caldera y llegue el agua caliente al sexto.

Y eso está sacando de quicio a la que es su superamiga de la muerte o sea, de verdad: Marta.

«Está buscando votos baratos», dijo de Sofía. «Busca el voto de los adolescentes traviesos«, añadió. Por traviesos se refiere a que se meten al cuarto de baño y gastan más papel higiénico que las cabinas de un sex shop.

Pero eh, que Marta tiene su público, ojo: «Yo busco el voto de los padres que no les gusta que sus hijos se metan a las camas a fornicar». Joder, sólo faltaba allí Pablo Iglesias pidiendo que sonrieran.

«Sí se puede» es el lema preferido de Sofía.

Metidos en el jacuzzi (ese agua tiene que estar ya como la charca del abuelo Marcelino) Sofía se dedicó a calentar a Aritz. Digamos que el vasco subió el periscopio a ver qué se cocía en la superficie. Y se estaba cociendo él.

«Ya sabía yo que cuando no quedaran hombres en la casa Sofía iba a ir a por Aritz«, dijo Marta. Dejemos a un lado tema de que Marta no considere hombres ni a Aritz, ni a Han, ni a Carlos. Ese comentario es la forma larga de llamar salida a una amiga.

El anillo único se puede destruir tirándolo en el Monte del Destino y si quieres destruir el Monte del Destino lo puedes hacer tirándoselo Sofía.

Eso sí, a Marta no le importó que su amiga Sofía le comiera los morros con un ansia y una actitud que habría hecho sonrojarse a Cicciolina. Sofía parecía un gato lamiéndose el pelaje. Pero el pelaje era Marta. 

Por otro lado, oh, sorpresa: Han y Aritz vuelven a estar enfadados. Vaya por dios. El último asunto de discordia han sido los celos de Han por la «persona especial» que Aritz tiene fuera. Que más que tener una persona parece que tiene fuera un hámster al que quiere mucho.

Eso sí, Han es mucho más salao que Aritz, pues declaró: «Yo nunca lo he hecho en la calle… quizá en un portal«. JA JA JA JA Ah, los tecnicismos, de cuántas nos han salvado.

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