Milá abronca a una familiar: «Por los clavos de Cristo, ¿cómo se puede ser tan mala?

Ah, amigos, la de anoche fue una emotiva velada en la que los sentimientos de amor y cariño hacia los seres queridos llenaron la noche como… como… como la puñetera la peste de un vertedero un 15 de agosto, por dios, que asco.

Tanto quererse y tanta tontería, hombre ya, tanto llorar y abrazarse y ponerse histérico por ver a la abuela.

Sí, por si no lo habíais adivinado la de anoche fue la gala de familiares de Gran Hermano, esa en la que unos tipos y tipas que llevan unos días en una casa viviendo a cuerpo de rey echan por tierra con su sincero cariño y añoranza la falsedad y la histeria exagerada de las familias alemanas que se reencontraron tras la caída del muro de Berlín.

Peeeeero, empecemos por el principio.

La cosa comenzó en la gala de Gran Hermano con un vídeo de los concursantes más deprimidos que Kim Kardashian intentando sentarse en un taburete. Todos echaban muchas cosas de fuera y a muchos seres queridos y estaban muy tristes.

Lo más destacable es que Azahara se estaba comiendo un bocadillo de acelgas cuando empezó la gala. Un bocadillo de acelgas. El partido que en las próximas elecciones lleve en el programa pena de cárcel para la gente que come bocadillos de acelgas tiene mi voto.

Milá iba vestida de cota de malla, que sólo le faltaba la espada y una ciudad que asediar. Con ese modelito no te la beneficias ni empleando un ariete. Tienes que ir a la cama con una radial y gafas protectoras.

Aunque si la ponías de lado, como llevaba unas bandas blancas podría ser también un disfraz de calzada con un carril para cada sentido. Si veis una foto suya en el libro de la autoescuela no os asustéis.

La cosa de los reencuentros empezó con Paula: Debía mover un hula-hoop para poder ver a su amiga en un monitor y hablar con ella. Era su amiga la morena que la ha estado defendiendo en el plató.

Era imposible saber lo que se decían, porque se ponían a gritar las dos a la vez en una especie de ritual de comunicación similar al de dos babuinos discutiendo por un plátano. También aparecieron otros amigos y amigas suyas: «Aaaaaaaaaaay, pero porqué tanta geeeeeeeeeeeeeeeeeenteeeeeeeeeeee», gritaba Paula.

Pasaba de la risa a las lágrimas en un segundo y de ahí de nuevo a la risa-sonrisa. Luego lloraba otra vez. Sólo faltaba que dijera que Jekyll iba a matar al Mr Hyde. Aquí os dejo unas imágenes:

En el confe como regalo le habían dejado cuatro piñas pequeñas «piñas bebé», según Paula. Cuantas piñas arrancadas de los brazos de sus madres. Dijo que una de las que había salido antes era «amiga desde que eran fetos en el vientre de sus madres«. Lo mismo se conocieron por Fetook.

Ya en la sala de pruebas estaba montada la puñetera casa de Bob Esponja. En ese momento pensé que si salía Patricio me tatuaba el logo de GH en una nalga.

Paula llegó a la sala de pruebas y dijo que eso era Hawai. Con dos cojones: una piña gigante y un patinete de mar, lo más característico de Hawai. Una conclusión: Hawai es Torrevieja.

Dentro de la piña estaba la abuela de Paula. Hay que joderse. Habían metido a la señora dentro de una piña. A saber cuánto tiempo llevaba ahí dentro a oscuras la pobre señora. Espero que no tenga los problemas de Concha Velasco.

«Abuela, que has salido de una piña, me muero de amor», le dijo Paula. La pobre señora intentaba meter baza, pero Paula no la dejaba. La abuela se fue de allí que ni le dolía la cadera con tal de irse deprisa.

Y EL MOVIDÓN DE FRAN

Le llevaron al confe y le pusieron un vídeo de su mujer e hijos hablándole y se puso a llorar y de rodillas. Y a llorar sentado. Fran es de llorar, pero cómodo. Igualito le pasó a Rajoy en el despacho cuando Ana Mato le llevó la dimisión.

En el jardín había una tarta gigante y él pasó por delante como si la tarta llevara allí desde antes de hacer la casa de Guadalix. De dentro salió su mujer, pero no estaba en topless ni nada, como se esperaría de alguien que sale de una tarta.

«Lo estamos pasando mal porque la tele es la tele y salen lo que la gente piensa. Tú no has hecho nada malo, pero la gente miente», le dijo la mujer. JA JA JA Esta señora sí que sabe cómo animar a alguien.

Si Fran llega a estar en la cárcel mañana por la mañana le encuentran ahorcado en la celda con los cordones de los zapatos.

Esto es lo que tenía que haber salido:

Y ésto es lo que salió:

«¡¡POR LOS CLAVOS DE CRISTO, PERO CÓMO SE PUEDE SER TAN MALA!!», dijo Milá, que está indignada con la señora y con razón.

Pero hablando luego con Fran Milá, en lugar de consolarle, fue y le dijo que «sabías a lo que te arriesgabas». Hala. ¿Porqué no le dieron una pistola con una sola bala y le dejaron solo?

Vamos con Yolanda. Bueno, vimos un vídeo de Jonathan haciéndole cobras a Yolanda. La muchacha es inasequible al desaliento. Más le vale a Jonathan no palmar, porque Yolanda va por la noche al cementerio, roba el cadáver y se lo folla antes de que se le acabe el rigor mortis. He aquí un resumen de su relación, siendo Yolanda la de la derecha.

En el salón le pusieron una mesa con productos manchegos, incluidos Miguelitos de la Roda, que están de puta madre. Pero debajo de la caja de Miguelitos estaba su madre. A mi me hacen eso y me cabreo. Si hay Miguelitos tiene que haber putos Miguelitos. JODER.

Se abrazaron y se quisieron y se besaron y lloraron en el reencuentro que lo mismo ruedan con ellas la segunda parte de Lo Imposible.

Ya en el momento de la expulsión Fran dijo «que sea lo que el público y Dios quieran«. Claro que sí, a la diestra del Señor está el público de GH. Ni ángeles ni hostias. El público votando con el móvil.

Con Alejandra repitieron jugada de persona dentro de caja de Miguelitos. Alguien la chistaba y ella no sabía de dónde venía. Al final levantó la caja y vio a su madre.

Bueno, la cabeza de la madre, que eso era hasta gore. Joder que susto, ver ahí a tu mamá decapitada. Y encima no en una bandeja de plata, que por lo menos da caché, no, encima decapitada entre chorizos y migas manchegas.

Ahí fue cuando hicieron un primer plano del culo de Alejandra con el meneíto de la emoción. Ha fue sin querer, ojo. O eso o había un cámara que se estaba haciendo un zoom manual de mala manera.

A las primas les metieron además en la sala de pruebas su coche, un citröen que se encontraron en Atapuerca excavando y que no pasa una ITV ni drogando a los técnicos. Es el único coche de España que te lo llevas a hacer cundas y los yonkis no se suben por seguridad.

Numerosas amigas pijo-chonis, o sea pijonis, salieron del interior como salían los payasos de la tele del coche pequeñín. La talla 36 del Zara sirve para eso: para que quepan más chonis en un citröen viejo.

Justo antes de que Fran llegara al plató llego su mujer. Dijo la señora que le había dicho lo que le había salido del alma. Milá no cedió la presa, le dijo que «no se puede hacer peor».

Lucía, encantada con no ser ella la que se llevara las hostias, se metió a linchar: «Tu marido no es santo de mi devoción, pero lo que le has hecho no se lo deseo ni a mi peor enemigo».

Y Fran llegó al plató: la gente que fue a saludarle parecía sacada de la caseta del PP de la Feria de Abril.

Milá siguió con el tema de alegrarle a Fran la noche y lo primero que le dijo fue: «Murió la duquesa de Alba, sé que era tu amiga». JA JA JA JA JA

Venga. Vaaaaaaamos.

Ah, Fran, por cierto, te han embargado el piso, tu perro ha mordido al alcalde y te ha demandado y te estás quedando calvo. Oh, mira una bañera llena y un tostador enchufado, ¿que podrías hacer con eso?

En la entrevista de Fran básicamente dejó claro que:

a) Él ha sido auténtico, no tenía estrategia.

b) Tenía estrategia, porque estaba concursando.

c) Todo lo que dijo lo dijo de corazón y separando concurso de sentimientos.

d) «Lo que no puede ser es que yo vaya allí de Boy Scout».

El cuadro: un apoderado mancillando por donde amargan los pepinos a una mujer que representa la concordancia de conceptos. Nombre de la obra: Toma, Coherencia. Pintor: Fran.

Al parecer Fran ha perdido 16 kilos. «Si ahora mismo pusiéramos aquí mismo 16 kilos de grasa ni te digo el vómito que te iba a entrar», le dijo Milá. Venga animar al señor.

Le ha faltó decir: puto gordo seboso, eres una montaña de chicle mascado, joder, que si el Titanic hubiera chocado contigo en lugar de hundirse habría rebotado. Tienes una papada que parece la boca de un besugo, joder, muérete ya.

Para la sorpresa de los primos reutilizaron la playa de la sala de pruebas, pero sin piña. Los primos debían pedalear en el patín y así verían a sus colegas. Cada vez que salía uno de sus amigos eso se parecía más a «Colega dónde está mi coche». Esta gente no pasa un control antidoping ni de coña.

El súper le comunicó a Luis a bocajarro que se había ido Fran. Si el súper trabajara comunicando fallecimientos en un hospital la gente le donaba hasta las uñas de los pies de sus seres queridos.

Después Luis salió al patio y le habían montado una taberna taurina. De cartón piedra, pero taurina.

De detrás de la cabeza de un toro en la pared apareció el padre de Luis. No sé si eso es una meráfora o que. El señor, manteniendo toda la dignidad que podía, le dijoa Luis que todo bien, que siga así.

Apareció también una chavala, la prima de Luis, pero miraba a su pariente con ojitos tontorrones. «A ver que te vea», le dijo Luis y se asomó a verle más, sobre todo las domingas. Cuanto más primo, más te la arrimo.

En ese reencuentro ha hubo la misma emoción que en la extracción de una muela cariada.

A Hugo le pusieron un vídeo de su madre. Los dos se pusieron a llorar como si se estuvieran viendo mutuamente siendo torturados. Bueno, en realidad creo que la madre estaba fumada, porque se descojonaba a cada rato. «Ay, Hugo, que riquiño eres, ja ja ja ja», dijo la mujer.

Hugo le pidió perdón a su madre porque le habría visto bebiendo en las fiestas. Es como si le hubiera pillado bebiendo en un botellón. Hugo salió a por la cabra y al volver estaba su abuelo en el confe.

Hugo lloró. Lloró. Volvió a llorar. Los peces esos que beben en el río beben de lo que llora Hugo. Lloró más. Y más, y así.

Para el reencuentro de Azahara reciclaron de nuevo la sala de la playa. Le hicieron ponerse un casco. El caso no le entraba, porque el pelo muelle que tiene impedía que se lo encasquete. Tenía que coger pelotas con una red. 

Al acabar con éxito entraron en la sala su padre y su madre metidos en unas burbujas de aire. Era como ver una peli de los ochenta sobre niños infecciosos.

«Cuando te hagas la pasta o el arroz te fríes un ajito como te dije», le dijo la madre. Joder, eso es un consejo práctico y lo demás son tonterías.

NOMINADOS: LUIS, JONATHAN Y ALEJANDRA. No tengo nada clara la expulsión, aunque me da que Jonathan…

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