Comienzan las nominaciones y Michael llega al plató

La primera en nominar es Sindia: Nomina a Berta y a Christian.

Nomina ahora Pepe, que se sienta en el confe como si tuviera diarrea: Nomina a los mismos, Christian y Berta.

Vemos un vídeo de Juan. El cura se ha sentido solo esta semana. Cree que si él se fuera nadie le echaría de menos.

Nomina a Pepe y a Sindia.

Nomina Ariadna: Le casca a Marta y a Juan. Por falta de afinidad.

Nomina Christian: A Pepe, por mentir y a Hugo, por nominarle a él.

Los dos nuevos, Dani y Berta, han pasado la semana acojonados, porque lo normal es que a los nuevos se les nomine a muerte. El caso es que se prometieron que no se nominarían.

Pero pasada otra semana, a Berta le dan unas ganas de nominarle que no son normales.

Nomina Dani/Milhose: Se ha puesto una pajarita de cuadros. No, no es Milhouse, es Flanders. Nomina a Alessandro y Christian.

Nomina Berta: Nomina a Marta y a Sindi.

Nomina Hugo: a Dani/Milhose/Flanders y a Christian, por dejar en evidencia a alguien.

Milá dice que le chifla Dani. Pues mira, en eso disentimos, porque a mi me cae como un estropajo de alambre rascándome la espalda.

JA JA JA

Hugo definió a Marta como un Potato, por los accesorios que lleva. Nomina Marta: A Christian y a Berta.

Alessandro se ha puesto un gorro de tejón para nominar: a Berta y a Marta.

Y llega al plató Michael:

Está dando unos abrazos a las expulsadas que no les frota la cebolleta, se la incrusta.

Le han echado por el 52,2%. «¿Eso es mucho?» pregunta el muchacho, «No, un poco más de la mitad», dice Milá, ja ja ja.

El chaval está que se caga encima de los nervios.

Ahora hablan de la maldición de Ari, cada vez que alguien se le acerca, le ponen en la calle. Revela Michael que le ha puesto en la carta que le tiene mucho cariño a Ari, que la quiere mucho y que luche por sus sueños.

Sí, sí, todo eso, pero no la quiere ni en pintura.

A ver, lío. Como todos han pensado que no se podía nominar a Noemí porque se iba a Brasil y no les han sacado de su error, pues ahora Milá se lo van a decir, que si alguien quiere cambiar y nominar a Noemí, puede hacerlo.

JA JA JA.

Sindi le echa cojones y se va al confe, siendo la primera porque fue la primera en nominar. Lo demás piensan que esto es un truco para algo.

Pero Sindia hace los mismos votos. El caso es que al final van a pasar todos del tirón.

De momento nadie las cambia. Esto es un entrar y salir de gente, que mareo. El súper vuelve a reirse de la pajarita de Dani.

Marta deja igual sus nominaciones, pero pide un ibuprofeno, así, porque pasaba por allí.

Y nomina Noemí: A Marta y a Sindia.

NOMINADOS: Christian, Marta y Berta.

Volvemos con la entrevista a Michael. Vemos cómo el señorito es un poco picajoso. Intentaba imponer la ley y el orden, pero claro impone menos que un cicle pisado en el suelo.

Y revivimos el momento del bizcocho. El policía, garante de la justicia, no paró hasta que encontró a los culpables. Lo que pasa es que su técnica de investigación fue dar la coña hasta que los culpables confesaron para librarse de ese pesado.

Joe, que tipo más soso. Milá le pregunta medio de coña y él responde como si estuviera declarando en un juicio. Dice Michael que es la calefacción la culpable de que se meta el dedo en la nariz hasta el cerebro. Al parecer, la calefacción les cierra la tocha.

Y nos toca el rollo Michael-Ari. Ya sabéis como ha sido: Ari, estate aquí, trátame como un cachorro, sé mi chacha, pero no me arrimes el hocico que te hago la cobra.

Ahora dice el gachó que le dijo a Ari que le dejó claro desde el principio que nunca habría nada más allá de la amistad. «Ha habido una parte que no has tocado, el resto lo has tocado todo», le dice Milá.

«Yo me conozco a mi mismo y me quiero», dice Michael, así, derrochando autoestima.

Ahora vemos un vídeo de Ari mendigando cariño. «¿Me das un beso, me das un abrazo?». Ay, soy una pobre niiiiña tatuaaaaada, dame un beeeeeeso, dame un abraaaaaaazo.

«Te dejaste querer como un gatito», dice la Milá, que le reprocha a Michael lo que todos le reprochamos: que tonteara con Ari si no quería nada con ella.

Yo me solidarizo con Ari, porque he sido muchas veces el paño de lágrimas, cuando quería ser el condón. No se si me explico… ja ja ja.

Ari, en la casa, en directo, llora como una descosida.

Vemos un vídeo en el que los ex concursantes acusan a Michael de ser un interesado y de arrejuntarse a Ari por estrategia.

Pepe, el ganador del pasado, dice «todos sabíamos que eso no iba a funcionar», ah, amigos, es que desde fuera es muy fácil ver estas cosas…

Y ahora vemos el vídeo del pagafantas: Michael se ha arrimado a todo lo que ha entrado en la casa, pero se ha comido los mocos. A todo lo que era bonito, quiero decir. De eso se deduce que es un superficial.

Michael oye a Mary Joy, una niña de 18 años, llamarle pagafantas y flipa en colores.

También le moló María, pero ésta prefirió a Hugo, y el madero se quedó con dos dedos de frente.

Y por último, Berta. No sabemos si ésta ha pasado de él, porque no ha tenido tiempo. Si yo fuera Michael me iría a las vegas, porque con lo jodido que lo lleva en el amor, debe ser un crack en el juego.

Ahora el poli se pone duro y dice que él no es pagafantas, que él sólo lo intenta si piensa que hay algo recíproco. El caso es que el jodío ve reciprocidades así le mire de reojo un gato.

Madre mía. Este tío en un interrogatorio tiene que ser la risa. Málaga debe ser el paraíso de los criminales. Ahora dice que no se enteró de que Noemi tenía pareja.

Y nos ponen su vídeo de resumen.

 Entra de nuevo la azafata para traer el libro de Gran Hermano. Lo mismo Michael aprovecha para intentar ligársela.

Toca que Michael se despida.

La primera es Ari, que se pone a llorar en cuanto le ve. «Ari, que pasa», le dice y le pide que lea la carta. Ella la lee. «Nunca he sentido tanto cariño por una persona como por ti. Snif buaaaaaaa, buaaaaa». Y así acaba.

Michael también se pone a llorar. Es posible que los antidisturbios estén soltando gases lacrimógenes por ahí.

Milá lee las nominaciones y se acabó lo que se daba.

Un besito a todos. Mañana, como siempre, se acabó lo que se daba.

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