Comienza la gala de ‘Gran Hermano’ con la carnaza

Ya estamos.

Sólo nos han enseñado los pies y las manos de los nuevos, pero no auguran nada bueno. Botas chonis y manos de chulillo.

Eso sí, los dos nuevos pueden mover a los concursantes entre las casas como quieran, con la condición de que haya 8 en cada casa.

Nos dicen que él es vasco y que ha recorrido Sudamérica y África.

Ella, iba en las listas de algún partido en las últimas elecciones municipales.

Milá lleva un sombrero de esos que si llueve te mojas igual.

En fin. Les comunican a Chari y a Rubén que se ha acabado su privilegio de los 15 minutos diarios. Se dan unos besitos y Chari regresa a su hogar.

Y sin más demora, nos ponen el vídeo de Chari y Rubén en el que piden la hora sin cámaras, después de estar varios días calentándose pa na. Pero llegó el día y les pusieron un catre en el pasillo. La carnaza, desde el primer momento.

Y pudimos oír unas cochinadas de película porno de las que se graban en un fin de semana en un chalet alquilado. Y claro, para dar ejemplo, como Marta y Joaquín, sin protección. Venga.

Y recién copuladitos, cada uno a su casa, y encantados por si Rubén hubiera dejado preñada a Chari. Alegría.

Y en el plató tenemos a las madres de ambos, más avergonzadas que las señoras cuando les pita la alarma en los grandes almacenes. La madre de Chari es una agorera, que de embarazo nada, que tiene que acabar las oposiciones.

«Si me agacho se me cae el sombrero», dice la Milá. O sea, que además de feo de cojo… es incómodo. Lo tiene todo el modelito. ¿Qué habrá en el DVD que lleva ese tocado? ¿No podían ponerle un pen drive que es más pequeño?

Ya está la Milá con su costumbre de hacer una pregunta y no dejar responder.

Empezamos con todo lo duro, por lo que veo. Ahora nos toca el rollo Marcelo-Laura. Os lo resumo: Me molas, ahora no y eres el gilipollas / la gilipollas más grande que he visto. Ah, no, ahora me molas otra vez y me pego a ti como si fuera un perro en celo. Vaya, se acabó, te odio de nuevo.

Ay, el jacuzzi. Ese lugar de carnaza y toqueteo. Para mi que les echan algo en el agua, no sé, yo la veo un poco azulada, seguro que les disuelven viagras por la mañana, sin que se enteren los chavales.

Y todos convencidos de que Laura y Marcelo acabarán juntos, cosa que no creo que pase con Laura y Samu (su novio), que tiene que estar igual de contento que un gnomo en el culo de un trol.

Mi conclusión es la siguiente: Laura está pillada y es la que más se la juega y Marcelo es un idiota que lo único que quiere es poner el churro a remojo. Vamos, lo que viene siendo un niñato.

Y encima el chaval se piensa que tiene un gran mundo interior y que es irresistible de guapo. La realidad es triste: tiene el mismo mundo interior que mi hámster (y no tengo) y es igual de bello que el culo de un camello.

¿Será tonto el tío, que se ofende porque Laura le dice de broma que es feo? Yo no se por qué Laura pierde el tiempo con semejante cretino.

Y mandan a los nominados a la sala de expulsión.

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