La escalada de violencia entre Israel y Palestina vuelve a llenar las páginas de los periódicos. Aparece y desaparece con la pasmosa facilidad con la que nos hemos acostumbrado a ver la muerte en directo, por televisión. El conflicto más antiguo de nuestra era sigue masacrando vidas, escalando en la espiral del odio y violando con total impunidad cada resolución de la ONU, ante la inacción de la comunidad internacional.
Todo lo que planea sobre Oriente Medio son sombras. Pero incluso aunque todo parezca sombra, sigue necesitando la luz. Hablando con Ofer Laszewicki, compañero y amigo periodista, mientras estaba en Israel escribiendo historias de esa fantástica tierra, comprendí que los medios entramos en esa espiral. No, el periodismo no está para ser responsable, está para contar lo que pasa. Pero no neguemos que hay cierta obsesión con la sombra y a veces nos convertimos en buscadores de sangre. Si, además, le damos la vuelta a la tortilla, veremos que por lo general la noticia es que un hombre muerda a un perro y no al revés; así que por excepcional, puede que haya llegado el momento de que la luz entre Palestina e Israel ilumine con sus buenas noticias nuestras portadas más a menudo. Así que no se me ocurre otra idea mejor que reseñar dos proyectos que, poco a poco, tienden el puente que separa a dos pueblos condenados a entenderse o desaparecer. Lee el resto de la entrada »