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La decepción demócrata, la política de discursos

El presidente estadounidense, Barack Obama, en una rueda de prensa. (EFE)

El presidente estadounidense, Barack Obama, en una rueda de prensa. (EFE)

En 2006, a dos años vista de las presidenciales, Hillary Clinton era la favorita entre los demócratas. En 2009, sin embargo, no era una mujer quién asumía el liderazgo de la Casa Blanca; lo hacía Barack Hussein Obama, convirtiéndose en el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos. Durante los primeros años de su mandato, Obama cayó en simpatía con sus discursos llenos de promesas y buenas intenciones. Después de la reelección en 2012, que le daba el margen de tiempo que pedía para completar sus planes, el presidente sigue sin cumplir varias de sus promesas y se encuentra en uno de los momentos de mayor impopularidad.

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¿Un gran discurso (vacío)?

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El presidente Barack Obama repasa su discurso una última vez antes de comparecer ante el Congreso. Fotografía tomada por el fotógrado de la Casa Blanca Pete Souza.

Este martes Obama pronunció su quinto discurso sobre el estado de la Unión, que según indica la Constitución, debe hacer el presidente de Estados Unidos ante el Congreso periódicamente (normalmente una vez al año). En este acto, que sigue unos protocolos muy marcados, el presidente informa sobre la condición del estado de la nación, o sea que hace una especie de balance sobre el país y las políticas nacionales. Es la ocasión para que éste, aprovechando la importancia mediática del acto, subraye su agenda legislativa, para la que necesita el apoyo del Congreso, y sus prioridades tanto nacionales como en política exterior.

El caso es que en su discurso del martes, Obama dejó bien clara su actitud ante el Congreso: “Sea donde sea y en cualquier momento puedo dar pasos sin la ley para dar más oportunidades a más familias americanas, y eso es lo que haré”. Se refería a aprovecharse más de su poder ejecutivo y actuar por decreto aunque en gran medida necesitará el apoyo tanto del Senado como de la Cámara de Representantes. “Cuando el debate nos impide llevar a cabo las funciones más básicas de la democracia –cuando nuestras diferencias nos llevan a un cierre parcial del gobierno- entonces no estamos haciéndolo bien a los ojos del pueblo americano”, añadió.

Y es que en los últimos cinco años, y especialmente desde que en 2011 la Cámara de Representantes tiene mayoría republicana, la oposición del Congreso a las principales iniciativas legislativas de la Casa Blanca han entorpecido los planes de Obama. Algunos ejemplos que él mismo menciona en su discurso: la promesa de cerrar Guantánamo o la reforma migratoria que todavía convoca el sueño americano.

Que, por cierto, en el discurso, de una hora y pico, no faltan ni el toque de superioridad nacional ni la reproducción de estereotipos. Ahí van algunas de las frases que Obama suelta entre punto y punto: “Mis queridos americanos, ningún otro país en el mundo hace lo que nosotros hacemos.” “Michelle y yo queremos que todos los niños tengan las mismas oportunidades que este país nos dio”. “Después de cinco años de esfuerzo, Estados Unidos están mejor posicionados para el siglo XXI que ninguna otra nación en la tierra”. Y otras perlas de este tipo.

Bien, Obama también aprovechó para llevarse los méritos de la reforma sanitaria y sacarle brillo en un intento de hacer lucir una reforma compleja que se puso en marcha en 2013 con muchas dudas en el aire. Además, repasó otros logros (entendido como promesas cumplidas; no logros en sí) durante su presidencia, como la retirada de las tropas de Irak y poner fin a la guerra de Afganistán (las tropas se retirarán en 2014). Ahora quedan a su suerte. Eso sí, “America debe moverse de la ocupación permanente. Es por eso que he impuesto límites prudentes en el uso de drones”, dijo Obama el martes.

En el discurso no faltó tampoco una mención a la desigualdad: salarios estancados, dificultad para salir de la pobreza, paro. También hizo hincapié en la discriminación que sufren las mujeres americanas: “Las mujeres ganan 77 centavos por cada dólar que gana un hombre. En 2014 esto es una vergüenza”. Totalmente de acuerdo, claro está.

En política internacional, a la que dedicó poco rato de su discurso, pasó por encima temas como la guerra estancada en Siria, el conflicto árabe-israelí o las negociaciones con Irán entre otros. De Siria no añadió poco más que palabras vacías que se suman a la actitud de la comunidad internacional. Sobre el conflicto en Oriente Medio dijo: “Mientras hablamos, la diplomacia americana da soporte a israelíes y palestinos mientras entablan conversaciones difíciles pero necesarias para acabar con el conflicto; conseguir dignidad y un estado independiente para los palestinos, y paz duradera y seguridad para el Estado de Israel (ojo con la guinda del pastel!), un estado judío que sabe que America siempre estará a su lado.” Respecto a Irán, Obama está convencido que las negociaciones darán sus frutos y se podrá impedir que Irán obtenga el arma nuclear. Por otro lado, con Europa y Asia las relaciones van viento en popa según Obama y su (interés comercial común) amistad sigue por el buen camino.

A pesar de su habitual magnificencia al hablar y las buenas estrategias de sus asesores, que deciden llevar una decena de personas que ejemplifican “el buen ciudadano americano” para que sean el hilo de su discurso, sabemos lo que ha hecho y lo que no ha hecho Obama. Tomamos nota de lo que el presidente pretende hacer (ya veremos cómo): Guantánamo, subida de salarios, reforma migratoria, igualdad salarial para mujeres y hombres, crecimiento económico, fomentar el empleo, reforma energética, Irán, Siria…¿Habrá sido un gran discurso (vacío)? ¿Rescatará Obama su credibilidad perdida y su popularidad? ¡Dios bendiga a América!

BLANCA BLAY

@BlancaBlay

blanca.blay@gmail.com

SE VENDE SEGURO…¿Y REFORMA?

Viñeta de Dave Granlund

Viñeta de Dave Granlund

Las trabas a la reforma sanitaria de Obama no han cesado desde la promulgación de la ley en 2010. La oficialmente llamada Ley de Cuidados Accesibles, la reforma más ambiciosa que se haya hecho en las últimas décadas en Estados Unidos, sigue creando polémica e incertidumbre desde el primer día. El episodio más reciente que da fe de ello es que en las últimas semanas cerca de siete millones de ciudadanos estadounidenses han recibido cartas de sus aseguradoras anunciándoles la cancelación de la cobertura contratada porque el seguro no se adapta a los requerimientos de la reforma.

De este modo, se incumple la promesa del presidente, que tratando de calmar el revuelo de dudas que genera la ley, ha asegurado en reiteradas ocasiones que nadie perderá su seguro médico. Así que, ante la presión de lo sucedido y las acusaciones de la oposición –que siempre aprovecha cualquier ocasión para expresar su rechazo hacia la reforma- Obama rectificó ayer y dijo que permitirá a los ciudadanos que lo deseen mantener en 2014 sus planes médicos sin necesidad de renovarlos.

Este hecho es otro episodio de la aventura que empezó ya en 2010, cuando se aprobó la ley, y que añade todavía más incertidumbre entre la población. Lo que debía ser uno de los grandes logros del mandato de Obama se está convirtiendo en una amenaza constante a su credibilidad y empieza a pesar por su propia complejidad.

La complejidad de la reforma

Obamacare supone importantes cambios para un país en el que la salud está dominada por el mercado de compañías de seguros privadas y en el que cerca del 15% de la población (un poco menos de 50 millones de personas) carece de cobertura médica. Así, el principal objetivo de la legislación es acercar al país a la cobertura médica universal.

Para ello se han mantenido los dos programas de asistencia estatal: Medicare, que ayuda a jubilados y discapacitados, y Medicaid, que ayuda a las personas con menos recursos, y se ha expandido su alcance a estos sectores en algunos estados. Además, se han introducido nuevas condiciones para los paquetes de seguros ofrecidos por compañías privadas y empresas, que deberán garantizar al menos una serie de beneficios, tales como salud mental, cobertura por maternidad y hospitalizaciones. Es decir, ObamaCare no regula la atención médica sino que regula el sistema de seguros y busca corregir algunas de las peores prácticas de la industria con fines de lucro.

De este modo se busca dar respuesta a aquellos ciudadanos que no tienen ningún tipo de cobertura, ya sea porque su trabajo no les ofrece, porque no se lo pueden permitir o porque se les ha denegado por una condición médica preexistente. En cualquier caso una gran parte de la población estadounidense (cerca de la mitad) no se verá muy afectada por la reforma porque ya disponen de una cobertura a través del seguro médico que le ofrece la empresa.

Actual tipo de cobertura del que dispone la población estadounidense.

Actual tipo de cobertura del que dispone la población estadounidense.

Si bien la mayoría de los cambios introducidos ya están en funcionamiento uno de los pilares de la reforma está todavía por llegar: la obligación de que todos los ciudadanos tengan algún tipo de cobertura médica en 2014, o de lo contrario, deberán enfrentarse a una multa (con excepciones en el caso de quien no pueda pagar ningún seguro). Para ello se creó un Mercado de Seguros y se abrió el 1 de Octubre el plazo para que los ciudadanos adquieran (comprar, al fin y al cabo), si no tienen, el seguro que más se ajuste de entre los ofrecidos por Obamacare, ya sea por Internet, por teléfono, en persona o por escrito.

Así, desde el 1 de Octubre hasta el 31 de Marzo de 2014, pueden entrar en la web para consultar el ‘paquete’ que más se ajusta en función de sus ingresos y sus necesidades. La administración del sistema también cambia según el estado ya que algunos ofrecen su propio mercado de seguros y otros se limitan al mercado federal. Así, por ejemplo, si uno vive en California puede acceder a una página más personalizada.

Si bien Obamacare supone muchas ventajas también supondrá pagar nuevos impuestos y hará falta esperar unos años para conocer los resultados de ‘la gran reforma’, que habrá aplicado la totalidad de sus modificaciones en 2015. En cualquier caso, parece claro que la reforma le va a salir cara a Obama, almenos a nivel político.

PARA MÁS INFORMACIÓN…TE RECOMENDAMOS:

http://obamacarefacts.com/how-will-obamacare-affect-me.php

‘Hechos sobre Obamacare: desmontando los mitos”

BLANCA BLAY

@BlancaBlay

blanca.blay@gmail.com