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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

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Así cuenta el Daesh los atentados contra París y Rusia

dabiq«Pensaban que estaban seguros en sus jets«. Con este lenguaje empieza el editorial del último número de Dabiq, la revista del Daesh o mal llamado Estado Islámico, que describe con toda frialdad los atentados de París y el ataque al avión ruso en Egipto. Después de la portada en la que se puede leer «simplemente terror», los pies de foto de la primer página hablan del «cobarde» François Hollande, el presidente francés, y se atreven a afirmar que «la pesadilla en París no ha hecho más que empezar».

El grupo terrorista une los atentados de París al derribo del avión ruso en la península del Sinaí (Egipto) y afirma que las dos naciones «de cruzados» han derribado sus propias casas con sus propias manos a través de su hostilidad al Islam. En el mismo número se pueden encontrar otros artículos adoctrinantes, como uno en el que recomienda a las mujeres tener paciencia y soportar la poligamía de sus maridos, porque así lo quiere Allah.

El Daesh puso en su lista a Rusia el 30 de septiembre, después de que el gobierno de Vladimir Putin decidiera entrar en la guerra de Siria. «Parece que sus guerras contra el Cáucaso no le parecían suficiente ofensa», desafía el grupo terrorista en referencia al movimiento checheno, del que muchos seguidores se han unido al Daesh. Explican así su idea de atentado: cuando descubrieron una manera de poner en peligro la seguridad del aeropuerto Sharm al-Sheikh, quisieron derribar un avión de una empresa que perteneciera a alguno de los países que forman la coalición internacional contra el Daesh, encabezada por Estados Unidos; pero tras la intervención rusa en Siria, cambiaron su objetivo por un avión de este país. El atentado causó la muerte de 224 personas, que los terroristas describen así: «219 rusos y otros 5 cruzados». Y se jactan de haberlo llevado a cabo sólo un mes después de que Putin decidiera la intervención. Lee el resto de la entrada »

Bombardear, ¿la solución al Daesh?

Hollande, tras los atentados de París: "Francia está en guerra" / YOAN VALAT - EFE

Hollande, tras los atentados de París: «Francia está en guerra» / YOAN VALAT – EFE

París: nuevo objetivo de los atentados de Estado Islámico. También Beirut, aunque cuando ocurre allí parece que estamos más curados de espanto. Centenares de nuevas muertes en nuestro planeta provocadas por el terrorismo, por el odio. Menos de 72 horas después Francia respondió, con bombardeos, en la localidad Siria de Raqqa, considerado el epicentro del «califato» del Daesh, o Estado Islámico. La decisión de Hollande de responder con bombas ha provocado una gran controversia, tanto en la política como en la sociedad. «¿Es que no hemos aprendido nada de Irak?», dicen unos. «¿Es que existe otra solución eficaz?», plantean otros. Ante todo, conviene hacer un análisis del antes y del ahora y trasladarnos, con toda la información de la que disponemos, al origen del problema.

¿Por qué hemos llegado hasta aquí?

Existe un vídeo en la red que explica, en sencillos mapas, el conflicto en Siria, y que se ha vuelto muy viral. Independientemente de si es más o menos fiel a la realidad, uno de los aspectos que remarca es el enorme conflicto económico (y, por tanto, de poder) que generan el petróleo y el gas en Oriente Medio. Ese conflicto ha ido generando dos bandos más o menos definidos (existen otros intereses que les separan de sus propios aliados, pero esa ya es otra historia): Irán, Siria y Rusia, por un lado, y Arabia Saudí, Estados Unidos e Israel, por el otro. En medio estaría Turquía que, si bien se inclina más hacia el segundo grupo, mantiene conversaciones fluidas con Putin. ¿Qué pinta Siria en todo esto? Uno de los principales motivos que convierten al país persa en el epicentro del conflicto, más allá de los gasoductos, es que, mientras que los misiles de Israel alcanzan Irán, los de Teherán tienen que situarse en Siria para alcanzar Israel. Y sí, tanto el iraní como el sirio son países chiíes, pero ese no es el origen fundamental del pacto, porque si algo hemos aprendido estos días es que el conflicto tiene que ver con todo, menos con la religión.

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París y su gente tres días después: ni rastro de odio

"En el acceso a la sala de conciertos Bataclan, una chica se acerca para dejar un ramo de flores en recuerdo por los 80 muertos, se detiene frente al objetivo sin saber qué hacer" / Xosé Bouzas

«En el acceso a la sala de conciertos Bataclan, una chica se acerca para dejar un ramo de flores en recuerdo por los 80 muertos, se detiene frente al objetivo sin saber qué hacer» / Xosé Bouzas

Casi se ha contado todo sobre París. Casi, porque lo que le sucede a estos hechos es lo que a todos los acontecimientos que cambian la Historia: que no se acaban nunca. Todavía no hemos cerrado, desgraciadamente, la lista de fallecidos, ni la de culpables. Aún necesitamos mirar mapas de París para señalar las catedrales del horror y nos quedan, desafortunadamente, muchos vídeos inéditos con los que asustarnos, otra vez. Quedan infinitas historias anónimas de héroes, víctimas e hijos de puta. Pero aunque los atentados de París lo cambian todo, no ponen remedio a la inevitable vuelta a la vida real. A la rutina. Los parisinos, sea cual sea su origen, tuvieron que levantarse ayer al ritmo de su despertador, poner los pies en el suelo, la máscara de la normalidad y lanzarse a la escuela, el trabajo, la universidad, el supermercado. De eso hemos hablado con algunos de ellos.

Coinciden en que el ambiente es menos tenso de lo que aparece por televisión. La sociedad del espectáculo nos ha repetido tantas veces la estampida del domingo en la Place de la République que la vida de la ciudad se nos antoja el minuto antes del vaciado de revólver en las películas. Hay miedo, pero sobre todo hay dolor. Y ninguno de los entrevistados ha hablado de rabia, más bien lo contrario: responder al ataque con bombardeos a Raqqa, la ciudad siria base de operaciones del Daesh, es considerada una cucharada más en la boca del odio. Lee el resto de la entrada »

Washington-París: matrimonio de conveniencia

Desde 1996 ningún presidente francés había pisado suelo americano en la categoría de “visita de estado”. Si entonces fue Chirac, casi veinte años después fue François Hollande quien aterrizó en Estados Unidos. El encuentro, que pretendía vender al mundo la idea de “amigos para siempre”, simbolizó de algún modo que Hollande ya había olvidado que Estados Unidos espió su móvil.

Obama y Hollande -EFE

Obama y Hollande -EFE

Aunque pensándolo bien, justo después que se revelara que 35 líderes mundiales habían sido espiados –revelación que pilló a Hollande, Merkel y compañía en plena cumbre europea en Octubre– el presidente francés fue muy cauto con sus palabras frente a una más cabreada canciller. Entonces Hollande ya dejó claras su prioridad: la relación con EEUU. Incluso bromeó diciendo que tal vez había que agradecerle a Snowden su trabajo porque “así aprenderíamos a protegernos mejor”.

Tras el escandalo por su affair y la posterior separación de hasta entonces su pareja sentimental, Hollande llegó a Washington el lunes por la tarde sólo y agitando los encargados de protocolo de la Casa Blanca. Y lo hizo dispuesto a recuperar la dignidad y la popularidad de su país, o quizás, la suya propia. El mensaje transmitido por Obama y su homologo francés fue claro: “Una década antes, pocos hubiesen imaginado nuestros dos países trabajando tan cerca en tantos ámbitos pero en los últimos años nuestra alianza se ha trasformado”, escribieron en una carta conjunta en The Washington Post.

Y es que en los últimos diez años han pasado cosas. En primer lugar, Francia ha ido superando el bache de la invasión norteamericana de Irak y, en segundo lugar, en 2009, la potencia europea volvió al mando integrado de la OTAN, que De Gaulle abandonó en 1966. Así Washington y París tienen hoy muchas cosas en común. Ambos ocupan un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde tienen derecho a veto, y forman parte de la élite de países que poseen la bomba nuclear. Por no mencionar los foros mundiales o las cumbres como el G20, en las que se encuentran. Pero sobretodo Hollande es el principal aliado de Obama en términos militares, o mejor dicho, el más activo en la lucha contra el terrorismo.

Tal como explican en la carta conjunta en TWP, donde más se aprecia su “estrecha cooperación” es en África. Y aunque en la carta hacen referencia a datos como la apuesta de ambos para combatir el SIDA o fortalecer las instituciones democráticas de algunos países africanos, la verdadera alianza se hizo evidente en el ámbito militar, como demostró Francia al intervenir en Mali con el soporte logístico de Estados Unidos. Una relación que va viento en popa incluso en Siria, ya que París fue de los primeros países en dar apoyo a una posible intervención militar en el país en guerra si Obama daba el primer paso.

En la conferencia de prensa conjunta ofrecida esta semana ambos mandatarios resaltaron su voluntad de afrontar «juntos» los grandes desafíos globales. «Hagamos más cosas juntos», subrayó el presidente estadounidense. De este modo parece ser que estos dos presidentes con una impopularidad al alza han sepultado el escandalo de espionaje y sus respectivos países están listos para reinstaurar la confianza mutua. La visita de Hollande estuvo, sin duda, cargada de simbolismo. Mucha parafernalia, demasiados elogios. Esto huele a matrimonio de conveniencia.

BLANCA BLAY

@BlancaBlay

blanca.blay@gmail.com

Los valores de la república francesa

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Protestas en Francia en contra de Manuel Valls por la expulsión de la alumna gitana // Afp

Tras días de silencio y polémica, el sábado pasado el presidente francés, François Hollande, se pronunció sobre la deportación de la familia Dibrani, gitanos de la minoría romaní que residían en Francia de manera ilegal. La acción emprendida por su gobierno a principios de Octubre desató las críticas -más por la manera en que ocurrió que por la expulsión en si- y las palabras de Hollande no han hecho más que atizar el fuego. 

Después de denegar el permiso de asilo que la familia había pedido, el Ministerio del Interior, con Manuel Valls en cabeza, ordenó a la policía encargarse de devolver a los Dibrani de vuelta Kosovo. Primero fue el padre, el 8 de octubre, y al día siguiente, fueron la madre y los seis hijos. Cuando esto ocurrió todos estaban en casa menos Leonarda, ahora foco de todos los medios de comunicación por su arresto durante una excursión escolar.

Cuando salió a la luz el modo en que Leonarda había sido detenida muchos se indignaron y salieron a las calles a protestar. Rozando la legalidad, que prohíbe una acción policial de este calibre en las escuelas francesas o cerca de éstas, la policía hizo detener el autobús en el que viajaban Leonarda y sus compañeros de clase, que iban de excursión con el colegio. Así, aunque no ocurrió en la escuela sí que pasó durante horario lectivo y ante las miradas de incomprensión de sus amigos y la impotencia y resignación de sus profesores.

Sin embargo, ninguna de las críticas o las protestas, surgidas no sólo de entre sectores de la población sino también desde dentro del propio Parti Socialiste, sirvió para que el ministro del Interior francés, Manuel Valls, rectificara o matizara lo más mínimo de sus palabras. Tampoco lo hizo que centenares de estudiantes tomaran las calles de París y de otras ciudades del país para pedir el regreso de los Dibrani y la dimisión del ministro. Valls, de los políticos más populares hoy en Francia, se ha mantenido firme desde el primer momento y ha puesto en tela de juicio los valores de su partido, que con acciones como ésta recuerda más a la lucha contra la inmigración de Sarkozy que a la supuesta política izquierdista de Hollande.

Lo único que hizo el ministerio fue abrir una investigación para comprobar precisamente la legalidad del proceso de deportación llevado a cabo y, bajo poca sorpresa, esa investigación fugaz afirma que el proceso ocurrió ‘dentro de la ley’ y que en todo caso debería corregirse la legislación e incluir que la policía tampoco debe de actuar en plena actividad escolar, con independencia de si ésta tiene lugar o no dentro de la escuela.

Por si no fuera suficiente lo ocurrido hasta el momento, durante su aparición estelar ante las cámaras, Hollande sugirió que «dadas las circunstancias, si se realiza una solicitud y si quiere continuar sus estudios en Francia, [Leonarda] será bienvenida». La idea del  presidente, de alargar la mano sólo a Leonarda dejando su familia en Kosovo, es tan absurda que cae por su propio peso. Con este gesto, Hollande, sienta un precedente que no gusta a la derecha ni satisface lo suficiente a la izquierda y que complica el debate sobre la inmigración en Francia.

Por último, mientras episodios de este tipo ocurren en la república francesa, segunda potencia europea y tierra de la ‘liberté, egalité et fraternité’, poco a poco y en silencio el partido de ultraderecha Front National va ganando adeptos. Según un sondeo publicado por ‘Le Nouvel Observateur’ el partido obtendría el 24% de los votos en las elecciones europeas, que tendrán lugar esta primavera, y se convertiría en el partido más votado de Francia. Miedo. ¿Dónde quedan los valores?

BLANCA BLAY

@BlancaBlay

blanca.blay@gmail.com

Stopdesahucios: Antes de que la sangre llegue al río

Foto de la "Marcha por la dignidad" a su paso por Zaragoza / PAH

Foto de la «Marcha por la dignidad» a su paso por Zaragoza / PAH

Cuando una herida sangra, lo primero que hay que hacer es taparla. La que causan los desahucios en España es más que una hemorragia cualquiera, es un derramamiento de sangre al que el Gobierno de Mariano Rajoy puso en su día una tirita -el código de buenas prácticas para los bancos, que es como decirle a un niño que no se coma el caramelo en la puerta del colegio- y después dejó que llegara al río.

Para como todo río, el agua siempre desemboca en el mar. Y el mar es en esta ocasión, el Parlamento Europeo. Seis miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Córdoba, emprendieron el 1 de julio un camino muy largo para llegar a la Eurocámara y reclamar su apoyo para lograr la paralización automática de los desahucios en nuestro querido país. Han recorrido a pie 2.600 kilómetros durante 87 días.

Antonio Raya no es víctima de ningún desahucio. Por solidaridad, se unió a la marcha en Perpiñán. Ante los medios, ha manifestado que esperan que la Eurocámara «obligue al Gobierno español a que pare los desahucios automáticamente» y que escuche sus tres reivindicaciones «más urgentes»: la paralización automática de los desahucios, la dación en pago y el alquiler social para las personas que pierdan su casa. Después se han reunido con el presidente del Parlamento, el alemán Martin Schulz. «Al presidente le vamos a pedir que tenga en cuenta nuestro problema y que como mínimo se interese por las tres o cuatro reivindicaciones que tenemos más urgentes», ha explicado Raya.

Cuando una herida es grande, puede herir a otros órganos. La problemática de los desahucios está dejando de ser sólo española. También en Francia se están produciendo injusticias, como ha señalado Leonor Infante, otra de las integrantes de la marcha: «En París ha sido devastador lo que hemos estado viendo», ha reconocido, insistiendo en que «no es un problema ya solo español» sino «a nivel europeo».

¿Y cuál es la injusticia? Irene lo define bien: «lo que no puedes ser es que comiences pagando una hipoteca de 500 euros y que en seis meses tengas que estar pagando 1.200 euros. Eso no se puede tolerar». Además, cuando alguien deja de pagar, su deuda se multiplica con unos intereses desorbitados y esa deuda no desparece cuando se entregan las llaves de la casa. Queda pendiente, impoluta, acechando a quien ya lo ha perdido todo.

Antonio Jurado Checa ha denunciado que el artículo 47 de la Constitución español sobre el derecho a una vivienda digna «no se está respetando» y que los directores del BBVA «están amenazando a una familia con que va a ser desahuciada y les iban a quitar los hijos». Falta regulación y mano dura, pero con los bancos. En la Europa de los Derechos Humanos, un derecho fundamental como el de la vivienda se viola con total impunidad. La diferencia entre la protección al ciudadano, al que se le están robando desde sus derechos laborales hasta su techo, pasando por la sanidad y la educación, hasta la máxima protección que reciben nuestros bancos, rescates multimillonarios mediante, es indignante, abusiva e ilegítima.

Lo triste es que después de más de 2.000 kilómetros, los activistas de la plataforma han tenido problemas con el personal de seguridad para entrar a la Eurocámara por las camisetas verdes con el lema ‘stop desahucios’, por ser una «consigna política». Y aún hay más, a la comparecencia que organizaba el eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, han acudido sólo tres políticos más: el socialista español Vicente Garcés, el belga ecológico Philippe Lamberts y la comunista portuguesa Ines Zuber.

En julio de 2014 son las elecciones al Parlamento Europeo, donde se decide el 80% de las leyes que se aplican en España. Lo digo por si quieren sacar la libreta y apuntar algunos nombres. Antes de que la sangre llegue más allá del río.

ESPERANZA ESCRIBANO, Bruselas

@equilibrio_y_yo