Hace 20 años, el activista Ken Saro-Wiwa fue condenado a muerte y ahorcado en Nigeria. Saro-Wiwa “era culpable” de luchar por los derechos del pueblo ogoni, criticar a la dictadura militar de Nigeria y a las multinacionales petroleras. Durante años fue un estorbo para la dictadura encabezada por Sani Abacha.
“Vivo, soy un símbolo de la resistencia. Muerto, seré un mártir y por ende aún más peligroso”, escribió el ecologista y poeta nigeriano Ken Saro-Wiwa en una de sus últimas cartas, en la prisión de Port Harcourt. El 10 de noviembre de 1995 fue ahorcado junto con sus 8 amigos activistas: Baribor Bera, Saturday Doobee, Nordu Eawo, Daniel Gbokoo, Barinem Kiobel, John Kpuinen, Paul Levura y Felix Nuate.
Ken Saro-Wiwa dedicó su vida a luchar por los derechos del pueblo ogoni, una minoría étnica de aproximadamente medio millón de personas, que habita en el Delta del Níger, rico en petróleo. Reiteradamente denunció que, desde 1958, las petroleras habían convertido la tierra fértil paraíso de los ogoni en un desolado paraje. El territorio estaba atravesado por oleoductos y los estallidos de gas eran del tamaño de un edificio. La explotación masiva de los recursos naturales y el petróleo filtrado desde tuberías en mal estado causaron enfermedades y pobreza a la población local. A la cabeza del “Movimiento por la supervivencia del pueblo ogoni” (MOSOP), Saro-Wiwa condenó la “guerra ecológica de las multinacionales del petróleo”. Lee el resto de la entrada »