Y de repente, este viernes, la Casa Blanca se tiñó con los colores de la bandera tricolor, la que representa al colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT). Y es que el viernes una resolución histórica del Tribunal Supremo convirtió a Estados Unidos en el quince país de todo el mundo en permitir el matrimonio homosexual. Tras la resolución, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo resumió en una rueda de prensa con la sencilla frase: “el amor gana”.
Hasta ahora, en este país, el matrimonio homosexual era permitido en 36 estados y estaba prohibido en otros 14, principalmente, del sur y medio oeste del país. El caso, conocido como Obergefell, versus Hodges, en referencia al demandante que pedía la lagalización del matrimonio homsexual contra el director del Departamento de Sanidad de Ohio, también recoge otros tres procesos más: Tanco versus Haslam (Tennessee), DeBoer versus Snyder (Michigan) y Bourke versus Beshear (Kentucky).
Con un ajustado cinco votos a favor y cuatro en contra, el Tribunal Supremo consideró que, pese a que las legislaciones federales de Ohio, Tennesse, Michigan y Kentucky definan el matrimonio como la unión entre hombre y mujer, esto “viola la Decimocuarta Enmienda al negar el derecho a casarse o tener matrimonios realizados legalmente”, según explica la misma sentencia. Además, hace extensible la resolución a los otros diez estados donde el matrimonio homosexual no estaba permitido.
Y llegar hasta este punto no ha sido fácil, se ha logrado tras décadas de lucha e incluso cambios en el mismo discurso del mandatario. Hace poco más de diez años, en 2004, cuando Obama aspiraba a convertirse en Senador de Illinois decia en un discurso: “Mis creencias religiosas dicen que el matrimonio es algo santificado entre un hombre y una mujer”. En cambio, en esta última legislatura ha defendido abiertamente la legalicación del matrimonio homsexual. Por eso, tras la resolución, mientras las afueras del Tribunal Supremo se convertían en una fiesta del colectivo LGBT, Obama desde la casa Blanca daba una rueda de prensa en la que se apuntaba la victoria.