La mayor masacre con armas de fuego en la historia norteamericana llega en un momento de clara inestabilidad. Tanto en Estados Unidos como en Europa, la frustración política y económica ha movilizado la lucha contra el statu quo. Trump y el Brexit son un ejemplo.
El acto en Florida de Omar Mateen puede haber influenciado en la salida de Gran Bretaña de Europa e influencia sin duda el apoyo y acercamiento a la casa blanca de Donald Trump.
Vivimos una espiral de violencia, y además, el Islam está en crisis. Sunitas y chiitas están enfrentados. Y eso no ayuda a rebajar los ánimos de violencia hacia occidente. Además, que Mateen atacara en una disco gay revela una vez más que el islam y la sexualidad son una de las mezclas mas explosivas del laboratorio. El liberalismo sexual de Occidente no gusta al extremismo islámico.
Por el contrario, legislación norteamericana sobre armas y la ideología del Estado Islámico encajan bien. Estados Unidos es el ambiente ideal para seguidores del Estado Islámico. A pesar de haber sido investigado dos veces por el FBI en los últimos años por sus posibles vínculos con el terrorismo, Mateen pudo entrar a una armería de Florida y comprar un rifle de asalto AR-15.
En Estados Unidos hay 3,3 millones de musulmanes, un uno por ciento de la población del país, debido a los ataques terroristas la retórica contra los musulmanes ha dominado las noticias.