El Kurdistán iraquí es uno de los territorios del mundo sobre los que más se ha publicado recientemente y, probablemente, de los que menos se sabe. Con frecuencia, no por la falta de datos, sino por la deficiente contextualización de una región autónoma situada en una zona variopinta y muy complicada del globo.
Este lunes, los kurdos de la zona iraquí han acudido a votar por la independencia de su Kurdistán en un referéndum cuyo resultado podría suponer un nuevo punto de inflexión en el complicado tablero político de Oriente Medio. Estas son algunas de las cosas que hay que saber sobre la votación de los kurdos.
Por qué han ido a votar
A pesar de ser el pueblo que más tiempo lleva en Oriente Medio, los kurdos nunca han tenido Estado propio. No, al menos, como ellos hubiesen querido. Sus fronteras se han dibujado y desdibujado a lo largo de la historia en convivencia con árabes, otomanos o persas, hasta que el Tratado de Lausana de 1912 los dividió en cuatro Estados: Irak, Irán, Siria y Turquía. Las reservas de gas y petróleo, además de recursos hídricos, que éstos poseen en la zona ha sido el origen de una continua inestabilidad y un obstáculo para que el Kurdistán iraquí pudiera aspirar a convertirse en Estado.