Por Cláudia Morán
Son muchas y muy diversas las organizaciones que han denunciado durante años la tortura infringida en Marruecos a disidentes políticos y activistas saharauis, entre otros detractores de la monarquía. Ahora, Amnistía Internacional ha lanzado un informe sobre la tortura en el mundo que sitúa al país magrebí (y el Sáhara Occidental) entre los cinco que podrían poner fin a los casos frecuentes de tortura, junto con Uzbekistán, Filipinas, México y Nigeria. La reacción de Rabat no se ha hecho esperar: se han indignado con el informe, pero se comprometen a tomar medidas. La pregunta es: ¿Es un compromiso real?