Mientras los medios de comunicación ensalzan su debate entre quién es el ganador, Santos o Uribe, obvian una realidad contundente: en las elecciones del senado colombiano la abstención fue más del 56%, mientras que un 6,2% votó en blanco. Es decir, menos de la mitad de los colombianos depositaron el 10 de marzo su voto en las urnas por una de las opciones de políticas.