¿Quién no ha visto una película de soldados estadounidenses luchando en la guerra del Vietnam? Y es que esta guerra que duró más de quince del años, del 1959 al 1975, dejó más de 1,1 millones de vietnamitas y 58.000 solados estadounidenses muertos e inspiró películas hollywodienses y libros de todo tipo. Este viernes, Vietnam celebró los cuarenta años de la caída de la ciudad Saigón, actualmente Ho Chi Minh, lo que implicó la victoria de los vietnamitas del norte, el fin del conflicto y la reunificación del país.
Ahora, cuarenta años después, las relaciones entre Washigton y Hanoi han dado un giro de 180 grados y han pasado de ser enemigos irreconciliables, tras el final del conflicto, a aliados indispensables, ¿cómo ha sido esto?
Todo empezó en julio de 1995, ahora hace casi veinte años, cuando el inquilino en la Casa Blanca era Bill Clinton y decidió restablecer las relaciones diplomáticas con el gobierno vietnamita. En estos casi veinte años, los dos países, paulatinamente, han ido estrechando sus relaciones comerciales y militares.
En buena medida, esto ha sido posible porque los dos comparten un enemigo común en la región: China. Si bien hasta ahora el gigante asiático había sido un férreo aliado de los vietnamitas, ya que ambos países están gobernados por el Partido Comunista, las desavenencias territoriales han ido resquebrajando las relaciones. Y es que Pekín y Hanoi mantienen una disputa por la islas Spratly y Paracel en el Mar de la China Meridional. Unas tensiones que explotaron con fuerza el año pasado, cuando Pekín decidió instalar una plataforma petrolera en las aguas de las islas Paracel.