Fue descrita como quizás la sentencia más injusta de la historia del sistema de justicia militar: 35 años de prisión por filtrar documentos y vídeos clasificados a través de Wikileaks. En 2013, cuando se hizo pública la sentencia según la cual se condenaba la analista de inteligencia del Ejército estadounidense Chelsea E. Manning por la filtración masiva, pocos se imaginaban que podría salir de prisión al cabo de cuatro años.
La salida de Manning de la prisión de Fort Leavenworth, en Kansas, el pasado miércoles -posible tras el anuncio de la conmutación del resto de pena hecho por Barack Obama tres días antes de abandonar la Casa Blanca- no debe hacer caer en el olvido el motivo que llevó a Manning a dar la vuelta al mundo.