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Entradas etiquetadas como ‘elecciones europeas’

¿Votamos y sale el mismo tío?

EP_Strasbourg

EP_Strasbourg

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a la primera sesión plenaria en Estrasburgo despues de las elecciones, cuyo principal objetivo era elegir el nuevo presidente del Parlamento Europeo. La suerte entre Pablo Iglesias, Saijad H Karim, Martin Schulz y Ulrike Lunacek y estaba echada desde hacía tiempo, Schulz volvía a ser elegido presidente del Parlamento, votado por socialdemócratas, populares y liberales.

En la próxima sesión, la semana que viene, tampoco habrá lugar para novedades, Jean-Claude Juncker será elegido como próximo presidente de la Comisión Europea.

A la vuelta de Estrasburgo una amiga me comentó: me tienes que explicar todo esto de Europa, porque yo no lo entiendo… ¿Votamos y sigue saliendo el mismo tío no? Esta pregunta motivó este artículo porque quizás muchos os preguntéis lo mismo, y más este año, la prensa ha bombardeado con las discusiones entre Martin Schulz y su legitimidad de reclamar el puesto para la comisión, o la lucha personal de David Cameron contra la elección de Juncker para el ejecutivo de la UE. Lee el resto de la entrada »

En disonancia con Marine Le Pen

Fuente: Fontenay-sous-bois

Fuente: Fontenay-sous-bois

La gran victoria del Frente Nacional francés en las elecciones del pasado 25 de mayo fue uno de los grandes titulares de las europeas. El FN pasó de los tres escaños que tenía en la Eurocámara a más de veinte.

“Nuestro pueblo exige una sola política: de los franceses, por los franceses y para los franceses” fue la frase que aclamó la líder de FN, Marine Le pen, tras conocerse los resultados.

Sin embargo, esta triunfadora extremista francesa ha fracasado en su principal objetivo desde la noche electoral: conseguir un grupo parlamentario propio, no ha logrado aglutinar a los eurodiputados necesarios en torno a su proyecto.

La líder del Frente Nacional, ganadora de los comicios en Francia con el 25% de los votos parece que no acaba de convencer, ¿Qué piensan los franceses del resultado de las pasadas elecciones? Lee el resto de la entrada »

Después de las europeas: qué es Europa

Nancy Fraser y Michel Wieviorka / CCCB

Nancy Frase y Michel Wieviorka / CCCB

Las últimas elecciones europeas convierten en certezas varias sospechas: la ciudadanía está hasta el moño de los partidos de siempre y la crisis política es más grande que la económica. No sólo por la altísima abstención (casi el 57%) sino por el ascenso estelar de la extrema derecha y los euroescépticos. Pero eso ya lo sabéis. El problema de fondo es que se nos ha olvidado quiénes somos.

«La redistribución de la riqueza es insuficiente», dice Michel Wieviorka, sociólogo y director del Colegio de Estudios Mundiales. Empieza así su intervención en una conferencia sobre La idea de Europa en el Centro de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). Le acompaña Nancy Fraser, politóloga y profesora en la New School University de Nueva York. Es difícil saber si es Europa o la presencia de Fraser, pero la sala está llena. Y eso que el rey había anunciado esa mañana que abdicaba.

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¡Europa está en crisis!

Cartel de las primeras elecciones europeas en Francia / Parlamento Europeo

Cartel de las primeras elecciones europeas en Francia / Parlamento Europeo

Anoche nos llevamos las manos a la cabeza. Primero con la abstención, que aunque baja sigue siendo muy alta, después con el ascenso brutal del racista Frente Nacional en Francia y por último con la victoria de los euroescépticos, capitaneados por el populista Nigel Farage, en el Reino Unido. Es definitivo, es real: la crisis política en Europa sobrepasa a la económica.

Que nos lleváramos las manos a la cabeza ayer también es un síntoma de la crisis. ¿Qué esperábamos? ¿El triunfo del bipartidismo? ¿un voto responsable que dejara vacíos a los partidos xenófobos? La UE ha implantado un discurso de austeridad y de enfrentamiento entre el norte y el sur, tímidamente contestado desde la izquierda europea. Y los discursos calan. Por no hablar de que ningún partido ha sabido responder a las proclamas racistas. Más bien todo lo contrario: los partidos tradicionales han copiado sus argumentos, endureciendo su postura contra la inmigración -sí, ésa que paga nuestras pensiones-. Y ya sabemos qué pasa cuando se copia, que a no ser que la imitación sea más barata, todos preferimos al original. Y votar es gratis.

A pesar de todo, las fuerzas europeístas siguen disfrutando de una mayoría que puede legislar sin temor a la destrucción del proyecto europeo. Pero la amenaza está ahí. Más allá de que los eurófobos y la extrema derecha formen un grupo parlamentario, la UE tiene la responsabilidad de recuperar los valores que la sustentan si no quiere que en el futuro estos partidos se conviertan en un riesgo real para la Unión.

Significativo el avance de la izquierda europea, con Alexis Tsipras, líder de la griega Syriza y candidato a la presidencia de la Comisión, a la cabeza. Una parte del electorado desencantado se ha volcado con la izquierda y su discurso antitroika, como en España con Podemos, el partido de Pablo Iglesias, que con sólo cuatro meses de recorrido ha entrado en el Parlamento Europeo con 5 escaños. También es un triunfo de la juventud, que entre tantos dinosaurios, ha encontrado en la izquierda europea su refugio y empieza a cantar «que sí, que sí, que sí nos representan».

La UE ha jugado desde su formación con varias combinaciones del mismo lema: unidos en la diversidad. De la diversidad no hay duda, desde la victoria xenófoba en Francia a la de la izquierda «radical» en Grecia, desde la bajísima participación en Croacia (no pasó del 24% y eso que el país es miembro del club desde hace menos de un año y la novedad suele suscitar el entusiasmo) hasta la española, que supera la media europea con el 45,8% de participación. Pero la unión empieza a cuestionarse. ¿O no?

Son los grandes golpes y las grandes crisis los que provocan cambios. La victoria de grupos racistas hará temblar uno de los pilares que sustentan la UE y que además es su mejor propaganda: la libertad de movimiento. Si volver a los visados para trabajar fuera de nuestros países empieza a contemplarse como una opción real, quizá volvamos a implicarnos y a luchar por derechos que nos pertenecen y no estamos dispuestos a perder.

Nigel Farage, líder del UKIP en su valoración de resultados

Nigel Farage, líder del UKIP en su valoración de resultados

¿Y si el Reino Unido se marcha? Ha ganado el partido que quiere salir de la UE. Bruselas no puede permitirse el lujo de perder a un peso pesado como el que representan los colegas británicos, pero si su papel sigue siendo el de poner palos en las ruedas, el proyecto europeo puede avanzar sin ellos. De hecho, la UE podría llegar a ser tan potente que los británicos tuvieran que pedir de nuevo la adhesión. En un mundo global, el imperio anglosajón no tiene sentido navegando solo. Por no hablar de que EEUU no se permitiría perder la oreja perfecta en el corazón de Europa.

"The show must go on"

«The show must go on»

Cuesta verlo con las manos en la cabeza, pero estas elecciones traen buenas noticias. La participación ha subido por primera vez desde que se celebran elecciones. Y la crisis está ahí,

brindándonos a los europeos una oportunidad sin parangón para darle una vuelta a este proyecto y seguir avanzando. Tomárnoslo en serio. Antes de entonar el «nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes», podemos reforzar nuestros valores y derechos. Sí, todavía estamos a tiempo.

ESPERANZA ESCRIBANO

Votar o no votar, no es esa la cuestión

Cartel en Strasbourgo. AFP

 

A una semana de las elecciones europeas lo que se vislumbra es un clima de debate sobre el papel de la UE con aroma a euroescepticismo. Ante la baja participación en los comicios anteriores, las instituciones se esfuerzan en explicar la importancia de estas elecciones. Se quiere invertir la tendencia, hacer creer que Bruselas cuenta y Bruselas decide, y es que realmente sí decide… El 80% de las leyes españolas se desarrollan a partir de marcos establecidos en Bruselas. Lee el resto de la entrada »

La picaresca también es europea

martin schulz

Captura del perfil de twitter que Martin Schulz tenía como presidente del PE y ha sustituido por la de candidato socialista

Hay topicazos que se extienden como la sombra de los cipreses sobre la cultura política española: la prevaricación -o abuso de poder-, anteponer intereses al desempeño del cargo, llenar los puestos de asistentes de familiares y amigos… Lo vemos cada día en las noticias. Que si la Fiscalía ve indicios de prevaricación en la adjudicación de las obras de X, o que si el candidato Cañete aprovecha sus ruedas de prensa como ministro de Agricultura para hacer campaña como candidato a las elecciones europeas. Pero la UE no se libra de estos casos, aunque, como van a ver, hay más picaresca que delito.

Martin Schulz. El socialdemócrata alemán es el presidente del Parlamento Europeo. Pero también es candidato a presidir la Comisión Europea si los socialistas europeos ganan las elecciones del 25 de mayo. Su treta ha sido divertida. Como presidente de la Eurocámara, tenía una cuenta de twitter, con el respaldo de la UE y que gestionaba su equipo, con 80.000 seguidores. Ni corto ni perezoso, ha cambiado el titular de esa cuenta, verificada como presidente, al de candidato. Para la de presidente ha creado una nueva. Es decir, si son followers de Martin Schulz, sepan que han pasado de seguir una cuenta que les ofrecía información oficial sobre la actividad del representante del Parlamento Europeo, a recibir la propaganda del candidato socialista. La jugada perfecta.

¿Lo anunció? Sí. Cuando esperaba la confirmación como candidato de los socialistas europeos, invitó a sus seguidores de su cuenta reformada a seguir a EP_President si querían seguir informados de sus actividades como líder de la Eurocámara. En la nueva cuenta, con más de 4.000 seguidores, su primer tuit fue una aclaración sobre la información que encontrarían en ese perfil y animaba a seguir su cuenta personal -que hasta entonces era «la del trabajo»- para conocerle como candidato. Cuánta maestría.

semestre europeo

Los pasos del Semestre Europeo / Comisión Europea

Olli Rehn. Si hay un comisario que los países del sur conozcan bien, además de al que representa a su Estado -el español es Joaquín Almunia-, es el finlandés Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios. Es el encargado, entre otras muchas funciones, de anunciar si los países están cumpliendo sus objetivos de déficit, marcados por la Comisión Europea, las previsiones de crecimiento o la marcha de los programas de rescate. Estos anuncios forman parte del Semestre Europeo, el gran paso que dieron los miembros de la UE para poner en común sus políticas económicas y controlar los desvíos que puedan llevar a una crisis de confianza en el Viejo Continente como la que vivimos.

Esta semana, la Comisión hacía su previsión de primavera, con recomendaciones sobre las políticas presupuestarias, económicas y sociales para los Estados miembros. Junto con la de otoño e invierno, es una de las comparecencias de la cartera de Economía más importante. Pero el encargado de lo anuncios no fue Olli Rehn, sino Siim Kallas, comisario de Transportes. ¿Por qué? Olli Rehn abandonó el 7 de abril su cargo para hacer campaña para las elecciones europeas. Aunque en su defensa hay que decir que volverá el 25 de mayo a su puesto en funciones, hasta que se designe el nuevo comisario, y que según anuncia la página de la Comisión Europea, no recibirá su sueldo mientras se dedica a buscar votos.

La picaresca también es europea. Si están perdidos sobre a quién votar con tantas estrategias y nacionalidades, el Parlamento Europeo ha puesto a su disposición una herramienta bastante útil para discernir a quién votar. A su disposición para elegir qué rumbo debe tomar una UE que se juega casi todo en las urnas.

Esperanza Escribano

El terremoto británico

Uno de los carteles de la campaña.

Uno de los carteles de la campaña.

Hace tres años, Gabrielle, una joven de Oxford, le miró, cuando lo tenía delante, mientras hablaba como ponente en la Universidad y sus palabras le parecían llenas de nada. Lo miraba, con su posado estudiado, mientras hacía bromas sobre la indumentaria de Angela Merkel. Y mientras le escuchaba se preguntaba una y otra vez, ¿quién eres? Quién era lo sabía de sobras, era Nigel Farage, el líder del UKIP –el partido por la Independencia del Reino Unido en sus siglas en inglés-. La pregunta iba más allá, ¿quién se escondía tras esa faceta de showman?, como le describe Yasmin Alivia-Brown, columnista de The Independent, en el documental “Nigel Farage: Who are you?”

Hoy, quizás más que nunca más allá de las fronteras del Reino Unido, Farage es bien conocido. No por sus 15 años ejerciendo como eurodiputado, no por sus propuestas políticas, sino por la acérrima defensa de dos políticas, las dos anti. Anti inmigración, antieuropeísmo. Con estos dos mensajes por bandera en su sencillo manifiesto para las elecciones europeas, el UKIP se situaría, según los últimos sondeos, como el partido más votado del Reino Unido, con poco más del 30% de los votos. De confirmarse en los comicios, sería esta la primera vez que el populismo británico gane en Bruselas.

“Él sabe muy bien a quién se dirige, habla a las emociones de la gente, no a la razón”, dice James, de Winchester. Farage ha sabido llenar un vacío en la política británica, explica Ben, joven de Reading: “En los últimos años tanto los conservadores como los laboristas se habían alejado de sus partidos y se habían acercado al centro”. “El desencanto de sus votantes, el descrédito de la política y el sentimiento antieuropeo ha sido aprovechado por Farage para arrancar votos junto con políticas aparentemente populistas”, añade. Según explica Ben, “aunque es una lástima que las elecciones europeas se lean en clave nacional (mirando a las generales que tendrán lugar en el Reino Unido en 2015), lo bueno que puede llevar el ascenso del UKIP es que la política británica despierte”.

Lo que más sorprende, coinciden todos, es que a pesar de los escándalos destapados por los medios en las últimas semanas, los sondeos no paren de sumarle votos al partido. Y es que han sido uno tras otro, votos y escándalos. Aunque el UKIP niega ser un partido racista y se distancia de partidos como el de Marine Le Pen, uno de sus candidatos en las elecciones municipales, William Henwood, instó al actor británico Lenny Henry a emigrar «a un país negro», literalmente, por haberse quejado de que en la BBC salen pocos representantes de las minorías étnicas. “Como si existieran países negros o países blancos”, dice Emily, de Stratford upon Avon, que admite que aunque muchos lo niegan “el racismo existe más de lo que se piensa” en Reino Unido. “Algunos no perciben el UKIP como un partido racista porque en lugar de hablar de un nigeriano habla de un rumano, pero al fin y al cabo eso es racismo”, añade Gabrielle.

Otro de los momentos de gloria del partido, esta vez protagonizado por el mismo Farage, tuvo lugar recientemente cuando el editor político de la cadena británica BBC, Nick Robinson, puso en evidencia al político preguntándole si no creía que la decisión de emplear a su esposa, la alemana Kirsten Farage, como su propia secretaria en el Parlamento Europeo suponía, al fin y al cabo, “quitarle el trabajo a un británico”. La pregunta de Robinson, hecha tras la presentación de uno de los pósters de campaña de UKIP para las europeas y en el que se alerta de “europeos” quitando trabajo a los británicos, Farage terminó por contestar “que nadie podía hacer el trabajo que su mujer hacía (británicos incluidos)”.

Este es solo un ejemplo entre tantos, igual o peor que cuando un concejal del partido insinuó que las inundaciones y las tormentas de este invierno eran un desastre consecuencia de la decisión del gobierno de Cameron de legalizar el matrimonio gay.

¿Y después, qué?

Mientras el carismático líder hace bromas de las suyas y se vende como el auténtico british, el tiempo corre y queda menos de un mes para los comicios europeos. El euroescepticismo amenaza y Farage se frota las manos. Sus electores, los euroescépticos, votarán. Lo harán porque el mensaje es claro: “No necesitamos esperar hasta 2017 para celebrar un referéndum, hagámoslo ahora mismo. Utiliza las elecciones europeas del 22 de Mayo para decirles qué piensas sobre la Unión Europea”, dice el manifiesto. La gran pregunta, sin embargo, no está en qué partido británico obtendrá más votos. Con Europa en el horizonte, la gran pregunta que se hacen muchos jóvenes en Reino Unido, como Ben, James, Emily o Gabrielle, es, ¿Y después, qué?

 *Ben, James, Emily y Gabrielle son estudiantes de Relaciones Internacionales en el Reino Unido.

BLANCA BLAY

blanca.blay@gmail.com

 

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¿Quién dirigirá la Unión Europea? Segunda parte

Jordi Pujol y Guy Verhofstadt / Convergència Democràtica de Catalunya

Jordi Pujol y Guy Verhofstadt / Convergència Democràtica de Catalunya

Quedan seis semanas para las elecciones europeas. El PP ya tiene -por fin- cabeza de lista, el ministro Cañete. Pero ¿quién dirigirá la UE? ¿Cañete o Valenciano, si PP o PSOE ganan los comicios? No, señoras y señores. Los partidos europeos se han puesto de acuerdo para designar un candidato que será el encargado de dirigir la Comisión Europea si obtienen mayoría en la Eurocámara. Si en este punto se han perdido les recomiendo leer la primera parte de este artículo.

No creo que hayan oído a Valenciano, cabeza de lista para las europeas del PSOE, o a Cañete, hablar de Schulz o Juncker, candidatos a presidir el ejecutivo europeo por los socialistas y populares europeos, respectivamente. Pero con un poco de suerte, os suenan. La prueba letal es: ¿Guy Verhofstadt, José Bové o Ska Keller os dicen algo?

Guy Verhofstadt, Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa. En este grupo se integran Convergència Democràtica de Catalunya y el Partido Nacionalista Vasco, cada uno con un diputado. El candidato fue primer ministro de Bélgica, defiende el federalismo y no tiene pelos en la lengua. Tal vez porque su partido tiene pocas opciones reales de lanzarlo a la presidencia de la Comisión. Tiene 84 de los 736 escaños europeos.

José Bové / Partido Verde Europeo

Ska Keller / Partido Verde Europeo

Ska Keller / Partido Verde Europeo

José Bové y Ska Keller son el tándem elegido por el partido Verde Europeo. En él están Iniciativa per Catalunya Verds, con un parlamentario y Equo, que en esta última legislatura no tenía ninguno. Él francés, ella alemana. Los dos, bastante a la izquierda. Él sindicalista, con experiencia. Ella, especialista en islamismo e inmigración, joven. Keller es la gran novedad y esperanza para los jóvenes. Con sólo 33 años, habla seis idiomas y ha llegado a encabezar la candidatura del partido después de participar en movimientos por la defensa de los animales en el este de Alemania. Ha viajado mucho a España y lleva en la cartera fotos de las vallas de Ceuta y Melilla en su móvil, según EL PAÍS.

Si no los conocéis y pretendéis votar en las europeas, hay algo que nosotros, los medios, estamos haciendo muy mal y algo que todos los votantes, estamos haciendo fatal. El presidente de la Comisión Europea tendrá durante cinco años la última palabra a la hora de lanzar iniciativas legislativas europeas. Iniciativas como las leyes antitabaco, el porcentaje de biocombustibles que usamos, cómo se rescata a los bancos en futuras crisis o con cuánta pasta nos vamos de Erasmus. Para hacerse una idea final, el 80% de las leyes españolas se desarrollan a partir de marcos establecidos en Bruselas.

En eso debemos pensar el 25 de mayo, no en castigar o premiar la política estatal, para eso están las generales. Los candidatos españoles, sabedores de que ignoramos qué se hace en Bruselas, plantearán la campaña en términos nacionales. La pregunta que tendríamos que hacerles es, ¿qué van a hacer cuando desembarquen en la capital europea? ¿O es que ni siquiera ellos saben qué se hace en el corazón de Europa?

 

¿Quién dirigirá la Unión Europea?

European elections

Elecciones europeas / Foto de Geert Schneider

Hace unos años, Henry Kissinger preguntaba socarronamente: «¿Cuál es el teléfono para llamar a Europa?». Con esa pregunta evidenciaba la falta de un liderazgo claro en la UE y de una política europea unitaria. Los arquitectos de esta querida casa nuestra empezaron a instalar la línea telefónica en el Tratado de Lisboa de 2009, y dentro de unos meses, el teléfono podría empezar a funcionar a pleno rendimiento.

No se me aburran, vamos a resumir. Desde el Tratado de Lisboa, se supone que los partidos europeos propondrán conjuntamente a un candidato para las elecciones europeas y en casa de ganar, éste se convertirá en el presidente de la Comisión Europea. Digo se supone porque lo que votaremos será una lista -abierta o cerrada en función del país- de candidatos a formar parte del Parlamento Europeo. Después, el Consejo Europeo -la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de los 28- se compromete a tener en cuenta el resultado de las urnas para nombrar al presidente de la Comisión. (Si se hacen lío con las instituciones, al final de este artículo encontrarán una explicación). Si los europeos votamos el Parlamento y a quien dirigirá la Comisión Europea que es el ejecutivo, habrá en principio más integración, más unión y un número de teléfono más claro al que dirigirse.

¿Y quiénes son esos candidatos a presidir el órgano ejecutivo de la UE? Aquí un mini perfil de algunos de ellos en este primer capítulo:

Jean-Claude Juncker, Partido Popular Europeo (PPE). Es el último que se ha sabido. Lo decidieron los miembros del PPE el pasado viernes en Dublín. Rajoy ha apostado por él en vez de por Michel Barnier, actual comisario de Mercado Interior en la Comisión Barroso. Aunque prefería al francés, ha decidido apoyar a Merkel, que apostaba por Juncker, para posicionarse y ganar después su favor en otros movimientos de fichas (todo indica a que Guindos gustaría de ser el presidente del Eurogrupo, la reunión de los ministros de Economía de la zona euro).  Juncker fue durante 18 años primer ministro de Luxemburgo, lo que lo convierte en el más veterano de Europa. Pero en julio de 2013 se vio obligado a adelantar las elecciones por un escándalo en los servicios de espionaje. Durante años, los servicios secretos del país cometieron irregularidades que el mandatario ocultó a la Cámara, según denunciaron los diputados luxemburgueses. Las más graves fueron las escuchas, que llegaron a afectar al mismísimo Juncker y al jefe del Estado, el gran duque Enrique. Además, se acusó a los servicios de inteligencia de malversación, -por lo visto se dedicaron a comprar vehículos para uso privado-, y sospechas de que aceptaron pagos a cambio de facilidades en el acceso a determinados cargos públicos. Juncker también fue Presidente del Eurogrupo y las malas lenguas dicen que es aficionado a la bebida, incluso durante las largas cumbres en Bruselas.

Martin Schulz, Partido Socialista Europeo (PSE). Ahora mismo es el presidente del Parlamento Europeo. Es el que más tiempo lleva sonando como futurible presidente de la Comisión. Tiene posibilidades: las últimas encuestas apuntan a una victoria muy ajustada de los socialistas y además es alemán. Merkel podría apostar por él en el Consejo Europeo que tomará la decisión final. Su apoyo habría que entenderlo en clave interna, porque Merkel gobierna en Alemania en coalición con el partido del que procede Schulz. Nació en Helhrath, una ciudad alemana cerca de la frontera entre su país, Bélgica y Países Bajos. La vida entre líneas fronterizas ha marcado la carrera política de este creyente de Europa. Con 31 se convirtió en el alcalde más joven de Renania del Norte-Westfalia, en el municipio de Würselen. Es un apasionado de la lectura. Fue aprendiz de librero al terminar secundaria y en 1982 abrió su primera librería en el municipio del que fue alcalde durante 11 años.

Alexis Tsipras, Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL). Algunos lo llaman el Kennedy europeo. Es el único de los candidatos que se declara abiertamente anti-troika. Su partido propone un nuevo modelo de crecimiento económico que pase por “abandonar los planes de austeridad” para evitar una “catástrofe humanitaria”. También quiere reformar la política agrícola común para garantizar la “soberanía alimentaria”. A su favor, es joven. En su contra, no tiene experiencia en las instituciones europeas. Tiene pocas oportunidades de lograr la presidencia de la CE porque su partido difícilmente logrará ganar las elecciones. Pero cosas más raras se han visto.

En el próximo capítulo, liberales y verdes.

¿Cómo funciona la UE?

Versión resumida. La UE la forma un triángulo de instituciones: Comisión Europea, Parlamento Europeo y Consejo de la UE. A estas se añade el Consejo Europeo. La Comisión es el poder ejecutivo, tiene la iniciativa legislativa, es la guardiana de los Tratados y la que puede retirar una propuesta si no le gusta lo que las otras dos instituciones acaban modificando de ella. La preside Barroso y cuenta con 28 comisarios, uno por país. El español es Joaquín Almunia, que ocupa la cartera de Competencia.

El Parlamento Europeo es la única de las tres que eligen directamente los ciudadanos en unas elecciones que se celebran del 22 al 25 de mayo. Tiene capacidad de decisión sobre el 90% de las propuestas legislativas que impulsa la CE, menos política fiscal y política exterior (sobre esta última, en realidad, la UE no tiene competencias). Las iniciativas de la CE llegan en primera lectura aquí, el Parlamento las aprueba o introduce cambios y la pasa al Consejo. En segunda lectura hace lo mismo, y si se aprueba la ley pasa ya definitivamente a los ordenamientos nacionales. España aporta 54 de los 750 eurodiputados.

El Consejo de la UE es el Consejo de Ministros. Reúne a los responsables de cada materia. Ana Mato acude -o debería, porque por Bruselas se le ve poco el pelo- al Consejo de la UE de Salud, como Cañete acude al de Medio Ambiente o de Guindos al Ecofin, que es el nombre que recibe el Consejo de Economía y Finanzas. Decide sobre las iniciativas de la CE. Sobre todas, incluidas política fiscal y exterior, no el 90% como el PE. Tiene que negociar las leyes con esa institución. En la práctica, es la institución que acaba teniendo más poder.

El Consejo Europeo es la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de los 28. Con el Tratado de Lisboa pasa de reunión a institución. Toma las grandes decisiones, económicas y de exteriores, y ha sido decisivo durante las crisis del euro. En la práctica, es quien orienta el timón de la UE.

ESPERANZA ESCRIBANO, Bruselas

@eeclaramunt