Este domingo, en Brasil, todas las miradas estaban puestas en las urnas y en ver quién era el candidato que iba acompañar a la actual Presidenta, Dilma Rousseff, a la segunda vuelta. La mandataria fue la candidata más votada con el respaldo del 41,50% del electorado. Finalmente, el conservador Aécio Neves se impuso con un 33,66% de los votos a la ecosocialista Marina Silva del Partido Socialista Brasileño (PSB), que obtuvo 21,29% de respaldo.
Mientras esto sucedía, unas 200.000 personas trabajaban como esclavas en el gigante sudamericano. La mayoría en la construcción, pero también en otras actividades como la agricultura o las minas. Gran parte son bolivianos, unos 50.000, pero también hay de otras nacionalidades como haitianos, peruanos o incluso brasileños.
Las poblaciones rurales se están despoblando y, por ende, hay brasileños que emigran hacia la ciudad donde acaban trabajando como esclavos en fábricas textiles o de la confección. Talleres ilegales, clandestinos, difíciles de controlar y de encontrar. Un nuevo rostro de esclavitud.