Plástico y silicona. Dos materiales a priori inocentes que se utilizan para la fabricación de infinidad de productos del mercado. Pero también son los materiales principales de las pedo-dolls o muñecas para pedófilos, que se crean fundamentalmente en Asia.
La alarma la dieron los responsables de aduanas de Noruega al asegurar que este tipo de muñecas, con un aspecto de niña o niño escalofriantemente realista y un peso inferior a 20 kilos, no dejaban de aumentar en los controles. Un total de 21 unidades sólo entre octubre y febrero. Con vagina, ano, uñas y pelo. Por lo tanto, equipadas para practicar sexo con ellas.
Lo que los profesionales del control de aduanas subrayan no es el número de pedo-dolls que han llegado a Noruega, que a simple vista no es muy elevado, sino el rápido aumento de las mismas en un espacio corto de tiempo. Y que algunos de sus receptores habían sido condenados por delitos sexuales, además de estar en contacto con niños en su entorno familiar.