Goldman Sachs is not an after shave Goldman Sachs is not an after shave

Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Ruta por las rebajas: derechos humanos a precios de saldo

Protesta contra El Corte Inglés / Setem

Protesta contra El Corte Inglés / Setem

Hace tanto calor que si el suelo de Portal del Ángel, la principal calle comercial de Barcelona, se abriera bajo nuestros pies y emergiera el infierno, no nos extrañaría. El aire acondicionado de las tiendas de las grandes marcas es un reclamo difícil de resistir para las miles de personas que transitan cada día por esta calle, acompañado de los carteles de rebajas que gritan sin voz: ¡compre, compre! La ONG Setem se ha propuesto que la orgía consumista de hoy suceda un poco diferente, ejerciendo una vez más de piedra en el zapato para las grandes de la moda, en forma de derechos humanos. La ruta transcurre por las tiendas de H&M, Zara, Mango, Desigual y El Corte Inglés en una suerte de performance que intenta revertir la locura del consumo a precios tan bajos que suponen la explotación de miles de personas en todo el mundo. Así transcurrió la ruta del pasado 21 de julio.

H&M

La clave del éxito de esta multinacional de la moda reside en la lógica low cost: bajos costes de producción = bajos precios. Setem, como miembro de la campaña internacional Ropa Limpia, denuncia que los bajos salarios que impone la marca para vender tan barato suponen un régimen de «esclavitud» para las trabajadoras. Tras el desastre del Rana Plaza, la fábrica textil que se hundió en Daca, capital de Bangladesh, en abril de 2013 y conmocionó al mundo, H&M, firmó un acuerdo para la seguridad en sus talleres que según Setem, no está cumpliendo: «las reparaciones que se detectaron como imprescindibles se han retrasado y siguen dejando a decenas de miles de trabajadoras en riesgo de muerte y lesiones». Lo que sí hay que valorar es que la marca ha hecho esfuerzos por mejorar y «no es casualidad» que en el desastre de Rana Plaza no salieran sus etiquetas, tal y como señalan fuentes de la compañía: «el centro se auditó en varias ocasiones y no cumplió nuestros requisitos de seguridad».

H&M contesta a la ONG diciendo que para ellos es «de máxima importancia» que todas las fábricas que producen para la compañía «sean seguras». Asegura que los proveedores deben cumplir sus requisitos obligatorios de seguridad contra incendios y que reciben «de forma positiva las regulaciones más estrictas». Bangladesh aprobó un Acuerdo de Seguridad de los Edificios y Contra Incendios que H&M juzga como «una transformación íntegra del sector textil» que se está implementando «de forma gradual cada vez en más fábricas». Cita como ejemplo que todos los proveedores de la marca han eliminado los elementos de bloqueo, puertas correderas, persianas y puertas de tipo ballesta.

Infografía del informe Salarios Dignos / Setem

Infografía del informe Salarios Dignos / Setem

Además, la ONG señala también que H&M, Zara, Levi’s, Diesel o Lee siguen vendiendo vaqueros con efecto «desgastado», para cuya elaboración se utiliza la técnica de sandblasting. Este método causa enfermedades pulmonares como la silicosis a los trabajadores que la practican. H&M niega la mayor y asegura que prohibió la agresiva técnica en 2010.

Zara

Con sorna, la guía de esta peculiar ruta explica que esta calle comercial, en vez de llamarse Portal de l’Àngel bien podría llamarse Portal de l’Amancio, por la cantidad de tiendas de Inditex que la habitan: Zara, Oysho, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius, Massimo Dutti, Zara Home, Uterqüe… La lista conforma el grupo textil más importante del mundo, que este año ha disparado sus ventas hasta los 20.900 millones de euros, un 15,4% más que el año anterior. El beneficio neto de Inditex ascendía en marzo de 2016 a 2.875 millones de euros. La compañía acordó repartir 37,4 millones entre la plantilla como «bonus» por la mejora de sus resultados. Sin embargo, en esa plantilla no están incluidas las miles de trabajadoras de las subcontratas que cosen cada día la ropa que vende la multinacional.

Amancio Ortega, que nació en el seno de una familia humilde, pronto vio el negocio en mantener precios bajos y sacar dos productos nuevos al mercado cada semana, cuenta la guía de Setem: «al principio subcontrataba a trabajadores en España; no se centraba en la seguridad, sólo en la calidad del producto». Con esas premisas, pronto se vio obligado a deslocalizar la producción, que llevó a países como Bangladesh, Camboya o India, donde Setem contrasta que las empleadas trabajan 60h a la semana y en algunos casos tienen incluso prohibida la asociación. Para la ONG, el argumento de que las mujeres aceptan esos trabajos pero son libres de no hacerlo no es válido porque tienen poco donde elegir y sobre todo, porque los beneficios que maneja la empresa no justifican la precariedad de su «subplantilla».

Mango

Con 107 millones de beneficio en 2014 y más de 2.300 millones de euros en ventas, Mango es otra de las grandes multinacionales del textil. «Aunque diga que es catalana, toda su producción está en China, Bangladesh, Vietnam, Pakistán…», explica Setem. Tras el derrumbamiento del Rana Plaza, Mango se negó a pagar la indemnización a las familias de los fallecidos y heridos porque esgrimió que sólo había hecho a la fábrica un pedido de prueba. Cuando The New York Times desmontó sus excusas, averiguando que varios trabajadores del edificio habían empezado a producir para ellos, la marca aceptó formar parte del fondo creado por otras 4 marcas textiles para indemnizar a las víctimas.

A pesar de la desgracia, Mango todavía no se ha comprometido a garantizar un salario digno para las personas que trabajan en sus fábricas proveedoras, ni lo incluye en su código de conducta, porque se jacta de pagar el salario mínimo de cada país. Para poner negro sobre blanco las cifras de este debate, Setem puso en marcha la campaña Salarios Dignos. Por ejemplo, mientras en Bangladesh el salario mínimo es de 50,32€ al mes, la ONG estima que se necesitan 259,80 para poder comer, pagar una vivienda, comprarse ropa, pagar el transporte y reservar algo para ahorrar. Lo que cobran ahora no es ni la quinta parte de lo que necesitan.

Desigual

El otro gran buque insignia de la moda catalana es también el campeón de la falta de transparencia: no ha contestado ni a uno solo de los estudios de la campaña Ropa Limpia sobre condiciones de sus trabajadores. A esa falta, Setem suma la de incorporar la precariedad también a los trabajadores de las tiendas en España (sólo en Barcelona, la marca tiene 21), que abren todos los domingos pero si trabajan en día festivo cobran como si fuera laborable.

El Corte Inglés

También había etiquetas de sus marcas en el derrumbamiento del Rana Plaza. La campaña Ropa Limpia estima que 120 de los trabajadores fallecidos en el edificio producían para El Corte Inglés. Además, Setem acusa a los grandes almacenes españoles de tener a muchos empleados trabajando sin contrato y cobrando 40€ al mes, una cifra que está incluso por debajo del salario mínimo en el sudeste de India, fijado en 50€.

Quizá la próxima vez que transcurran por los Portales del Ángel de cada ciudad -esas calles comerciales cada vez más calcadas unas de otras que han diluido la identidad de los centros históricos- lo hagan con otros ojos.

3 comentarios

  1. Dice ser Lola

    Esto pasa por la «deslocalización», quitan el trabajo a los del país y dan trabajo en condiciones esclavas a otros. Desvestir un santo para vestir otro le dicen en mi tierra.

    13 agosto 2016 | 14:08

  2. Dice ser Dani yuvhubvkj

    Qué cabrones son las multinacionales, manteniendo las apariencias en el mundo desarrollado y dándoselas de que hacen obra social y tienen valores y explotando a la gente en los países subdesarrollados ( y en los desarrollados también en menor medida. Como dato, en la infografía el dato del porcentaje de Bangladesh está mal, debería ser un 19% si el salario mínimo y el digno son correctos.

    13 agosto 2016 | 17:36

  3. Dice ser Jordi

    Porfavor, podeis regalar una calculadora al becario de turno. El % de Bangladesh está calculado con lo que se sienta en el sillón de la oficina

    14 agosto 2016 | 21:01

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