Los británicos han votado y, con sus más y sus menos, han decidido abandonar el club de la Unión Europea. La campaña, en la que que según The Guardian ha vencido el racismo, ha abierto una caja de Pandora que ni los grandes expertos en la UE saben qué contiene; que un miembro de los Veintiocho decida abandonar no estaba previsto y los engranajes y lazos que se han establecido durante estos más de 40 años de relación son casi imposibles de desligar. Así, se suceden las declaraciones de los líderes de una UE herida que se debate entre romper del todo las relaciones con su ex pareja y tratarla como a cualquier desconocido en la calle o quienes apuestan por mantener un vínculo especial, en lo comercial sobre todo. De momento, gana el rencor.
La primera reacción ha sido la del presidente de la Comisión Europea -el poder ejecutivo-, Jean Claude Juncker, que el martes le espetaba al líder del UKIP, Nigel Farage, un «¿por qué están todavía aquí?» en el pleno extraordinario sobre el brexit del Parlamento Europeo en Bruselas que despertó el aplauso del resto de europarlamentarios. No hay que olvidar que el miembro más eurófobo forma parte de la institución desde 1999 cobrando entre 5.000 y 10.000€ al mes. La Eurocámara aprobaba una resolución que emplaza a la UE a una reforma profunda de los tratados con una clara hoja de ruta y solicita al Reino Unido que invoque el artículo 50 «con el fin de evitar una inseguridad perjudicial para todos y proteger la integridad de la UE». El adalid del leave contestaba que el brexit es consecuencia «de las políticas europeas» y aunque Juncker se dirigía al Parlamento en un tono amable, sus comentarios dejaban entrever la tensión: «el brexit nos ha cortado algunas alas pero eso no nos impedirá seguir volando». Lee el resto de la entrada »