En 153 años de historia nunca un gobernador de la Provincia de Buenos Aires fue electo presidente. El número es tan exagerado que hace dos décadas hablan de un «maleficio» y hasta hubo un ritual para deshacerlo. ¿Se confirmará el mito en estas elecciones?
Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli (GTRES)
En Argentina suele decirse que «Buenos Aires es la madre de todas la batallas (electorales)». Con 16,6 millones de habitantes, más de un tercio de la población del país, esta provincia es clave para cualquier candidato con aspiraciones presidenciales.
Y resulta lógico que quien tenga el control del territorio más grande, más poblado y más rico del país cuente también con una carta a su favor a la hora de traccionar votos.
Sin embargo, el último gobernador de Buenos Aires electo presidente fue Bartolomé Mitre, en 1862. Desde entonces, nadie que haya pisado la Gobernación llegó a la Casa Rosada por el voto popular.
La mitología bonaerense se lo adjudica al trabajo de «La Tolosana», una bruja que lanzó un maleficio sobre la ciudad de La Plata, donde se encuentra la Gobernación de Buenos Aires.
Según la historia, la mujer fue contratada por el entonces presidente Julio Argentino Roca en 1882, para impedir que el gobernador Dardo Rocha llegara a ocupar el sillón presidencial.
En el ritual, la bruja robó botellas de vino y champagne que Rocha había ordenado guardar en una plaza. Junto a otros 10 brujos, las bebieron y lanzaron sus conjuros girando en forma contraria a las agujas del reloj. Cuenta la leyenda que la historia terminó cuando la bruja orinó sobre la piedra fundamental de la ciudad.
La noche de San Juan de 1999 se intentó hacer un «contrahechizo», haciendo un ritual inverso al de «La Tolosana» para apoyar la campaña del exgobernador Eduardo Duhalde.
Diario «Hoy» – (La Plata, viernes 26 de junio de 1999).
“Sr. Duhalde sea usted bienvenido a la presidencia de la Nación, sea usted muy bienvenido” gritó Manuel Salazar, el psicomentalista encargado de llevar a cabo el ritual.
El diario «Hoy en la Noticia» relató esa noche en detalle y contó que hubo una interna entre los brujos. Durante el ritual de 1999 otro hechicero gritó: “Duhalde ya es presidente; por la Nación, por la Nación, por la Nación, que muera el Presidente”.
Salazar retomó su alocución y terminaron la ceremonia, pero había sido interrumpido. Tal vez por eso no funcionó.
Eduardo Duhalde finalmente ocupó la presidencia entre 2002 y 2003, después de la partida vergonzosa en helicóptero de Fernando de la Rúa. Pero Duhalde fue puesto en el cargo de manera interina, nunca a través de los sufragios.
En 153 años nadie. Ni uno. Y no es que no lo hayan intentado. Dieciséis gobernadores se postularon a la presidencia en estos años, ninguno con suerte.
Hasta el domingo Scioli se perfilaba ganador en primera vuelta.
En Argentina hacen falta 45 puntos o diez puntos de diferencia con el segundo para ser presidente. En la elección primaria había obtenido 38 y la fuerza entera de Mauricio Macri, su oponente, apenas 30.
Pero los resultados conocidos ayer fueron determinantes. Daniel Scioli: 36,86%, Mauricio Macri: 34,33%. Hay balotaje.
Fuera de todo pronóstico, el volátil electorado argentino volvió a dar un batacazo en las urnas y apoyó masivamente a la oposición. La pregunta ahora es: ¿Se escapa el sueño de otro gobernador o logrará romper el maleficio?