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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

«Las trabajadoras textiles asiáticas sufren una triple discriminación económica, social y de género»

Trabajadoras en huelga en una fábrica textil al sur de la India / Foto: No Dust Films

Trabajadoras en huelga en una fábrica textil al sur de la India / Foto: No Dust Films

Las injusticias de este mundo merecen ser contadas. El silencio es un arma de doble filo que, por un lado, perpetúa el sufrimiento de los desamparados y, por otro, alimenta la ignorancia de los más privilegiados. La productora No Dust Films es una de esas pequeñas contribuciones a la justicia social que visibilizan los problemas del día a día. Los cuatro jóvenes que la integran acaban de preestrenar su documental «Las costuras de la piel», donde las trabajadoras de fábricas textiles del sur de la India denuncian la explotación laboral a la que están sometidas -en este blog hemos tratado varias veces la problemática de la explotación en las fábricas textiles de Asia, que afecta muy especialmente a mujeres y niñas de India y Bangladesh-. Hemos tenido el honor de charlar sobre el documental con Marc Soler, uno de sus propios artífices.

¿Cómo surgió No Dust Films? ¿Quiénes lo integráis?

No Dust Films somos un grupo de cuatro jóvenes -Marc Soler, Eduard Valls, Cèlia Vila i Enric Escofet- quienes, finalizados nuestros estudios y ante la falta de perspectivas laborales, decidimos hacer el documental con nuestros propios medios. Los cuatro estudiamos Comunicación Audiovisual en la Universitat Autònoma de Catalunya, donde nos conocimos, y juntos decidimos empezar este proyecto con el que queríamos seguir aprendiendo y disfrutando haciendo lo que más nos gusta: comunicar; a la vez que conociendo y dando a conocer.

¿Por qué decidisteis lanzar el documental “Las costuras de la piel”? ¿Fue algo accidental u os planteasteis tratar ese tema desde el principio?

Un día llegó a nuestras manos el informe Captured by cotton, sobre las condiciones de trabajo y de vida en las fábricas textiles de Tamil Nadu (India), donde miles de niñas son engañadas, recluidas en las fábricas y forzadas a trabajar. De alguna manera nos sentimos parte del problema, en tanto en cuanto nosotros consumimos parte de la ropa producida en estas condiciones. Fue en ese momento cuando decidimos viajar hasta allí y conocerlo de primera mano.

¿Es un documental ilustrativo o tiene también una vertiente crítica?

 Siempre tuvimos claro que la voz del documental debía proceder de las propias trabajadoras. Son ellas las protagonistas del film, a las que acompañamos en sus vidas domésticas y en su activismo. Como realizadores, hemos intentado situarnos al margen, sin apenas intervenir ni en el rodaje ni en el montaje, pero a la vez manteniéndonos muy cerca de ellas. Sin embargo, partimos de una posición muy crítica que ha sido el motor de todo este proceso, y que se muestra latente durante todo el film. De hecho, lo primero que hicimos cuando llegamos a India fue materializar nuestro punto de vista en un cortometraje, «Revision», que puede verse online.

El preestreno tuvo lugar el pasado 6 de febrero en Barcelona. ¿Está teniendo una buena acogida?

Organizamos un preestreno en Barcelona y otro unas semanas después en Reus para celebrar junto a los mecenas del documental, nuestros amigos y nuestras familias que hacer el documental había sido posible y que finalmente habíamos terminado aquella pieza a la que habíamos dedicado tantas horas y tanta ilusión. Sobre si tiene una buena acogida o no, lo que podemos decir es que en los preestrenos la gente ha quedado muy contenta con el film y, lo más importante, que después de la proyección ha habido debates realmente interesantes y enriquecedores para todos. Por el momento estamos presentándonos a festivales de cine documental de alrededor del mundo y estamos muy contentos de poder anunciar que «Las costuras de la piel» ha sido seleccionado en el Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos que se celebra en Bogotá y en el Seoul Human Rights Film Festival. Además, también estamos contentos con la repercusión que está teniendo el proyecto en los medios de comunicación, ya que al final lo que perseguimos es la denuncia de una situación de injusticia que se da con total impunidad y de la que somos partícipes.

¿Cómo definirías la situación de las mujeres en Bangalore? ¿Puede más el miedo o la reivindicación?

En general y de manera sistemática puede más el miedo que la reivindicación. Las trabajadoras textiles asiáticas sufren una triple discriminación económica, social y de género. Deben hacer frente a abusos en casa y también en la fábrica, donde decir “no” conlleva severas represiones por parte de sus maridos, sus jefes y también de la policía (el Estado). En este contexto, no es fácil dedicar fuerzas al activismo. Pero algunas de ellas han dicho “basta”. Activistas como Yamuna y organizaciones como el sindicato Garment Labour Union han nacido para subvertir esta situación, y por eso su testimonio nos parece tan valioso.

«Hem nascut per ser dones o treballadores tèxtils?» from No Dust Films on Vimeo.

¿Qué conclusiones sacáis de vuestra experiencia en India? ¿Hay esperanza o solución para la explotación de mujeres en las maquilas asiáticas?

La primera conclusión a la que llegamos es que personas como Bharathi, Yamuna y el resto de protagonistas del film son unas heroínas. Su fuerza y perseverancia nos conmovieron y dieron todo el sentido a nuestro trabajo. Por eso nos duele tanto reconocer que las perspectivas para ellas y el resto de trabajadoras asiáticas explotadas no son nada buenas. Si bien es cierto que están obteniendo pequeñas victorias relacionadas con problemas muy concretos de su día a día, su situación en términos generales está muy lejos de mejorar.

Financiasteis el documental a través del crowdfunding. ¿Es esta vuestra forma de financiación para todos los proyectos o recibís alguna ayuda complementaria?

En No Dust Films entendemos que la cultura no puede ser monopolizada ni por el Estado ni por intereses económicos privados. Y apostamos por la libre circulación y la sociabilización del conocimiento, que tiene que ser de todos y estar al alcance de todos. En ese contexto el micromecenazgo se presenta como un modelo que nos brinda la oportunidad de producir de forma común, y la licencia Creative Commons de la que dotaremos el documental en cuanto haya terminado el ciclo de festivales se presenta como la que más se ajusta a lo que buscamos. No hemos recibido nunguna ayuda complementaria, la financiación de este proyecto ha salido de nuestros ahorros, de nuestros trabajos precarios y de la confianza de los mecenas que, sólo viendo un trailer, algunas fotos y algún artículo que hemos escrito en nuestra web, han confiado en nosotros y han colaborado económicamente con el proyecto.

¿Cómo describes la experiencia de cubrir un acontecimiento directamente sobre el terreno?

El momento más mágico de todo el proceso de producción de la película siempre es el rodaje. Especialmente cuando cubres este tipo de conflictos te invade una sensación de responsabilidad para con las víctimas que te hace querer estar más cerca, grabar más y mejor. Este sentimiento es el que da sentido al resto.

¿Tenéis algún nuevo proyecto en mente en No Dust Films?

Actualmente estamos centrados en la difusión del documental «Las costuras de la piel», queremos llegar a tantos lugares como sea posible, queremos dar a conocer la historia de las protagonistas del documental en tantos sitios como podamos y centramos nuestros esfuerzos en eso, en ser un altavoz. Pero por supuesto que esperamos seguir trabajando juntos en otros proyectos en cuanto demos este por cerrado y así seguir aprendiendo, pasándonoslo bien y conociendo y dando a conocer.

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