Goldman Sachs is not an after shave Goldman Sachs is not an after shave

Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

¿Y si aprendemos algo de Charlie Hebdo?

Portada del semanario Charlie Hebdo

Portada del semanario Charlie Hebdo

Muchas veces pensamos y esperamos que los Estados se comporten como padres. Que repartan los impuestos de manera justa, como los padres reparten sus ingresos entre el bienestar de sus hijos. Que velen por nuestra libertad y por que el ejercicio de nuestros derechos se desarrolle en un clima de tranquilidad. Que sepan administrar el miedo y que no, no tomen decisiones en caliente. Y sin embargo, no dejamos de equivocarnos.

La posibilidad de que Francia nos lance una Patriot Act del tamaño de las Torres Gemelas tras el atentado al semanario Charlie Hebdo, parece muy real a juzgar por las portadas de los diarios que destacan la «guerra contra el yihadismo» que asegura librar Manuel Valls, primer ministro galo. De poco sirve el ejemplo de 13 años en los que Estados Unidos no sólo no ha eliminado la amenaza yihadista, sino que se ha metido en varios fregados con cientos de miles de víctimas, desde Irak a Afganistán o la prisión ilegal de Guantánamo.

¿Y qué nuestra maravillosa Europa? Nunca se había dado en años una imagen tan perfecta de la Unión Europea, sinónimo de sus valores y justificación de sus torpezas, como la que pudimos observar en la manifestación del pasado domingo en París. Los europeos, niños, jóvenes y mayores, cristianos, judíos, musulmanes y ateos, clase media-baja, media-alta y rica, conservadores y progres, defendiendo la libertad de expresión. Aprovechar el tirón para empujar la integración y devolver el golpe con más libertad hubiera sido la guinda perfecta al pastel del viejo continente. Somos europeos, somos libres y no daremos ni un paso atrás.

Pero eso pasaría si la UE estuviera gobernada por nobles y honrados y no por cobardes y mediocres. La lista de declaraciones de estos días de nuestros líderes convierte a George Bush en casi el anarquista del siglo. Hace poco, un corresponsal en Bruselas comentaba que estaba seguro de que, en algún momento, los controles en los aeropuertos se rebajarían porque sería la única manera de seguir compitiendo contra la alta velocidad de los trenes, en expansión. Que la estupidez de limitar los líquidos a 100 mililitros tendría los días contados. Quién nos iba a decir que el descuento no estaba ahí, sino en Schengen, el tratado de libre circulación de personas. La sacrosanta norma que nos diferencia del resto del planeta.

Reintroducir los controles fronterizos es una de las opciones que quieren tomarse en caliente -así como nos enseñaron que no debía decidirse nada. La inmediatez con la que Valls anuncia controles sobre Internet, entre otras medidas para afrontar «una situación excepcional», llevan a pensar que éste era el verdadero programa. Que el atentado es sólo una excusa para trastocar lo que parecía imposible. Que lo único capaz de romper lo intocable es el miedo. Y pensar en hombres que salen de cualquier parte a dispararnos por inocentadas tan claras como un dibujo es la herramienta perfecta. Ni el más malo de los malos hubiera tenido una idea mejor.

Azuzar el miedo no ha servido para nada. Al revés, el miedo ha alimentado el desconocimiento del otro y la falta de integración. Es difícil entrar en la mente de los hermanos Kouachi, pero imaginarles como marginados en Francia es una manera de explicar su radicalismo. Un registro de pasajeros de aviones, observar de cerca a esa mujer que lleva velo o a ese tío de piel morenita sólo nos llevará al odio. Nunca nos disparará un ciudadano integrado, que hace suyos los valores de quien le acoge y no siente los suyos amenazados. La educación es la mejor manera de protegernos, y no el miedo.

Los hermanos Kouachi querían terminar con Charlie Hebdo. Y los periodistas de una redacción que sabe de qué color es el horror, han decidido seguir implacables. Hacer exactamente lo que hacían. Ser europeos, ser libres y no dar ni un paso atrás. Cualquier otra cosa hubiera significado que el terrorismo tenía poder, que el terrorismo servía para cambiar las cosas. Si los líderes mundiales fueran capaces de seguir imperturbables su camino de construcción de la libertad europea, todo esto hubiera merecido la pena. Mientras tanto, les están dando a los terroristas la razón, les están diciendo que su terror es capaz de cambiar el mundo.

5 comentarios

  1. Dice ser panchenko

    si, por supuesto, que se debe respetar a las religiones etnicas si quieres que te respeten, se han burlado de los mas sagrado de esta gente, y estos dieron respuesta, desmedida, pero la dieron. esta revista a la que todos hoy lloran, publico una vinieta de la ultima matanza contra los hermanos musulmanes en egipto donde murieron mas de 100 personas perpetrada por su actual gobierno, en donde aparece un musulman sosteniendo un coran mientras lo atraviesan las balas y expresando con otras palabras que el libro no le servia porque no paraba las balas. si esto no es un insulto digan que es un insulto. es perfecto recordar las 12 personas que fueron asesinadas, no hacia falta dicha medida para contrarestar sus actos, pero tampoco es correcto burlarse de otras 100 que fueron masacradas por fuerzas de represion y hacer alaraca de ello sin recibir ningun castigo. porque eso si que es xenofobia. si el gobierno frances hubiese castigado y censurado esos dibujos cuando era necesario hoy no estarian llorando esos muertos. es tan respondable el gobierno de ese pais como aquellos que dibujaron las vinietas. una cosa es disentir y evitar, otra muy distinta es tirar lenia al fuego y aprobarlo, sino donde estan los tan cacareados valores occidentales…

    14 enero 2015 | 15:53

  2. Dice ser Goldman

    En efecto, se ha vuelto a perder una oportunidad de debatir con seriedad y llegar a conclusiones inteligentes. Todo ha quedado en la superficialidad.

    Para empezar, yo soy de los que no espero que el Estado sea mi padre. Moriré esperando que un día los ciudadanos sean el Estado.

    La respuesta al atentado no va a ser “más libertad”, sino menos, dando así la victoria a los terroristas. Una mayor represión de los individuos con aspecto de pertenecer a ciertas culturas, a ciertas religiones, a ciertas razas, conseguirá que siga creciendo la simpatía por el yihadismo. Justo lo que era el objetivo del atentado.

    Ni una sola pregunta sobre cómo aumentar la integración. Sobre cómo ofrecer un futuro mejor a los habitantes de los guetos. Sobre cómo convencer a otras culturas, de que el estado laico es el único que puede asegurar la libertad y la igualdad de oportunidades para todos. Europa no puede convencer de esto. Una y otra vez Europa ha perdido la oportunidad de liderar los valores universales. Porque ni ella mismas cree en ellos. Sólo cree en los bancos.

    Los políticos liberases, socialdemócratas y populares, como se hacen llamar ellos, se quejan del auge de los populismos. Pero no reaccionan. Einstein decía: “si quieres obtener resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”. Pero los políticos liberales, sujetos por el guion que marcan sus amos, confiados en que los medios crean la realidad en las mentes de los ciudadanos, carecen de cintura, y no pueden satisfacer las necesidades de la ciudadanía. Excusan sus fracasos electorales con un “no hemos sido capaces de transmitir nuestro mensaje”. Se preocupan de su imagen, pero el contenido es el mismo legislatura tras legislatura. Por lo tanto, la realidad les alcanzará en plazo breve, pillándoles en bragas, desmontando la UE, y sólo podemos esperar que algunos de los nuevos actores, tenga la imaginación y el realismo suficientes como para salirse de todos los guiones.

    14 enero 2015 | 16:23

  3. Dice ser Yo NO soy Charlie, soy laico

    Suscribo lo que ha escrito panchenko.

    15 enero 2015 | 02:53

  4. Dice ser Lylyth

    Te equivocas de cabo a rabo al atribuir el terrorismo a la no integración por parte de las sociedades occidentales. El yihadismo funciona al revés.

    16 enero 2015 | 18:40

  5. Dice ser Félix

    Para empezar, decir que «el miedo ha alimentado el desconocimiento del otro y la falta de integración» es una majadería. Para mí, la falta de integración solo procede de quien no se quiere integrar. En España, el caso de los gitanos, con todas las excepciones que se quieran, lo tenemos bien patente desde los años en que se intentó integrarlos en la enseñanza.
    Lo grave del hecho es que existan aún personas que creen en el paraíso, en el martirio, en las vírgenes que les espera en el jardín del Edén… Eso es lo que habría que intentar borrar de la cabeza de esas gentes. Porque, por ejemplo, yo puedo llevar mi admiración por Ronaldo o por Messi hasta donde me dé la gana porque soy libre de hacerlo. Y determino que todo periodista que escriba una palabra denigrante sobre cualquiera de los dos podría ser ejecutado. He fundado una nueva religión con unos principios. ¿Por qué no?…
    Saludos.

    21 enero 2015 | 12:32

Los comentarios están cerrados.