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EEUU y China, ¿gran pacto contra el cambio climático?

Obama y Xi

Obama y Xi se comprometen a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero / 20 Minutos

La primera y la segunda potencias económicas, Estados Unidos y China respectivamente, han sellado esta semana un gran pacto contra el cambio climático. Ambos países, además, son los dos que más contaminan del planeta, por lo que son los principales responsables de emisiones de CO2 y, por ende del cambio climático.

Los dos presidentes aseguraron que este acuerdo “es histórico”. Esta es la primera vez que China se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y es el compromiso más fuerte anunciado por Washington. Esta semana, el presidente estadounidense, Barack Obama visitó Pequín y, desde ahí, dio una rueda conjunta con su homólogo chino, Xi Jinping, donde explicaron los detalles de este pacto.

Estados Unidos se compromete a reducir entre un 26% y un 28% de dióxido de carbono para el 2025. China, actualmente el país que más contamina del mundo, principalmente, porque gran parte de la energía la extraen del carbón, aseguró que en 2030 alcanzará el máximo de sus emisiones en 2030 para luego empezar a reducirlas.  Para ello, Pequín asumirá un 20% de la producción de energía a través de combustibles fósiles, lo que significa que tendrá que generar entre 800 y 1.000 gigawatios con energías limpias.

Además, ambas potencias acordaron que en la próxima cumbre de la ONU sobre cambio climático, que se celebrará a finales del 2015 en París, harán un frente común para conseguir un pacto internacional sobre las reducciones de emisiones.


¿Por qué China ha firmado el pacto?

Esta es la primera vez que Pekín se compromete a firmar un pacto de estas características. Seguramente, viene impulsado por la presión que tiene dentro del mismo país por los altos índices de contaminación en el aire en las principales ciudades chinas.

Hace casi un año,  Yu Tinhting explicaba al diario El Confidencial que ella, cada mañana, en Pekín, cuando se iba a vestir también debía escoger el color de la mascarilla que tenía que ponerse: la azul era para los días despejados, la gris la de situaciones de emergencia. Y es que la grave situación de contaminación en el aire, ha llevado a los chinos que residen en urbes hacer el 90% de sus actividades diarias en espacios cerrados.

La situación insostenible que se vive en ciudades chinas, como la capital, ha forzar al gobierno a prohibir la construcción de plantas de carbón en algunas regiones.

Es suficiente el pacto

Y aunque nadie dude que este pacto es histórico, la pregunta clave es si es suficiente. Ambos presidentes, en la rueda de prensa, aseguraron que este acuerdo les permite reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, pero sin afectar su crecimiento económico.

Cabe destacar que, Estados Unidos nunca llegó a firmar el acuerdo de Kioto, China sí, pero no lo renovó en 2012. Entonces, solo estuvo presente en la primera etapa de este protocolo, cuando no tenía que cumplir ninguna obligación porque era considerado un país en desarrollo.

Este acuerdo rubricado entre ambas potencias, además, está por debajo a los compromisos asumidos por otras regiones, como la Unión Europea (UE) que prevé reducir sus emisiones un 20% para el 2020 y un 40% para el 2030. Por otro lado, en la Cumbre de Catar 2012, unos pocos países, la UE, Australia, Noruega y Croacia se comprometieron a renovar una versión descafeinada del acuerdo de Kioto, en la que se comprometían a reducir las emisiones de CO2 en un 20% para el 2020. Sin embargo, sus esfuerzos también son simbólicos a nivel mundial, ya que, actualmente,  la UE, Australia, Noruega y Croacia tan solo representan un 20% de las emisiones globales.

Y si bien este es un primer compromiso de Pequín y Washington, los esfuerzos deberán ser mayores en las próximas décadas. A principios de este mes, los expertos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Organización de Naciones Unidas (ONU) presentaron un estudio en el que se afirmaba que para el 2050 la mayor parte de la electricidad mundial se debe de producir con energías procedentes de fuentes bajas de carbono. «Si no es así, el mundo tendrá que enfrentar un daño severo e irreversible», concluyeron los expertos de la ONU citados por la BBC.

5 comentarios

  1. Dice ser cambiarán cuando sea malo para ellos

    Los gobernantes del mundo, estando el mundo tan mal como está, llevando tantos milenios de oscurantismo, se pondrán de acuerdo, no por razones de luz de ciencia, sino porque los que manejan el cotarro se dan cuenta de que su sperjuicios serán mayores que los beneficios y harán algo por cambiar.
    ¿Por qué el mundo está tan mal como está? ¿Es culpa de lo sextraterrestres de antaño, de los chupacabras, de los Yeti, de los moonlgiens, de los yuriyuri?
    No. La culap de que erl mundo esté aún como esté es culpa de todos estos malos gestores de la evolución humana, encadenados as u stradicioens de pensamiento y obra, negando la luz al presente soterrados en las sombras que les encumbran.

    14 noviembre 2014 | 13:43

  2. Dice ser Angeles Anglada

    Los políticos sólo venden humo

    14 noviembre 2014 | 14:01

  3. Dice ser Antonio Larrosa

    Solo es una foto de cara a la galería como queriendo decir que ellos luchan contra el cambio climático cuando en realidad lo único que hacen es posponer para dentro de muchos años y para que lo lleven a cabo otros gobernantes y ellos llevarse la gloria sin haber hecho nada mientras la Biosfera se echa a perder con tanto gas contaminante.

    Pero recuerden que el agotamiento de recursos naturales sera mucho, mucho antes, supongo que en pocas décadas, que la excesiva subida de temperaturas que impida la vida en la Tierra dentro de 1 siglo.

    14 noviembre 2014 | 14:05

  4. Dice ser Antonio Larrosa

    Para antonio larrosa : Por favor cuando hagas un comentario pon donde dice – Tu página web- http://www.antoniolarrosa.com y al final del comentario – Clica sobre mi nombre. Gracias.

    El cambio climático es una cosa natural imposible de solucionar con papeleos y firmas.

    Clica sobre mi nombre

    15 noviembre 2014 | 09:51

  5. Mientras que el cambio climático lo producen los más ricos y poderosos, los riesgos y consecuencias más serias los sufren los más pobres y vulnerables

    «El nuevo informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), titulado ‘Cambio climático 2014. Impacto, adaptación y vulnerabilidad’, confirma que el cambio climático es «grave y generalizado», pero sobre todo, muestra que los impactos son desiguales, así como las posibilidades de «adaptarse» de los que están más expuestos. Se evidencia que mientras que el cambio climático lo producen los más ricos y poderosos, los riesgos y consecuencias más serias los sufren los más pobres y vulnerables.

    La diferencia de este informe con anteriores es que se miden impactos ya ocurridos debido al caos climático, no sólo tendencias y probabilidades. El reporte muestra efectos preocupantes en sectores críticos, como en agricultura y alimentación, por afectación de cosechas de maíz, trigo, arroz y abastecimiento de agua potable, así como erosión de recursos pesqueros y marinos, impactos en poblaciones marginadas y empobrecidas, urbanas y rurales por inundaciones, sequías, huracanes, así como la existencia de miles de desplazados y migrantes climáticos. Agrega efectos negativos en salud humana, debido a la creación y propagación de enfermedades, aumento de la violencia por situaciones provocadas por cambio climático e incluso, nuevas formas de violación de derechos laborales y explotación de trabajadores obligados a laborar en temperaturas extremas.

    Todo interrelacionado con los impactos comprobados en ecosistemas marinos y terrestres, entre los que destaca la acidificación de los oceános que afecta toda la cadena alimentaria marina, el derretimiento de glaciares –que son fuente de agua potable y abastecimiento de sistemas agrícolas campesinos, entre otros; y la erosión de ecosistemas equilibradores como la Amazonia, por aumento de sequías y talas, ambas exacerbadas por expansión de monocultivos industriales en las sabanas que los rodean.

    El informe afirma que «la naturaleza de los riesgos del cambio climático está cada vez más clara», lo que se suma a la certeza sobre sus causas, cuyos factores principales según el IPCC son el uso de combustibles fósiles, la gricultura industrial y el cambio de uso de suelos. Este último debido principalmente a la deforestación, avance de la frontera agrícola y erosión debida a megaproyectos extractivos y carreteros.

    Si se aplican los porcentajes de usos de combustibles fósiles y cambio de uso de suelo a cada sector industrial, el sistema alimentario agroindustrial, dominado por unas decenas de trasnacionales, es con mucho el mayor causante del cambio climático, incluyendo la cría industrial de animales, semillas transgénicas, fertilizantes sintéticos, agrotóxicos, maquinaria, transportes, procesamiento, refrigeración, empaques, desperdicios, basura y venta en supermercados. Eso además de la injusticia de acceso a tierra y alimentos que conlleva este sistema y sus enormes impactos en salud.

    Los datos del IPCC vuelven a mostrar que es necesario defender y fortalecer los sistemas alimentarios campesinos y locales, que son los que han creado la diversidad de semillas necesaria para enfrentar el cambio climático y los que pueden protegernos de la especulación de precios provocadas por acaparadores y por el comercio internacional. Pero también muestran que esos sistemas locales son los que reciben los peores impactos del caos climático, que se suman a las amenazas por avance del agronegocio, uniformización de semillas, contaminación transgénica, pérdida de territorios e imposición de leyes para privatizar las semillas.

    El IPCC tiene una tarea difícil por la complejidad del tema, pero mucho más por la gravedad de la información que pone sobre la mesa, que debería llevar a cambios radicales en los modelos de producción y consumo industriales. Por ello es objeto de fuertes cabildeos y presiones. Proliferan desde empresas, gobiernos y hasta conservacionistas trasnacionales, las propuestas de falsas «soluciones», como mercados de carbono, mercantilización de las funciones de los ecosistemas como REDD y otros programas; y paradójicamente, más agricultura industrial, con semillas transgénicas y «resistentes al clima».

    Otra falsa «solución» promovida por los grandes emisores de gases y científicos financiados por ellos es la manipulación climática o geoingeniería, que incluye creación de nubes volcánicas artificiales, fertilización oceánica, almacenamiento y captura de carbono a grandes profundidades, todas propuestas con altos impactos ambientales, económicos y sociales, nuevamente, desiguales y afectando peor a los más pobres. Los promotores de la geoingeniería se filtraron también en el IPCC, que en su primer informe en septiembre 2013, incluyó que pese a altos riesgos, la geoingeniería podría quizá bajar la temperatura, lo que motivó fuertes críticas. Este segundo informe, por el contrario, menciona los impactos que tendría la geoingeniería, como desequilibrar los regímenes de lluvia, aumentar sequías, empeorar la acidificación de los océanos, además de riesgo de usos bélicos y de ser una «amenaza moral», porque los países de altas emisiones la pueden usar como excusa para no hacer reducciones. (www.etcgroup.org/es/content/un-delegates-dodge-geoengineering-bullet-point).

    La situación climática es grave e injusta y todas las propuestas de falsas soluciones empeoran ambas condiciones. Urge ir al cambio radical de sus causas, en lugar de aumentarlas, como sucede al promover más explotación de petróleo o la brutalidad devastadora del gas de lutita y fracking, o agricultura que produce más cambio climático, como los transgénicos».

    por Silvia Ribeiro, Investigadora del Grupo ETC
    La Jornada
    8/4/2014

    15 noviembre 2014 | 12:01

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