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La desigualdad: el gran problema de Hong Kong

Manifestantes en favor de la democracia duermen frente a las oficinas del Gobierno, durante el quinto día de desobediencia civil en Hong kong (China). Las autoridades chinas han suspendido durante una semana las visitas turísticas de grupos a Hong Kong desde el resto del país. (Dennis M. Sabangan / EFE)

Manifestantes en favor de la democracia duermen frente a las oficinas del Gobierno, durante el quinto día de desobediencia civil en Hong kong (China). (Dennis M. Sabangan / EFE)

Por Blanca Blay

La conocida como “revolución de los paraguas” en Hong Kong, ex-colonia británica desde 1997 con cerca de 7 millones de habitantes, cuestiona como mínimo la satisfacción de su población bajo la máxima de “un país, dos sistemas”.

Las libertades de las que goza la región de Hong Kong en comparación con el resto de China, como por ejemplo un limitado autogobierno o libertades civiles como la de prensa, empiezan a no ser suficientes para la parte de la población representada en el movimiento Occupy Central with Love and Peace. Piden a Pequín el prometido sufragio universal para elegir su líder en las próximas elecciones, en 2017. Pero más allá de este movimiento, esta revolución expresa también un problema que sucede en Hong Kong desde hace años: la brecha de la riqueza. Según el coeficiente de Gini, Hong Kong es más desigual ahora que Estados Unidos o Singapur.

“Hong Kong es la ciudad desarrollada con más desigualdad en el mundo y en gran parte es por culpa de la falta de medidas por parte del gobierno y la presión desproporcionada de la China sobre la ciudad”, explica Dídac Bermejo.

Dídac (Barcelona, 1988) se mudó a Hong Kong en mayo de 2012 por una oferta laboral, tras finalizar sus estudios en Comercio Internacional. “Cuando hablas con gente que ha vivido los dos Hong Kongs [cuando era británico y cuando pasó a ser chino en 1997] todos coinciden que ha empeorado, que las condiciones de vida son cada vez peores, que los precios son más altos y desproporcionados en relación a los sueldos”, explica.

Según su experiencia, a la hora de buscar piso el mercado es totalmente opuesto a lo que estamos acostumbrados a ver en Europa: “Quién tiene el poder son los propietarios, es como si todo el mundo estuviera desesperado para encontrar un sitio donde vivir y están dispuestos a pagar lo que sea, precios totalmente desorbitados por lo que se ofrece”.

Miles de estudiantes iniciaron una huelga de cinco días sin precedentes en Hong Kong para protestar por las restricciones al sufragio universal en las elecciones generales de 2017, impuestas por el Gobierno chino. Unos 10.000 estudiantes, según los organizadores, se congregaron en la explanada de la Universidad de China en Hong Kong para secundar el parón universitario e iniciar la protesta masiva. (Jerome Favre / EFE)

Miles de estudiantes iniciaron una huelga de cinco días sin precedentes en Hong Kong para protestar por las restricciones al sufragio universal en las elecciones generales de 2017, impuestas por el Gobierno chino.  (Jerome Favre / EFE)

En Hong Kong un apartamento minúsculo y en muy malas condiciones puede costarte HK$10,000/mes (Euros1000/mes).Es cierto que existen pisos de protección oficial pero las condiciones para poder optar son muy estrictas”, explica. Cuando le pregunto por la situación del mercado laboral Dídac me cuenta que aunque el paro es prácticamente inexistente [3.3% en Julio de 2014] hay muchos trabajos precarios. “A mi siempre me ha sorprendido que haya una persona por ascensor por edificio solo para apretar el botón” y “hay gente que trabaja siete días a la semana de 9 a 21”.

“Mi experiencia desde el punto de vista de un extranjero es que la gente en Hong Kong no es demasiado feliz y que sus vidas consisten en ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, así cada día”, confiesa.

Volviendo a las protestas, Dídac describe la evolución de estas como “decadente”; empezaron ocupando tres puntos neurálgicos de la ciudad (Central/Admiralty, Causeway Bay y Mongkok) pero con el tiempo los participantes se han reducido hasta prácticamente concentrarse solo en Central/Admiralty. “A medida que han pasado los días, la gente que se ha visto directamente afectada (escuelas, transporte público, oficinas…) también se ha pronunciado en contra del movimiento o al menos ha pedido que no se impida a la gente seguir con su vida cotidiana”, describe.

El joven reconoce que aunque muchos están a favor de la revuelta y de lo que se pide algunos se muestran preocupados por como esto puede afectar a la imagen internacional de la ciudad y sobretodo a la economía. Cuando le pregunto por cómo de representativas son las protestas me explica que mucha gente en Hong Kong proviene de la China continental y que, por lo tanto, o bien no están de acuerdo o bien no se involucran.

Por último cae la pregunta. ¿Consideras que esta revuelta es algo positivo y cómo crees que acabará? “Yo creo que las protestas son muy positivas ya que el gobierno de Pequín ha visto que en Hong Kong tienen un problema y que sus ciudadanos no se conformarán en acatar las decisiones de la capital sin que antes se haya escuchado su opinión”, dice.Eso sí, veo bastante improbable que Pequín ceda”,  añade.

Lo que sucederá al final nadie lo sabe. ¿Será esta revolución recordada por sus paraguas o traerá un cambio real?

 

 

 

6 comentarios

  1. Desde luego que estas protestas han creado ya un precedente y la gente ha decidido no callarse esta vez. Tampoco es algo que haya sucedido de un día para otro; algunos meses atrás se habían ido sucediendo algunas manifestaciones del movimiento Occupy Central y ha sido en el mes de agosto cuando el gobierno decidía poner en marcha la reforma del proceso para la elección de jefe ejecutivo lo que ha hecho incomodar a la gente algo más.

    Este domingo hace 2 semanas desde el inicio de las movilizaciones y fue ese domingo por la noche cuando se protagonizaban los indicentes más notorios entre la policía y los manifestantes. Esta semana el ambiente ha seguido tranquilo, pero con calles del distrito Central-Admiralty aún cortadas, además las charlas que tenían que haber sucedido ayer entre representantes del gobierno y los estudiantes se han visto interrumpidas, digamos que el proceso está atascado.

    Como bien dice Dida, no creo que Pekín ceda y el jefe ejecutivo ha dejado claro que tampoco piensa dimitir. Y en esa estamos. Ha causado algunos efectos en las ventas de algunos comercios y afectado muchas rutas de transporte, pero viendo el lado bueno, los niveles de contaminación han disminuido.

    Otro fin de semana por medio, y veremos si todo sigue de forma pacífica y se puede llegar a un entendimiento por ambas partes.

    10 octubre 2014 | 11:33

  2. Dice ser dra2710

    la desigualdad es el gran problema del mundo

    10 octubre 2014 | 12:16

  3. Dice ser Carlos

    solo en japon………………. desigualdad en todo el mundo

    10 octubre 2014 | 13:25

  4. Dice ser konver | toner

    Acabar con la desigualdad es posible. Unámonos y luchemos.

    ce285a
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    10 octubre 2014 | 13:53

  5. «Los datos confirman que esta crisis es aprovechada por las élites económicas para hacerse más ricas y más poderosas.

    Con la llegada del mes de marzo, la revista Forbes publica la lista de los milmillonarios del planeta. Y como viene ocurriendo año tras año, pero de manera especial desde 2009, se constata una imagen de opulencia de unos pocos frente a la miseria de miles de millones de seres humanos. Los datos confirman que se agudiza la existencia de un mundo roto y dividido donde, por una parte, hay una crisis que incrementa las desigualdades y el sufrimiento de la inmensa mayoría de las personas; y por otra, esa misma crisis es aprovechada por las élites económicas para hacerse más ricas y más poderosas. Esta realidad, aparece reflejada en una de sus caras en el nuevo record de milmillonarios y en el nuevo record de acumulación de la riqueza que poseen estas personas. En la otra cara, la de la miseria, están los 1.200 millones de seres humanos que siguen viviendo en pobreza extrema.

    Ante la cifra de 1.645 milmillonarios en el mundo, 219 más que el año pasado y 852 más que en al año 2009. Y ante los 6,4 billones de dólares que acumulan, un billón más que el año pasado y cuatro billones más que en 2009, surgen muchas preguntas ¿Hasta cuándo van a aguantar los ciudadanos el sufrimiento, la miseria, la inseguridad, la pobreza y la desigualdad creciente? ¿Hasta cuándo los más pobres de los países devastados por la pobreza? ¿Hasta cuando los ciudadanos que hasta hace poco disfrutaron de bienestar y derechos en sociedades con democracias consolidadas? ¿Hasta cuándo van a transigir los gobiernos? ¿Vivimos en sistemas democráticos o la oligarquía ha sustituido a la Democracia pero a esas élites les conviene mantener la ficción democrática con gobiernos súbditos de sus decisiones?

    La situación está llegando a un punto de no retorno, que de no empezar a corregirse inmediatamente va a generar una gran inestabilidad social, política y económica que también sufrirán esas elites que se consideran a salvo. El incremento de la desigualdad puede acabar con todo. Millones de personas en la miseria y cada vez más trabajadores pobres y en paro. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el desempleo aumentó en el mundo durante 2013 en cinco millones de personas a pesar de que la economía mundial comenzó a recuperarse. Hay 202 millones de personas desempleadas, pero los esbirros del poder continúan demandando quitar derechos laborales y salariales a los trabajadores, aunque por supuesto no a ellos. Si la tendencia continúa, si no se les para, el desempleo llegará a 215 millones de seres humanos en 2018.

    Los datos son evidentes: 852 milmillonarios más que en el año 2009 versus 62 millones más de desempleados desde 2008. Entre 1990 y 2010 la desigualdad de ingresos aumentó un 11 por ciento en los países en desarrollo. Una importante mayoría de hogares en países en desarrollo, que representa más del 75 por ciento de la población, hoy en día vive en sociedades donde la distribución del ingreso es más desigual que en los años 90, según el informe Humanidad dividida: cómo hacer frente a la desigualdad en los países en desarrollo del PNUD.

    ¿Dónde están los Estado que se auto denominan sociales y democráticos de derecho y aquí sirven? ¿Dónde está la justicia? Estos datos demuestran el fracaso de la política y de la democracia ante una elite económica global que, bajo el paraguas del capitalismo financiero globalizado y ocupando los sillones de las instituciones donde se toman las decisiones, ya sea el FMI, el Banco Mundial, la Comisión Europea o los gobiernos nacionales, tiene en la acumulación de la riqueza y el poder en un número reducido de personas su razón de ser, dejando de lado la equidad.

    La desigualdad se incrementa constantemente en el mundo, aumentan las migraciones y los conflictos dentro de un malestar que cada vez es más evidente y activo en la sociedad. Se cuestiona la democracia y sus instituciones, porque para la ciudadanía democracia era sinónimo de derechos e igualdad. Muchos ciudadanos indignados dicen: ¡Hay que hacer algo! Y preguntan: ¿Qué?
    Movilizarse, participar y votar es decisivo, imprescindible y crucial, aunque puede no ser suficiente si el número de ciudadanos que lo hace no es mayoritario. Queda mucho camino por recorrer en la movilización de la ciudadanía, pero el objetivo de la igualdad y la dignidad humana es nuestra razón de ser como civilización. Por ese motivo, hay que dejar claro a los gobiernos, con el voto y con la ley, que las demandas de bienestar y seguridad vital para la población son la guía de las acciones de los gobiernos que ellos eligen democráticamente.

    Hay que tener siempre presente que el significado de la democracia ha sido básicamente no tener que ponerse de rodillas ante nadie, no vivir atemorizado o humillado, poder actuar y comportarse con dignidad, ser una persona en toda la extensión de las posibilidades, tener “seguridades” en la vida, no estar forzado a decir a todo “amén”. En suma, ser un señor y no un siervo, como señala José Félix Tezanos.

    La dignidad, la igualdad y la libertad son la meta a alcanzar, nadie te las va a regalar. Y ahora, en los próximos meses hay una batalla crucial, las elecciones europeas. Hay que votar y elegir entre los que quieren seguir al servicio de las elites económicas, y aquellos que pretendemos que la dignidad y el bienestar de las personas sea la guía de nuestros gobiernos. Las decisiones se van a tomar, y o tu participas en las decisiones o alguien decidirá por ti.

    FUENTE: Revista Forbes 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014.

    Por Oscar Iglesias |
    nuevatribuna.es | 12 Marzo 2014 –

    10 octubre 2014 | 20:43

  6. Dice ser elio rondon

    tintuhchu mei sis waimenia intu maño huelapeo entupapo desineuilo

    17 octubre 2014 | 00:12

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