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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Santos y Uribe, los ex amigos

Uribe y Santos, otros tiempos.

Uribe y Santos, otros tiempos.

Uno es expresidente, el otro su exministro. Uno ocupa una banca en el Senado, el otro la silla presidencial. El senador está viviendo una gran semana post-electoral. Al otro la reelección y la retención de esfínteres le jugaron una mala pasada. Los otrora compañeros de gabinete hoy se lanzan dardos en Twitter. Veamos de cerca los puntos de una relación tormentosa.

Todo comenzó en 2006 cuando Manuel Santos fue nombrado por Álvaro Uribe en un cargo clave en Colombia: ministro de Defensa.

El entonces presidente Uribe depositó en ese momento una enorme confianza en el hijo de los dueños del periódico El Tiempo, y lo ayudó a lidiar con casos muy controvertidos en la lucha contra las FARC, como fueron los «falsos positivos» (cadáveres de personas no reconocidas, como vagabundos, que eran asesinados y simulados por líderes de la guerrilla abatidos en combate).

Los buenos viejos tiempos. Más tarde apoyaría su campaña presidencial, convirtiéndose en 2010 en presidente de Colombia.

Hasta aquí el apoyo era mutuo, pero entonces algo se rompió: la postura más «blanda» contra las FARC,  su manejo del conflicto por el asesinato de Raúl Reyes y el reinicio de las relaciones con Hugo Chávez -a quien Uribe tildaba de «dictador»-, fueron algunos de los motivos para el distanciamiento político.

Distanciamiento que no tardó en ser manifestado por el expresidente, que en 2012 creó su propio movimiento, el «Frente Contra el Terrorismo».

Desde allí todo fue una lucha con distintos encontronazos verbales entre los políticos colombianos.

El domingo, el partido de Uribe ganó espacio en el Congreso y le garantizó una silla en el Senado. Santos se dijo «satisfecho» con los resultados de la elección para su fuerza política, pero es evidente que la amenaza uribista está al acecho.

Luego de la asunción de Michelle Bachelet los líderes políticos se entrecruzaron vía Twitter:

Así, intercalando a Bachelet y a Piñera, los ex aliados se pegaron duro, aunque, como viene siendo su estilo, el más duro fue Uribe, quien acusó al presidente de comprar votos en las elecciones legislativas del domingo.

Ayer Santos tuvo un problema, probablemente relacionado con un cáncer de próstata del cual tuvo que ser operado, durante la apertura de su campaña a la reelección en la ciudad de Barranquilla.

El presidente de Colombia se orinó mientras daba un discurso y los que replican que «de el ridículo no se vuelve» ya auguran que esto puede pesar sobre la campaña.

¿Usará Uribe este episodio para su rédito político? ¿Cambiará esta situación la imagen del presidente favoreciendo a Oscar Iván Zuluaga, candidato del uribismo? Las próximas horas nos lo dirán. Mientras tanto, seguimos atentos al pajarito azul.

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