En España tenemos un refrán que dice: quién la hace, la paga. Pero está claro, que esto no aplica para la economía, donde los malos siempre se salen con la suya.
Uno de nuestros personajes preferidos de este blog, y que precisamente le da nombre, es Goldman Sachs, el banco de inversión que ideó las hipotecas subprime, que luego vendió a bancos de todo el mundo como si fuera un producto estrella, cuando en realidad era una basura. Estos productos, que mezclaban hipotecas de afrodescendientes pobres de Alabama con personas del alto standing de la gran manzana de Nueva York, fueron las causantes de la crisis.
Tras esto, seguramente, Goldman Sachs miraba de reojo y sonriente como uno de sus grandes rivales en Estados Unidos caía, Lehman Brothers, el otro gran banco de inversión estadounidense, que compró las hipotecas subprime. Así pues, Goldman Sachs salió reforzado de la crisis.
En España, la crisis hizo estragos. Este país vivía sumergido en la burbuja inmobiliaria, la crisis puso al desnudo que este sistema económico no funcionaba y el déficit se disparó a la par del paro.
El sistema financiero español tenía dos patas: los bancos, que siempre tienen ánimo de lucro y las Cajas, entidades financieras, teóricamente, sin ánimo de lucro y que tenían proyectos sociales. Por ejemplo, las becas para estudiar fuera de la Caixa son muy conocidas. En mi caso, esta entidad me pagó durante dos años mi beca en la Agencia EFE, que realicé en Barcelona y Costa Rica.
Ahora bien, las Cajas, que en su mayoría, trabajan a nivel local no pudieron hacer frente a la crisis, porque las personas no podían pagar sus deudas, cayeron en picado y se convirtieron en Bancos. Así pues, aparte de los ciudadanos, una de las víctimas de la crisis fueron las Cajas, entre ellas Caja Madrid, la actual Bankia.
Otro de los dramas en España son los desahucios, los ciudadanos que no pueden pagar sus pisos, son desalojados de sus casas y como aquí no existe la condonación de la deuda, deben seguir pagando su deuda con los bancos. Así pues, se quedan sin casa, en la calle, pero con una deuda que no pueden pagar. Estos pisos que se quedan los bancos, los llaman productos tóxicos, porque su precio ha bajado tanto en el mercado, que si los venden perderían dinero. Así pues, el estado creo la Sareb, popularmente conocido como el banco malo, para que se quedara todos estos productos tóxicos y, de este modo, sanar a los bancos.
Dicho en otras palabras, los bancos, que vendieron hipotecas a ciudadanos que nunca podrían pagar (es decir una estafa), ahora sacan a estas personas de sus casas, se quedan sus pisos y como son productos tóxicos van a parar al Banco Malo, el cual todos financiamos con el dinero público y, por ende, nos comemos su mierda, mientras nuestros compatriotas están en la calle sin que el estado les ofrezca ninguna alternativa.
Volvamos al caso de Bankia, que es el que nos ocupa hoy. Este banco fue rescatado con dinero público y nacionalizado. En total y en diferentes etapas, se ha pagado 22.500 para salvar a este banco y ahora el estado posee prácticamente el 70% de las acciones.
Pues bien, el gobierno ha anunciado esta semana que… ¡Goldman Sachs se va a encargar de la privatización de Bankia! Sí, ese banco de inversión sin escrúpulos que causó la crisis, ahora nos va a solucionar nuestros problemas con los bancos. Aunque la entidad financiera estadounidense ha corrido en decir que tan solo cobrará un euro por esta asesoría que, considera, le da un prestigio mundial, pero ¿qué tajada sacará de esto Goldman Sachs? Por ahora solo tenemos en nuestras manos, un escueto comunicado del Fondo de Reestructuración de Ordenada Bancaria (FROB), anunciado la licitación a Goldman Sachs.
Así que, tras la operación sobrevuela una sombra opaca, no hay demasiada información y se desconoce qué ganará con esto Goldman Sachs, pero recuerda querido lector, en la economía los malos siempre ganan.
Núria Segura Insa
nuriasegura@gmail.com
@Nuriasein
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Ya estoy viendo el título del artículo que alguien escribirá en un par de años o antes «Goldman sach y el espíritu ong». Tenemos la mala costumbre de poner zorras al cuidado de gallinas. ¡Así nos va!
22 febrero 2014 | 19:41