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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

La mujer del disidente

Por Cláudia Morán

Liu Xia no es un nombre incompleto. Lleva más de tres años bajo arresto domiciliario desde que su marido, el disidente chino Liu Xiao Bo, ganó el Premio Nobel de la Paz en 2010. De eso les sonará su nombre. Pero Liu Xia es mucho más que la mujer del disidente. Es fotógrafa, es poetisa, es pintora y su único crimen es el arte que confecciona, prohibido en China. Pero ni sus méritos artísticos ni su retención, que le ha causado una profunda depresión según sus allegados, han sido suficientes para que esta mujer trascienda en las noticias de todo el mundo.

La artista china Liu Xia y uno de sus versos / PEN American Center for free expression and literature

La artista china Liu Xia y uno de sus versos / PEN American Center for free expression and literature

La artista china está viviendo un calvario desde octubre de 2010 y las autoridades del país no explican a qué se debe el arresto domiciliario de Liu Xia, mientras ella permanece encerrada en su apartamento en Beijing y con sus libertades absolutamente restringidas, incluida la de recibir visitas, vender sus obras o recibir asistencia psicológica. Pero su reclusión parece no ser suficiente para ser equiparada con la disidencia de su marido. En octubre de 2013 una amiga se acercó a su ventana y le preguntó por Xiaobo, a lo que Liu contestó: «Es el que está mejor de la familia». Y es que aunque el Nobel está en prisión, es su familia la que está siendo represaliada sin ninguna explicación oficial por ayudar a éste a comunicarse con el exterior y por defender públicamente los Derechos Humanos. A pesar de todo, Liu se las ha ingeniado para difundir algún que otro vídeo en las redes sociales y dar a conocer al mundo lo que le ocurre, donde se la puede ver recitando algunos de sus poemasAmnistía Internacional, por su parte, ha lanzado una campaña de recogida de firmas para pedir a las autoridades chinas que liberen a la artista.

Me pregunto -y sin ánimo de restar méritos a un Premio Nobel de la Paz- cómo es posible que ni el talento ni la lamentable situación que está atravesando esta mujer hayan tenido la misma repercusión mediática ni levemente inferior ni parecida que la historia del disidente. Una mujer que escribe líneas cargadas de metáforas, de melancolía, de contradicción, de filosofía…

¿Es un árbol? / Soy yo, sola. / ¿Es un árbol de invierno? / Siempre está así, todo el año. / ¿Dónde están las hojas? / Las hojas están más lejos. / ¿Por qué dibujar un árbol? / Me gusta cómo resiste. / ¿No estás cansado de ser un árbol toda tu vida? / Incluso cuando estoy exhausto, quiero resistir. / ¿Hay alguien contigo? / Hay pájaros. / No veo ninguno. / Escucha el sonido de las alas agitándose. / ¿No estaría bien dibujar pájaros en el árbol? / Soy demasiado viejo para ver, ciego. / ¿Quizás no tienes ni idea de cómo se dibuja un árbol? / Tienes razón. No sé cómo. / Eres un viejo árbol testarudo. / Lo soy.

…y que, en su encierro, dice estar perdiendo la capacidad de explicar su día a día.

Liu Xia siempre será la mujer del disidente o la mujer del Premio Nobel, dependiendo de los ojos que la miren, pero nunca será la fotógrafa, la poetisa, la pintora o la intelectual. No trascendentalmente. No para el mundo.

«Si te dicen que soy libre, diles que no lo soy». Liu Xia.

CLÁUDIA MORÁN

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