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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

La muerte del presidente

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El presidente Kennedy es fotografiado por la prensa.

Aquellos que lo vivieron todavía recuerdan con claridad qué hacían y dónde estaban en ese momento, el 22 de noviembre de 1963, cuando les llegó la noticia como una jarra de agua helada, no fría. A través de familiares, amigos o de un boletín informativo de última hora. Todos llevaban en sus bocas la misma noticia: han matado al presidente. Sólo en un punto de Estados Unidos se enteraron mucho antes, y fue en Dallas, donde se produjo el asesinato de John Fitzeral Kennedy, al dispararlo en la cabeza y en la nuca durante un desfile electoral montado en una limusina descapotable y acompañado de su joven mujer, Jacqueline.

Hasta ese instante oscuro e incierto, la historia de Kennedy había sido una historia de éxito. Ya de joven su carrera política prometía. Como demócrata trabajó seis años en la Cámara de Representantes y en 1952 fue elegido como senador. También su vida personal iba viento en popa ya que poco después, a los 36 años, se casó con la escritora del Washington Times-Herald, Jacqueline Bouvier, de 24. A mediados de los cincuenta se recuperó de una operación y en 1957 la suerte volvió a su vida: ganó un premio Pulitzer por su libro ‘Profiles in Courage’ –que hablaba sobre senadores que habían arriesgado sus carreras para las cosas en las que creían- y nació su hija Caroline, hoy embajadora de Estados Unidos en Japón.

Debate

Richard Nixon y John Kennedy, durante el debate televisado.

Pero no fue hasta verano de 1960 que consiguió aquello con lo que soñaba y el Partido Demócrata le nominó como candidato a la presidencia. En otoño del mismo año, tras “ganar” el famoso debate electoral televisado contra Richard Nixon –que suele decirse que muchos estadounidenses se dejaron influir por la buena imagen del joven y apuesto Kennedy, que quedaba mucho mejor en pantalla que un sudoroso y poco atractivo Nixon- Kennedy ganó también las elecciones. Poco antes de la inauguración de su mandato nació su segundo hijo, John.

Como ocurre siempre en el país, el presidente no asumió el cargo hasta el inicio del año siguiente y el 20 de enero, a los 43 años, se convertió en el presidente más joven que jamás hubiera tenido Estados Unidos, así como también el primer presidente católico. Fue el 35 presidente. Fue durante el proceso de investidura que Kennedy pronunció una frase que pasaría  a la historia de la nación: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país.”

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Kruschev y Kennedy se dan la mano.

En el temprano 1961 un mundo bipolar marcado por la Guerra Fría vivía por aquel entonces en la coexistencia pacífica que se había logrado gracias al equilibrio del terror. Sin embargo, a pesar de la aparente coexistencia pacífica se produjeron bajo las presidencias de Kennedy y Kruschev dos de los momentos de máxima tensión en la larga historia de la guerra entre el imperialismo de los EUA y el comunismo de la URSS: la crisis de Berlín (en 1961 la Unión Soviética termina la construcción del muro) y la de los misiles en Cuba. En esta última, que tuvo lugar en 1962, se estuvo muy cerca de un desastre nuclear y se criticó a Kennedy por su gestión ya que tomó una medida de gran dureza y decidió bloquear la isla, desplegando unidades navales y aviones de combate. Finalmente, pero, tras negociaciones secretas, la URSS retiró sus misiles a cambio de que EUA se comprometiera a no invadir la isla. Después de la crisis se abrió camino una nueva etapa, la de la distensión, y se instaló el “teléfono rojo”.

A nivel interno, durante esa época, existía todavía en EUA el problema del racismo. La segregación racial en las escuelas públicas se había prohibido desde 1954 pero seguía existiendo de facto en muchas escuelas y especialmente en lugares como restaurantes, cines y otros lugares públicos. Fue bajo la presidencia de Kennedy, hace también 50 años, que Martin Luther King dio el famoso discurso ‘I have a dream’, alguien a quién el presidente dio soporte defendiendo la igualdad.  En junio de ese mismo año Kennedy propuso una nueva Ley de Derechos Civiles y pidió a los americanos que acabaran con el racismo.

Hasta ahí su historia había sido una historia de éxito. Había sido un ídolo para muchos estadounidenses. Pero el final llegó con varios disparos. Fue rápido. Murió al poco rato de haber sido disparado, según cuenta la versión oficial, por Lee  Harvey Oswald –que fue a su vez asesinado mientras la policía lo llevaba a prisión el 24 de noviembre-. Fondo negro, incredibilidad y “vergüenza” para muchos. Era la muerte de su presidente y lo sigue siendo 50 años después.

BLANCA BLAY

@BlancaBlay

blanca.blay@gmail.com

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