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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Asia es una niña esclava

Por Cláudia Morán

Dime una palabra. Amor. Amistad. Incluso justicia. Tienen significados diferentes según quién las defina. Son conceptos abstractos, con acepciones diversas y llenos de connotaciones personales. Pero hay palabras, como esclavitud, que no deberían tener interpretaciones ambiguas. Por ese error, entidades como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) contabilizaron la esclavitud mundial en 20,9 millones de personas el año pasado, mientras que la organización australiana Walk Free ha elevado la cifra a 29,8 millones. Esto significa que para la OIT, casi 9 millones de personas explotadas no figuraban como víctimas de la esclavitud.

Walk Free lucha contra lo que se denomina «esclavitud moderna». Este año ha publicado por primera vez el Índice de Esclavitud Global, que incluye como esclavitud muchas de las prácticas relacionadas con ella, como los matrimonios concertados, el comercio y la explotación infantil (tanto laboral como sexual), la servidumbre por deudas, el trabajo forzoso o la trata de personas. Casi nada.

Los 20 países con mayor número de "esclavos modernos" / Walk Free Foundation

Los 20 países con mayor número de «esclavos modernos» / Fuente: Walk Free Foundation

Así, según el informe, casi tres cuartas partes de los esclavos de todo el mundo se encuentran en Asia (el 72,14 %), seguida muy de lejos por África subsahariana (16,36 %),  el continente americano (3,78 %), Rusia y Eurasia (3,36 %) , Oriente Medio y el norte de África (2,54 %)  y, por último, Europa occidental (1,82 %). Además, los tres países que lideran el ranking de esclavitud mundial, India, China y Pakistán, son asiáticos y tienen una proporción muy elevada de mujeres y niños. Todo ello nos lleva a afirmar que Asia, de ser una persona, sería una niña y sería esclava.

La India (13,3 – 14,7 millones de personas esclavizadas) se lleva la palma en cuanto a número de esclavos en relación a su población total. Y eso que es el segundo país más poblado del mundo. Las mujeres y los niños son el mayor objeto de la esclavitud, ya que sufren las peores formas de trabajo forzoso (como las subcontratas en fábricas textiles), son víctimas de la explotación y el comercio sexual y están sometidos a matrimonios concertados. En dos de sus regiones más pobladas, Bihar y Uttar Pradesh, dominan las formas hereditarias de servidumbre por deudas que contrae la gente más pobre del rural: se estima que entre 20 y 65 millones de hindús realizan trabajos forzosos para poder pagar sus deudas. La pobreza en India, en parte una consecuencia del sistema de castas, convierte a los pobres en esclavos que luchan por subsistir.

China (2,8 – 3,1 millones de personas esclavizadas), por su parte, es el segundo país con mayor pesa de la esclavitud moderna, con una economía muy marcada por el trabajo forzoso, la servidumbre doméstica y la mendicidad forzada. A pesar de ser la segunda potencia económica mundial, los derechos de las mujeres son muy inferiores a los del mundo occidental. Muchas mujeres y niñas chinas son esclavas sexuales y el matrimonio concertado, como en India, está todavía a la orden del día.

En el caso de Pakistán (2 – 2,2 millones de personas esclavizadas), el trabajo forzoso es el mayor ejemplo de esclavitud, propiciado por una economía muy débil, el crecimiento acelerado de la población y el deterioro de su Estado de derecho. Alrededor de 1,8 millones de pakistanís, especialmente niños, realizan trabajos forzosos en las fábricas de grandes ciudades como Sindh y Punjab. En esta última abunda la explotación infantil en la industria más dura: la del ladrillo. Además, los niños son víctimas, junto con las mujeres, de explotación y tráfico sexual con países como Irán, y muchos menores son reclutados por grupos extremistas en los que sufren todo tipo de abusos.

Niñas trabajando en una fábrica textil en Tirupur (Tamil Nadu, India) / Foto: Atul Loke/Panos

Niñas trabajando en una fábrica textil en Tirupur (Tamil Nadu, India) / Foto: Atul Loke/Panos

Otros países asiáticos que figuran en el top 10 de la esclavitud moderna son Tailandia, Myanmar y Bangladesh, con condiciones similares a las que se viven en India, China y Pakistán y donde las mujeres y las niñas también resultan las más explotadas.

También tres de las ex repúblicas soviéticas de Asia Central, Turkmenistán, Uzbekistán y Azerbaiyán, presentan un riesgo muy alto de esclavitud por el escaso respeto de los Derechos Humanos que mantienen sus regímenes. Según denunció Human Rights Watch, un millón de uzbecos son obligados por su gobierno cada año a trabajar en la cosecha del algodón durante 2 meses.

Tras leer este informe, parece evidente que sin una legislación acorde con los Derechos Humanos los pueblos están predestinados a ser esclavos. Y Asia, en toda su inmensidad, es un continente de esclavas que no protege los derechos de sus madres e hijas. Pero aunque Europa es el otro extremo, ya que posee sistemas de protección infantil muy fuertes y presenta niveles bajos de discriminación contra las mujeres en comparación con el resto del mundo, no está en condiciones de dar lecciones. Según el informe, el riesgo de esclavitud en Europa occidental recae sobre los inmigrantes, el gran reto actual de un continente europeo donde abundan los simpapeles y los extranjeros que realizan trabajos domésticos en hogares de diplomáticos.

CLÁUDIA MORÁN

4 comentarios

  1. Dice ser martinezpolo

    Pues el informe obvia que de seguir con las reformas laborales, que los políticos imponen, este país, España, va a hacer que suba el índice en Europa occidental.

    31 octubre 2013 | 15:45

  2. Dice ser nuriasein

    Muchas gracias por tu comentario. Lamentablemente, creo que tienes bastante razón.

    31 octubre 2013 | 18:40

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