Se nece
sitaban 400.000 personas para llenar la antigua Vía Augusta Romana que cruzaba de Norte a Sur Cataluña, se superó con creces, pues más de un 1.600.000 personas acudieron a la llamada de la Asamblea Nacional Catalana.
El lema “Via cap a la Independencia” (Camino hacia la Independencia), la acción una cadena humana que se selló a las 17:14 cuando los asistentes se dieron la mano. De ese modo, se recordaba el 11 de septiembre de 1714, cuando la Barcelona sitiada cayó frente a las tropas borbónicas.
El Paseo de Gracia, el centro de Barcelona, estaba repleto de personas y se llegaron hacer hasta cuatro cadenas humanas. La gente estaba en un ambiente festivo, alegre y todos compartían un mismo sueño o reclamo, el derecho a decidir, es decir, poder votar el destino de Cataluña y si esta comunidad autónoma quiere seguir formando parte o no de España.
La cadena humana se extendió por todo el territorio, desde la frontera con Francia hasta «les Terres de l’Ebre», al lado de la comunidad Valenciana. Precisamente aquí, es donde había más escepticismo que se pudiera completar la cadena, pero unas 60.000 personas de toda Cataluña se desplazaron hasta el sur para completar la ilusión de la Gran Vía.
Tarragona también llenó los 31 tramos de la Vía catalana en el municipio. Como en toda Cataluña, camisetas amarillas, Esteladas (la bandera independentista de Cataluña) por todas partes y mareas amarillas que llegaban de norte y sur.
La Asamblea Nacional Catalana contaba que hacían falta unas 18.000 personas para llenar los tramos tarraconenses de la Vía Catalana y finalmente la cifra de participantes se superó ampliamente obligando a desdoblar algunos tramos de la cadena.
El Passeig de les Palmeres, junto al emblemático «Balcó del Mediterrani», se convirtió en uno de los epicentros de la jornada con conciertos de grallers, actuaciones de «esbarts dansaires» (danzas típicas), una comida popular y actuaciones musicales. Pero sin lugar a duda el «Arc de Barà», monumento romano emblemático de la N-340, la antigua Via Augusta, fue el tramo más emotivo, donde se pudieron ver hasta 16 pilares simultáneos, «gegants», sardanas y música de cobla en directo.
El reclamo catalán traspasó fronteras. En París, la ciudad de las luces, la convocatoria fue adelantada al 2 de septiembre. Ese día más de 280 personas hicieron una cadena humana en la capital francesa. Entre ellas, estaba Maryse Olivé, delegada del Gobierno Catalán.
La cadena humana parisina adelantada se unió a más de cuarenta convocatorias en distintos países de los cinco continentes, según informaciones de la Delegación de la Generalitat de Cataluña en Francia.
En Bruselas la Vía Catalana se celebró el domingo 1 de septiembre, cerca del famoso monumento del Atomium, a lo largo del Boulevard du Centenaire. La razón del anticipo se encuentra en que así, la Asamblea Nacional de Cataluña podía disponer de vídeos de las decenas de ciudades que celebraron la protesta para la Diada en Cataluña.
El día siguiente de la diada, un periodista de la televisión pública catalana, TV3, preguntó a la Comisión Europea, en la habitual sesión informativa del mediodía, su opinión sobre la Vía Catalana. La portavoz se limitó a declarar que se trata de “un asunto interno de un Estado miembro”, echando balones fuera. “La Comisión no tiene nada que opinar al respecto”, ha zanjado ante la insistencia del periodista.
Según una encuesta de la cadena Ser, una de las principales radios de España, el 80,5% de los catalanes se muestra a favor del derecho a decidir, mientras que un 52,5% apoyaría la independencia y un 24% votaría en contra si hubiera un referéndum.
Los catalanes ya han opinado en las calles, ahora les toca mover ficha a los políticos.
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