El miércoles se colocaron las urnas para todos los zimbabuenses, ¿para todos?, no, por desgracia hubo más de un millón de votantes a los que se les negó el derecho a votar, sobre todo en las ciudades.
La RAEZ, REd de Apoyo a las Elecciones de Zimbabue, con 7.000 observadores locales detectó irregularidades durante uno de los ejercicios más democráticos, el derecho al voto. Sin embargo, esto contrasta con los comentarios del jefe de la misión de observación de la Unión Africana, el ex presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, que consideró los comicios «bastante libres, justos y creíbles».
A pesar de que en Zimbabue es delito publicar resultados no oficiales, y la Comisión Electoral tiene hasta el lunes para dar cifras definitivas, el diario estatal The Herald, controlado por el partido del presidente Mugabe, informó el viernes de que el nonagenario mandtario obtendría una victoria aplastante.
Mugabe intruduce su voto en una urna en Harare, el 31 de julio. / ALEXANDER JOE (AFP)
Por su parte, el primer ministro y líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, calificó las elecciones de una «gran farsa que no refleja la voluntad del pueblo».
La victoria en Zimbabue de Mugabe, en el poder desde que el país de independizara de Reino Unido hace 33 años, supondría un duro golpe para Tsvangirai, quien en 2008 salió vencedor en primera vuelta, pero los partidarios de Mugabe desataron su ira contra los opositores, matando a 200 de ellos y dejando centenares de exiliados. La elección de Tsvangirai de no participar en la escalada de violencia y su retirada le valieron la candidatura al Premio Nobel de la Paz, pero también numerosas críticas denunciando su pasividad. Sólo queda preguntarnos si esta vez Tsvangirai podrá arrebatarle el poder a Mugabe.
@elenagm86