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“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

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Daniel Gascón, nuevo responsable de la edición española de Letras Libres

Foto: Josu Euba.

Foto: Josu Euba.

Daniel Gascón (Zaragoza,1981) es el editor responsable de la edición española de la revista Letras Libres. El nuevo colaborador de Enrique Krauze, que es quien dirige las ediciones de México, España e iPad, sustituye a Ramón González Férriz, que dejó la revista para dirigir el periódico semanal Ahora que impulsa Miguel Ángel Aguilar. Gascón colaboraba con Letras Libres en la elección de temas y personas que podían escribir sobre ellos, además de editar, traducir, escribir y corregir. Entresuelo (Mondadori, 2013)  es su último libro publicado.

Pregunta. ¿Tienes ya previstos algunos cambios o mejoras para la revista?

Respuesta. La edición española cumplirá 14 años en octubre y tiene una identidad muy consolidada: es una revista que posee la vocación de ser un puente entre las dos orillas del idioma español, de combinar la literatura y la política, que tiene un compromiso con los ideales democráticos y la aspiración de mostrar la complejidad de las cosas y la diversidad de opiniones. Esas cualidades, así como la visión crítica y autocrítica, una perspectiva internacional y colaboradores como Gabriel Zaid, Vargas Llosa, Mark Lilla o Amartya Sen, son algunas de las razones por las que mucha gente admira la revista (y son algunas de las razones por las que yo empecé a leerla hace mucho tiempo, en la época en que Ricardo Cayuela era el editor en España).  Me gustaría seguir en esa línea y en la dirección de los últimos años: que la revista continúe participando en el debate de ideas en España, de una manera rica y productiva, aprovechando que la periodicidad mensual te libera de la necesidad de cubrir la última hora o el último giro de los acontecimientos; que publiquemos textos excelentes, originales y cuidados; que convivan los escritores consagrados con gente nueva que merece ser escuchada; que prestemos una atención especial a Europa.

P. ¿Cómo valoras la situación de las revistas culturales en España?

R. Creo que sufren la crisis de la prensa y la crisis del sector cultural. Han desaparecido revistas que tenían una trayectoria larga y otras viven en una situación precaria. Pero también vemos que surgen otras, en papel y en internet, y que hay apuestas interesantes y valientes en un contexto durísimo.

P. ¿internet solo es un aliado para la difusión de contenidos?

R. No, no solo eso. Nuestra edición para Ipad tiene contenidos exclusivos y, además de los contenidos de la revista, la página web tiene posts y blogs escritos especialmente para ella. Por ejemplo, la web te permite tratar de forma rápida un acontecimiento. Luego, en la revista en papel lo tratas de otra manera. Hay blogs que hablan de asuntos que aparecen en el papel (como la política internacional), pero hay otros que hablan de cosas que no salen tan a menudo en la edición impresa (como las series). Hay podcasts, relecturas de escritores, etc. La web también permite contactar con un público joven.

P. ¿Qué papel juegan las redes sociales en una revista cultural de periodicidad mensual?

R. Letras Libres es mexicana y española, literaria y política, en papel y en digital. Y también tiene que estar en las redes sociales (en Twitter tenemos 419.000 seguidores). Las redes sociales sirven para anunciar los contenidos de la web, para que los lectores sepan que hemos subido un nuevo número y de lo que este contiene. También funcionan como una especie de llave: si le dan el Cervantes a Juan Goytisolo, que es colaborador de la revista desde hace mucho, seleccionamos en un post algunas de sus colaboraciones y anunciamos eso en las redes sociales. Las redes sociales sirven para anunciar lo que es nuevo, pero también como guía de un archivo muy valioso.

«La cultura en los tiempos del Twitter», un reportaje en vídeo sobre cómo usan los periodistas las redes sociales

gustavo mota

Gustavo Mota Leyva.

Un periodista cultural, que para mí es una referencia, me invita en un tuit a que conozca «La cultura en los tiempos del Twitter», el reportaje que ha dirigido Gustavo Mota Leyva. Después de ver los 29 minutos del vídeo, quiero charlar con el autor. Como no podía ser de otra forma, nos citamos a través de Twitter para tener una conversación. Bastan un par de mensajes directos (DM de Twitter) para convenir día y hora. Hablamos por Skype.

El reportaje se basa en los testimonios del consultor Juan Merodio y de los periodistas Silvia Hernando (InfoLibre), Peio H Riaño (El Confidencial), Paula Corroto (ElDiario.es) y Karina Sainz (Vozpopuli). «Me interesaban medios exclusivamente online. Estos medios tienen como responsables de sus secciones culturales a gente muy joven que se mueve con mayor libertad. La gente con más tradición y trayectoria tiene, supongo, más ataduras a la hora de contar«, dice Gustavo Mota Leyva (México DF, 1967), quien ha sido redactor jefe de NCI Noticias desde el año 2011 hasta el pasado 31 de diciembre. También ha dirigido el documental «Fogwill. El último viaje«, basado en la última entrevista que concedió el escritor argentino. Es autor del blog De frente y de perfil.

El trabajo sobre la influencia de las redes sociales en el periodismo cultural, que se puede ver al final de esta página, fue producido por la Asociación de las Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas, y presentado en el octavo Foro Internacional de profesionales de la comunicación y la información TVMORFOSIS, en el marco de la reciente Feria Internacional del Libro de Guadalajara FIL 2014, bajo el lema: “TV Everywhere, televisión en todas partes”. El encuentro estaba organizado por el Canal 44 de la Universidad de Guadalajara, con el apoyo de TV UNAM. Moisés Cabrera es el autor del montaje.

La conversación con Mota Leyva sobre sus conclusiones después de realizar el reportaje queda reflejada en catorce tuits.

 

Antes de empezar el reportaje, creía que sería mayor la influencia de las redes sociales, pero encontré que por ahora no determinan ni los contenidos ni la agenda cultural informativa.

Tampoco esperaba que no hubiera códigos deontológicos sobre el uso de las redes sociales por parte de los periodistas.

Las redes sociales han modificado la manera de llegar a la información cultural. Se ha roto la lectura lineal y el lector o espectador accede a lo que le interesa.

Gracias a las redes sociales, la información oficial tiene menos impacto porque compite con otras informaciones libres.

Al periodista se le conoce a través de las redes sociales y puede difundir la información directamente.

La sección de cultura, que tradicionalmente venía siendo un espacio para la parte banal de la vida, pasa a ser un espacio ante todo de información.

(I) El ejercicio profesional ha estado muy relacionado con la difusión y la promoción.

(II) Gracias a internet y las redes sociales hoy es más fácil distinguir entre información, difusión y promoción.

Twitter es la red más utilizada por los periodistas especializados en cultura.

El riesgo es que el periodista se convierta en fuente. Internet tampoco es la fuente. Hay que seguir haciendo periodismo en la calle.

La noticia dejó de importar porque la inmediatez hace que muera enseguida.

No podemos seguir preguntando todos lo mismo. Hay que preguntar lo que piensan todos y nadie pregunta.

Hay que utilizar el error como fórmula de hallazgo y la temporalidad como un desafío.

La conclusión no es que hayamos estado sino cómo lo hemos contado.

 

Pere Rusiñol: “La mejor manera de blindar el periodismo es que los periodistas participemos en los medios”

Foto: Guadalupe De La Vallina

Después de trabajar en El País, donde fue redactor jefe, y como adjunto a la dirección de Público, Pere Rusiñol (Artés, Barcelona, 1972) es socio y redactor de Alternativas Económicas y Mongolia. También colabora con ElDiario.es. Convencido de que “al papel todavía le queda mucha vida”, Rusiñol es uno de los adalides del movimiento de nuevos medios creados por periodistas que se ha generado en España.

¿Estamos viviendo la decadencia de la prensa tradicional?

Sí, es una decadencia extrema. El motivo fundamental es la pérdida total de independencia como consecuencia de los cambios de propiedad que se han producido por la crisis.

¿Los bancos se han convertido en los dueños de los grandes medios españoles?

Los grandes medios generaron unas deudas tan inasumibles que si hubieran sido empresas normales habrían quebrado al pinchar la burbuja. Prisa, el grupo más fuerte, llegó a acumular una deuda de 5.000 millones de euros, cifra que es imposible de devolver con la crisis y con unos ingresos muy a la baja: El País, que llegó a tener 150 millones de beneficios, este año va a perder más de 20. Así es imposible devolver los créditos. Los bancos han conmutado deuda por capital y ahora son los principales propietarios de los grandes medios. En ese contexto no se puede desarrollar un periodismo mínimamente independiente, cuando el propietario es la banca y casi todos los temas que son objeto del periodismo tienen que ver con la banca. Ahora mismo en los grandes grupos no se puede ejercer el periodismo. Eso no quiere decir que haya excepciones individuales que, con mucho mérito, hacen cosas interesantes.

¿Algún ejemplo?

En la mayoría de los temas, como las preferentes o los deshaucios, si rascas encuentras al sector financiero como generador de lo que pasó —700.000 familias afectadas—, pero resulta difícil que el medio que ahora es propiedad de quien ha emitido preferentes lo explique bien. Se pueden llenar páginas y páginas contando cosas de preferentes y deshaucios sin llegar a la raíz, que es el objetivo del periodismo: explicar no solo lo que pasa, recreándose en los llantos de los afectados, sino por qué pasa.

¿Alternativas?

Primero, asumir la situación, que es irreversible aunque vuelvan las vacas gordas. Se habla de que ha habido 10.000 despidos en el sector, pero para mí eso no es lo fundamental. Si volvieran las vacas gordas y los 10.000 periodistas regresaran a las redacciones se encontrarían con unos medios distintos porque la propiedad ha cambiado. En mi opinión la alternativa está en crear medios para que los periodistas participemos en la propiedad, que es la mejor manera de blindar el periodismo. Y luego encontrar modelos que sean sostenibles. Hay que realizar una tarea pedagógica para hacer ver a los ciudadanos que les va a ser útil comprometerse pagando para recuperar la información independiente.

Hace tiempo que apuestas por los medios independientes. Por cierto, te quedan pocos nuevos medios en los que colaborar. Tal vez infoLibre

(Risas) Hemos hecho cosas juntos. La gracia del momento es que, en contra de lo que dicen muchos de que no es posible, hay ejemplos de que sí que se puede conseguir. El caso de ElDiario.es es impresionante: en solo dos años han conseguido facturar en el último ejercicio dos millones de euros y lo cerrarán con trescientos mil euros de beneficio. Su modelo es mixto, no solo dependen de la publicidad. Han logrado el apoyo de más de 10.000 socios y el director, Nacho Escolar, controla más de la mitad de las acciones de la empresa. Los trabajadores que están desde el principio también tienen participación. En Mongolia, los trabajadores tenemos más del 70% y en Alternativas Económicas todavía más porque somos una cooperativa. En Mongolia cerramos el ejercicio de 2013 con 11.000 euros de beneficio. No debemos nada a nadie y la empresa da beneficio. Ese es el entorno ideal para hacer periodismo. Nos equivocaremos, como todo el mundo, pero será una equivocación no que nos pleguemos ante alguien. En Alternativas Económicas damos perdidas, pero el cierre de 2014 será sensiblemente mejor que el de 2013 porque hemos conseguido más suscriptores, que son personas que apoyan el proyecto, no por solidaridad sino porque la información independiente merece la pena.

¿En los nuevos medios se realiza un periodismo más artesanal?

Sí, porque parten de las premisas de toda la vida de que el periodismo no es propaganda. Hay que ir a los sitios y vivirlo de primera mano. No es suficiente con que alguien te diga qué ha pasado sino que tienes que verlo. Por otra parte, hemos perdido mucho tiempo en el debate papel/internet. Los periodistas debemos arremangarnos para crear contenidos y también para crear las herramientas empresariales que hacen posible el periodismo.

Pero, por lo general, el periodista no tiene formación de gestor o de empresario.

Los periodistas no tienen que gestionar los medios. Se trata de participar en la propiedad y marcar las líneas estratégicas. No hace falta que el presidente o el gerente sean periodistas.

¿Hasta qué punto financia la publicidad a los nuevos medios?

En el caso de ElDiario.es los ingresos publicitarios son superiores a los que aportan los socios. En Alternativas Económicas son mayores los ingresos de socios y suscriptores que los que provienen de la publicidad. Hay que ser conscientes de que la publicidad como era en el pasado no volverá, ni en papel ni en internet. La expansión de las redes sociales hace que el precio de la publicidad haya caído en picado con independencia de la crisis. Antes el anunciante tenía que pasar obligatoriamente por los medios. Eso hacía que los precios fueran muy altos. Era muy difícil anunciarse en El País por menos de 15.000 euros la página. Ya no es así porque una empresa puede hacer una extraordinaria campaña de publicidad sin pasar por los medios, por muy bien que estos lo hagan, y con poco o ningún presupuesto si se trata de redes sociales. Eso hunde los precios del sector. Ahora se puede poner una página en El País por 2.000 euros. Pueden subir los precios, pero el monopolio ya no volverá.

El segundo problema es que en épocas de crisis los que ponen publicidad son las grandes corporaciones cuyo objetivo no es tanto anunciarse como tener al medio controlado. No es lo mismo que un medio esté saneado y depender de doscientos anunciantes que tener pérdidas y depender de cinco anunciantes, que en su mayoría son del sector financiero o empresas del IBEX.

¿Qué medios te interesan?

Hay tres que sigo con esperanza. Unos son de toda la vida y otro es nuevo. El primero es The Guardian porque no es una empresa capitalista al uso sino que depende de una fundación que puede enjugar las pérdidas. Le Canard Enchaine, uno de los referentes de Mongolia, que cumple 100 años, vende 500.000 ejemplares a la semana y es propiedad de sus trabajadores. Ganan 2 o 3 millones de euros al año. Eso les da una fortaleza increíble para hacer el periodismo que quieren. Además, sin internet. Visitas su página web y te dicen que están muy ocupados preparando la portada del próximo número y que nos veremos el próximo miércoles en el kiosco. El tercer modelo es la experimentación de la filantropía en Estados Unidos para hacer periodismo. Propublica lo ha conseguido con ‘seniors’ del periodismo que no tienen que preocuparse por cuadrar las cuentas y pueden dedicarse durante un año a realizar una investigación y hacer periodismo de calidad. Propublica es un modelo extraordinario que habría que conseguir trasladar a España de alguna manera, aunque aquí no hay tradición, pero en la medida en que empieza a haber superricos, que no los había antes, habrá que empezar a exigirles que tengan planes de filantropía, aunque no lo gasten en periodismo.

William Lyon: “En internet se escribe mejor que en los diarios de papel”

William Lyon

William Lyon

Una noticia es algo nuevo para ti. Es importantísimo que el titular resuma de qué va la noticia, pero muchos titulares no se entienden. A veces lees una noticia de un tema que sigues desde hace un tiempo y tampoco la entiendes”, dice William Lyon (Nueva York, 1940), quien se instaló en Madrid después de licenciarse en Filosofía y Letras en la universidad de Yale.

Ha trabajado para Variety, United Press Internacional, Time, las emisoras de radio CBS y NBC, Associated Press, El País y fue jefe de Edición y de Toros de El Sol. Sus artículos han aparecido en medios como Herald Tribune, Financial Times, 20Minutos y las ediciones españolas de Vogue y GQ. Además de colaborar en varias revistas e impartir clases en un máster de periodismo, actualmente es asesor editorial de empresas y particulares a través de laescrituratransparente.com.

Ha publicado el libro La escritura transparente. Cómo contar historias (Libros del KO, 2014), un manual que no debe faltar en la mesa de todo periodista, estudiante de periodismo o de cualquier persona que pretenda escribir para contar una historia.

No es madrugador.

En el libro dices que en España se escribe mal en los periódicos.

Sí, comparado con el nivel de exigencia de la prensa anglosajona donde el listón está más alto y se exige más. Aquí hay mucha dejadez. No quiero decir que todo se escribe mal, ni mucho menos. Hay crónicas y noticias que están perfectamente redactadas, pero hay demasiadas noticias mal redactadas. En el libro cito a García Márquez, quien dijo que “lo que hacen los editores es más importante incluso que el papel del director”.

portada-Lyon¿Por qué no hay editores en los periódicos españoles?

Cada vez hay menos redactores para hacer más trabajo y más deprisa porque hay menos dinero. Si contrataran a tres o cuatro editores cualquier periódico mejoraría mucho. Pero si lo propones, te dicen que estás loco. La edición es el último mono. Los directores creen que están para cosas más importantes que algo tan prosaico como es cuidar un poco los textos.

Algunos redactores también son reacios a que editen sus textos.

Si yo escribo una cosa, quiero una labor esmerada de edición y prefiero que la editen 20 personas. Si alguien pide una aclaración en beneficio del artículo y del autor, la mayoría de los periodistas pone mala cara. Eso sucede por la falta de tradición y de exigencia.

¿Algunas claves para escribir mejor?

Lo primero es pensar en el lector y escribir para él. Uno de los pasos más importantes, sobre todo ahora que no hay editores, es que el redactor debe leer en voz alta lo que ha escrito. Leyendo en voz alta y despacio se detectan las frases kilométricas, las faltas de lógica, la organización defectuosa… Otra clave es tomar un poco de tiempo al principio para pensar cuál es la manera de presentar el artículo para que sea más comprensible. Por otra parte, se echa de menos la falta de antecedentes. En la prensa española muchas veces si tú no has leído una noticia desde el primer día y te enganchas cuando lleva varios días, estás perdido porque no te explican nada de lo anterior. Con lo fácil que es añadir información con una frase subordinada.

¿En internet se escribe mejor o peor que en los periódicos de papel?

Leo prensa de vez en cuando en internet, pero no me gusta leer en pantalla. Mi impresión es que se escribe mejor. Tal vez los textos son más breves, aunque no hay límites de espacio, pero las noticias son más cortas y van al grano. Muchas noticias que aparecen en El País, un periódico que leo todos los días, ocupan una página entera porque es más fácil y más económico llenarla con una sola noticia, aunque esté hinchada. El coste es más eficiente que si dos periodistas trabajan para ocupar ese espacio. Por eso lees en la prensa muchas noticias hinchadas, más que en internet donde no tienen esa exigencia de llenar tanto espacio.

¿Cuál es la extensión media que resulta recomendable para escribir una noticia?

Siempre más corto que largo. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Yo soy capaz de reducir el texto un 10% sin que el redactor se dé cuenta o, en todo caso, advierte que está mejor. En casi todos los textos hay paja.

Daniel Moreno: “En Animal Político publicamos todos los días entre dos y cinco historias propias”

Daniel Moreno, director de Animal Político.
Daniel Moreno, director de Animal Político.

 

“Soy guerrerense, de uno de los pueblos del Estado donde ha pasado lo de los estudiantes”, dice el periodista mexicano Daniel Moreno, nacido en 1964, quien, tras una carrera profesional en medios tradicionales, hace cuatro años decidió fundar Animal Político, uno de los medios latinoamericanos que se ha convertido en una referencia del nuevo periodismo de Internet en español.

“Soy crítico con el periodismo que estamos haciendo en México porque no es un espejo fiel de lo que está pasando. La posibilidad de hacer un medio digital representa tres ventajas. La primera, hacer el periodismo en el que creo. La segunda, descubrir un nuevo público. Los medios en México, como en otros países, están diseñados para mayores de 45 años. En el periodismo digital, el público es más joven. Los principales consumidores de nuestros contenidos tienen alrededor de 30 años y no te dejan pasar una, porque es gente que está muy interesada en leer y comprender, que exige contexto y profundidad, rigor y ética. La tercera es la posibilidad de explorar nuevas narrativas: emplear nuevas herramientas como los gráficos interactivos, vídeos que te permiten acercarte a nuevos públicos y ofrecerles distintas posibilidades de lectura”.

En un país de alrededor de 120 millones de habitantes, la tirada de los grandes periódicos no llega a 60.000 ejemplares de lunes a sábado. ¿Son parecidas las audiencias de los medios digitales?

En digital nos ha ido a todos mejor. Hay medios que tienen diez millones de visitas al mes. El periódico más leído, El Universal, que abrió el diario online hace 15 años y ha logrado cifras destacables. En un país con una penetración de Internet que ronda entre los 40 y los 50 millones de personas, tener este nivel de visitas es importante. Nosotros recibimos entre 3 y 4 millones de visitas al mes. Pero si los digitales nos obsesionamos con las visitas, terminamos echando a perder el periodismo que hacemos. En Animal Político no competimos para ser el medio más visitado de México. De ese ring, nos bajamos.

En estos años, has pasado de trabajar como periodista a gestionar también una empresa de 15 personas. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Les digo de broma a mis compañeros de Animal Político que antes amaba las quincenas y ahora las odio (en México se paga la nómina cada 15 días). Es un negocio pequeño, con un aprendizaje complejo. Había tenido la oportunidad de tener cargos directivos que me sirvieron para aprender lo básico en términos de presupuestos y demás, pero el reto es más complejo porque no solo tengo que dedicarme a gastar sino también a ingresar dinero. Ese ha sido el aprendizaje más complejos y donde he cometido los errores más notables. Es evidente que salgo demasiado caro como vendedor, por el tiempo que le tengo que dedicar y por mi nivel de ineficiencia. No es mi vocación. Uno de nuestros objetivos para 2015 es tener un “Publisher” que se dedique al negocio. Porque si no termina siendo caro e ineficiente tener a un periodista vendiendo y haciendo presupuestos.

¿Qué encuentra un lector en Animal Político?

Los temas que nosotros abordamos fundamentalmente son corrupción, transparencia, derechos humanos y por supuesto, especialmente en los últimos años, la violencia. Para nosotros ha sido un trabajo importante poner rostro a las víctimas. En términos de definición editorial es algo capital. En México nos habíamos dedicado a contar muertos y criminalizar a las víctimas. Entre los muertos ha habido mucha gente inocente. Además, nada puede justificar la muerte.

¿Qué importancia tiene la última hora en un medio digital?

Es una trituradora que come los recursos humanos y conduce a una batalla absurda. Nosotros apostamos por la generación de nuestros propios contenidos. En un lugar destacado, tratamos de publicar todos los días entre dos y cinco historias propias, que son nuestra apuesta más importante. La última hora es importante en términos de visitas, pero no podemos ser los más rápidos y los más imprecisos. Asumimos todos los días que queremos ser un medio con credibilidad, con rigor, que dé un buen servicio al lector. Si esto implica que tardamos más en publicar una noticia, asumimos el coste de que vamos a perder visitas por ello.

¿En México también se padece el “mal de la columna”?

Es general. En el caso de México lo hace doblemente preocupante. Gente que habla de todo aunque no conozca de nada. Un día escriben de reforma fiscal, otro de seguridad y al día siguiente sobre partidos políticos. Son «todólogos». El segundo elemento que preocupa es que son todólogos muy bien pagados porque un columnista en México puede ganar diez, veinte veces o más que un reportero. Se privilegia el pago a los columnistas famosos frente a los periodistas porque importa más hacer un periódico de opinión que hacer uno de información. Los que quieran opinar, que abran una cuenta en Twitter y ya veremos si nos importa o no lo que dicen. En Animal Político intentamos que quienes opinan sean especialistas capaces de aportar información que sustente el análisis y no al revés. Tenemos medio centenar de colaboradores. Publicamos seis u ocho columnas diarias, pero la mitad son de organizaciones de la sociedad civil, de centros de derechos humanos y de think thank que reflexionan sobre temas concretos.

¿Los medios digitales en América Latina también se encuentran en el camino de la búsqueda de la rentabilidad?

Como sucede en todo el mundo, en América Latina nos encontramos en la búsqueda del modelo de negocio. Cuando ves en España a El Confidencial o a ElDiario.es con finanzas sanas, adviertes que ya han encontrado un camino. Muchos periodistas ven la posibilidad de tener un medio propio. Les suelo recomendar que se preparen para ser pobres y para estar preocupados sobre cómo llegar a la quincena.

¿Qué papel juegan las redes sociales para que los medios generen nuevas relaciones con el lector?

Las redes sociales nos ayudan a establecer conversaciones con los lectores. El nuevo lector ya no ve portadas. Las redes sociales son las portadas. Nosotros somos eficientes en las redes, el 50% del tráfico nos llega a través de ellas. Aspiramos a que las redes sociales sean una forma de añadir lectores y también una forma de conseguir opiniones sobre lo que publicamos e ideas para nuevos contenidos. Quiero fortalecer nuestra dependencia del lector también en ese terreno. Que el lector nos dé tips, ideas, nosotros haremos el periodismo. Si en términos conceptuales hay que señalar una diferencia entre el periodismo digital y el tradicional, es que los tradicionales están acostumbrados a establecer un monólogo con el lector y los medios digitales generan un diálogo con el lector.

¿Cómo ves a los medios españoles?

Han estado atrapados por la crisis económica interna y la de los medios tradicionales se sufre en todo el mundo que implica caída de ventas y caída de publicidad. En España, el periodismo digital ha sido una salida importante para muchos periodistas que perdieron su empleo y han buscado nuevas formas de hacer periodismo. Eso hace que España sea uno de los países más saludables en términos de periodismo digital porque tienen una variedad muy importante y un notable nivel de calidad.

Desde fuera se nota que el periodismo español ha estado atrapado en el debate Partido Popular versus PSOE. En un país bipartidista, los medios, de alguna manera, acaban afiliándose a una de las partes. Un ejemplo es el tratamiento que le dan a Podemos. Las críticas a Podemos en los medios son demoledoras. Se encuentran editoriales acusándolos de ser el peor populismo.

Tal vez lo que le falta a la prensa española es entender que los partidos políticos no reflejan a la sociedad completa y que vale la pena atreverse a explorar nuevos públicos. Otra característica de algunos nuevos medios españoles es que se nota que son gente que querrían tener un periódico tradicional, pero que por falta de dinero, han puesto en marcha un periódico digital.

En España y en América Latina hay dos tipos de periodistas digitales: los que tienen medio digital porque no tienen dinero para hacer uno impreso y otros que queremos hacer periodismo digital y aunque tuviéramos dinero no haríamos un periódico de papel. En todo caso, tendríamos más reporteros en el mundo digital.

¿Por qué los medios españoles están lanzando ediciones para América Latina?

La crisis económica española es una explicación. Pero están aprovechando correctamente un déficit de calidad en periodismo en América Latina. El País tiene todos los días decenas y decenas de miles de visitas de mexicanos buscando noticias de México. Eso hay que reconocerlo. El País se ha convertido en una fuente de información relevante para los mexicanos. Ha hecho coberturas más que notables, tiene periodistas de gran nivel y una redacción de gente joven con mucho talento que tiene tanta gente como Animal Político. No es la clásica visión externa del español. Han aprendido a ver México desde México. No solo nos ven, como lo hacían antes, como mercado, sino también como un tema relevante de su agenda informativa. Y eso lo celebro. Más allá de las críticas que, como a otro medio, se le pueden hacer a El País o a El Mundo, celebro que tengamos medios potentes, haciendo buen periodismo, abordando los temas que les importan a los mexicanos.

Salvador Frausto: “El titular largo tiene mucho éxito en la web porque es el modo de hablar de la gente”

La revista Domingo, que publica El Universal, es la que ha ganado más premios en México en los tres últimos años. Entre los cinco galardones que ha recibido se encuentran el Ortega y Gasset de 2014 y el Nacional de Periodismo. “Domingo es un magazine semanal para mujeres, con una celebridad en la portada y contenidos ligeros. Dentro de la revista siempre se incluye una crónica y un reportaje de investigación dirigido a las mujeres. La intención es hacer una revista inteligente y entretenida”, explica Salvador Frausto México DF, 1973), editor de la revista y coordinador de reportajes de investigación del diario El Universal.

Salvador Frausto
Salvador Frausto, editor de la revista Domingo y coordinador de reportajes de investigación del diario El Universal.

Frausto también colabora con Cuadernosdobleraya.com. “Es un capricho y un placer que nos damos un grupo de amigos. Lo iniciamos cuatro periodistas y ahora somos diez o doce. No ganamos un peso. Publicamos lo que queremos: crónicas, artículos, reflexiones sobre periodismo, reportajes, artículos de opinión. La experiencia está resultando muy interesante: tenemos más visitas que muchas revistas en México.

Para conocer su trabajo, resulta muy recomendable la lectura de «Cómo se edita una historia«.

Con el «párrafo nudo» propones una estrategia periodística para que historias que difícilmente llegarían a primera página lo consigan. ¿En qué consiste?

Es el que engarza la narración periodística con la noticia dura y pura. Soy partidario del periodismo narrativo, pero a la vez he hecho periodismo de investigación, que es por el que me contratan los medios. Siempre han sido mis dos tentaciones periodísticas en los 20 años que llevo en esto. Me di cuenta de que las crónicas no llegaban a la primer página de los periódicos ni a la portada de las revistas. Así que lo que hicimos fue engarzar buenas narraciones con un párrafo que sea noticioso y tentador para quien toma las decisiones de qué va a la primera plana o a la portada.

¿Puedes poner un ejemplo?

Hicimos un reportaje sobre los perros en la ciudad de México. ¿Cómo se convirtieron los perros en una especie de hijos para la gente? Van al Spa, tienen hoteles, tienen restaurantes, tienen cementerios… En lugar de contarlo como una curiosidad, aplicamos técnicas de investigación profunda, con todo el rigor que se emplea para una investigación sobre corrupción, por ejemplo. Los llamamos “perrijos” e hicimos un reportaje en cinco partes, que salieron en primera plana del periódico y fueron los más leídos en papel y en la web. Ahora todo el mundo en México emplea el término “perrijos”. La clave fue que cada reportaje tenía una noticia como “¿Cuánto repuntó la venta de comida gourmet para perros?”. Titulábamos en el periódico con el dato duro y en las páginas interiores como si fuera una historia, igual que en la web. El truco es ese: incrustar la nota dura en la web sabrosa.

¿Internet es un soporte adecuado para contar historias largas?

Las historias duras y largas son muy leídas. El micrositio que más ha crecido en el último año en El Universal ha sido la revista Domingo: un 200%. Publicamos textos largos de 25.000 o 30.000 caracteres (4.500 palabras), pero tratados como historias.

Sin embargo, dicen que leemos menos y que cuando lo hacemos preferimos los textos cortos. 

Conviven los dos fenómenos. Hay un montón de historias cortas que son muy leídas e historias largas potentes que también terminan siendo leídas. Ahora podemos registrar el tiempo de permanencia en la página y los datos son muy satisfactorios cuando ves que la gente permanece entre 10 y 12 minutos en una página. Yo le doy más valor al tiempo de permanencia porque es lo que aspiramos. Mi periódico, también lo valora, pero es un medio industrial y está atento a los clics porque de allí vienen los ingresos.

Salvador Frausto conversa con Enric González en un  descanso del seminario sobre Desigualdad que se celebró, del 11 al 13 de noviembre, en Panamá.
Salvador Frausto conversa con Enric González en un descanso del seminario sobre Desigualdad que se celebró, del 11 al 13 de noviembre, en Panamá.

 

¿Cómo es el trabajo de un editor de crónicas?

El método de edición exhaustivo me encanta, pero lo que he aplicado en el diario es un método intermedio con el cual puedo dar orientación a los reporteros, revisar los trabajos, verificar los datos, pedir cambios… Y hacerlo de forma un poco más veloz porque el trabajo en un diario o en un semanario no permite que tardes un mes en editar una pieza. En el tiempo que dispongo, intento aplicar los siete pasos que comento en el blog. Normalmente, leo un texto con ojo crítico y pienso cómo lo puedo mejorar. Depende del tiempo que tenga, tomo una, dos o tres acciones. Tengo un equipo de editores —dos para Domingo y uno para reportajes de investigación—, les paso los reportajes y ellos realizan el siguiente trabajo con los autores. Antes de publicar, siempre doy un último vistazo a los textos. En realidad, a lo que dedico más tiempo es al diálogo con el autor. Creo que el 50% de la edición está en el diálogo con el autor. Al plantear la idea, una vez que el autor ya tiene la información y antes de que se ponga a escribir, es cuando se puede decidir, conjuntamente con el autor, el enfoque de la historia.

¿Las redes sociales han cambiado la forma de titular?

A veces, esos coqueteos con los títulos muy largos me recuerdan a los de libros como “El anciano que saltó por la ventana y se largó”. El titular largo tiene mucho éxito en la web porque es el modo de hablar de la gente. Hay que combinar los productos gancho con las historias bien hechas.

¿Qué influencia en la generación de agenda pública tienen los medios digitales en México? 

Estamos en una etapa mixta. Los medios industriales siguen marcando la agenda pública, pero de un modo trenzado están compitiendo con nuevos medios o alternativos como Animal Político o la revista emeequis. Los medios tradicionales caminan con un desgaste parecido al de los medios en España, pero siguen generando agenda.

¿Cómo ves el periodismo en España?

Me acerco al periodismo español con mucha fascinación por personas como Enric González. Me parece que, a diferencia de América Latina, es un periodismo mucho mejor escrito. La vieja sección de deportes de El País era como una escuela de narración para mi generación. Me causa mucha desazón ver a El País haciendo un periódico casi monárquico. Pero encuentras piezas en otros lados como en ElDiario.es o en 20Minutos. Me gustaba Público, el anterior, pero le he perdido la pista. Cuando iba a crear Domingo, me inspiré en cierto modo de Público, que tenía una cosa de política, pero luego había algo de tecnología y le daba a la ciencia. Parece esquizofrénico, pero ahora las personas somos así. Antes había cajones: política, aquí; ciencia, allá. Ahora con Twitter y Facebook no nos parece descabellado mirar una noticia de tecnología y luego una de moda. Encuentro cosas aisladas bien padres (muy interesantes) en Jot Down, pero deslavazadas.

Eva Belmonte: «Los medios deberían rendir cuentas como la Administración»

Foto: Fernando Sánchez
Foto: Fernando Sánchez

 

Eva Belmonte (Elche, 1982) es responsable de proyectos de la Fundación Civio y autora del blog «El BOE nuestro de cada día«. De lunes a sábado, a las 7,30 de la mañana, todavía con el primer café en la mano, comienza a leer el Boletín Oficial del Estado. De media, la lectura le ocupa las tres o cuatro primeras horas del día. “Si llega la hora de comer, se trata de un BOE complicado”. Después de leerlo, algunos días publica tres entradas en el blog. Otros días, no sale nada. “Soy muy tiquismiquis con publicar temas si no son verdaderamente importantes. Cuando tengo dudas, prefiero no sacarlo. Intento ser cautelosa y no inflar las cosas”.

¿Cómo surgió El BOE nuestro de cada día?

En octubre de 2012, en el tercer ERE, salí de El Mundo.es, donde había trabajado ocho años. Me quedé en la calle y decidí, sobre todo por salud mental, que no quería dejar de contar historias. Busqué empleo sin mucho éxito y, como me gusta el periodismo político, pero no el de declaraciones de unos y otros, pensé que lo podía hacer sacando noticias del BOE. Empecé el blog, pensando, ignorante de mí, que el BOE era una cosa acotada y pequeña que podía controlar yo sola desde mi casa. Luego me di cuenta de que era mucho más complejo. He tenido que aprender mucho porque con el BOE vigilas a un país entero.

Gracias al blog, comencé a colaborar con medios como La Marea. En enero de 2013, me llamaron de Civio porque entendieron que encajaba perfectamente con su objetivo de explicar cómo funcionan las cosas de la Administración Pública.

¿El objetivo de Civio es controlar a la Administración?

Sobre todo exigir que se rindan cuentas. Por un lado, se trata de explicar cuestiones complejas de la Administración y traducir datos públicos. Por otra parte, exigir que haya más datos públicos y que la Administración responda a las preguntas que se le formulan. Los datos públicos son de todos y los pagamos entre todos. Al fin y al cabo, ellos trabajan para nosotros y no al revés. Tenemos derecho a saber con quién se reúnen los altos cargos, conocer los informes previos para elaborar una ley y no solo los aspectos económicos, que ahora tanto importan porque tenemos el bolsillo agujereado. Lo más importante es, por ejemplo, con quién se reúnen y qué informes tienen para reformar el mercado eléctrico, porque eso supone miles de millones de euros.

¿Cómo se financian los proyectos de Civio?

Hay tres vías. Una es el crowfunding, no solo por la aportación económica, que viene muy bien. En la primera fase de un proyecto, además, sirve para saber si resulta interesante para otros porque hay gente que está dispuesta a apoyarlo. No hay subvenciones para lo que nosotros hacemos porque no figura entre las prioridades de la Administración. Los premios internacionales también suponen una fuente de financiación. Y la consultoría, por supuesto.

Se habla mucho de periodismo de datos, pero me da la impresión de que en España no se emplea mucho.

Hay más gente hablando de periodismo de datos en cursos y conferencias que ejerciendo. Está de moda, pero es lo que se ha hecho siempre. Los periodistas económicos llevan muchos años leyendo las cuentas de empresas. Pero cuando se habla de periodismo de datos se piensa en grandes bases de datos y en la visualización de los resultados. En la Facultad se llamaba periodismo de precisión. La mayor diferencia es que ahora tenemos tecnología y antes no había.

¿Qué grado de transparencia tienen los medios de comunicación españoles?

Las subvenciones siempre se publican en algún sitio. El problema es la publicidad institucional, que suele ir por la puerta de atrás y no se publica cómo se reparte. Por eso es muy difícil saber si el reparto es justo y si se ha producido en función de la audiencia, porque en las cuentas de los medios no aparece desglosados los ingresos por publicidad institucional. En mi opinión, los medios deberían rendir cuentas como si fueran una parte más de la Administración. Los nuevos medios han aprendido esa lección. Algunos ya están publicando sus cuentas. Lo que dicen los periódicos ya no es sagrado y nadie va a pagar porque sí. Los nuevos medios saben que, para que la gente compre el periódico o se suscriba, deben enseñar las cuentas. Los medios más añejos no lo entienden todavía.

¿Qué es lo que menos te gusta de la prensa?

Dedicamos el 80% del esfuerzo a reflejar lo que ha dicho uno y otro, a replicar teletipos y a contar las mismas historias. En muy pocas ocasiones se invierte tiempo para hacer temas en profundidad por los que yo sí que estaría dispuesta a pagar. Cuarenta medios dirán que la oposición critica una ley, pero nadie se para a leerla. Perdemos mucho tiempo queriendo ser los más rápidos en la “ultima hora”, pero hemos olvidado la labor didáctica de explicar cosas complejas. Se fomenta a columnistas y tertulianos, porque resulta más barato, pero nadie explica nada. El periodismo de datos, igual que el periodismo de investigación y que cualquier periodismo que se quiera hacer con calma y en profundidad, es más caro que opinar o replicar lo que ha dicho otro.

¿Nos ha tocado vivir un mal momento para el periodismo?

Soy muy optimista. En mi opinión, es un excelente momento. Se están produciendo muchos cambios. Solo con la aparición de las nuevas cabeceras digitales o medios como El BOE nuestro de cada día, que hago yo sola en mi casa y que nunca había pensado que pudiera tener tanta repercusión, se muestra que no se necesita una cabecera grande para llegar a la gente. Es un momento de oportunidad y de cambio.  Hace unos años, quién iba a pensar que una chica que tiene un blog en su casa podía salir citada como  fuente en un periódico .

Las cabeceras nuevas se citan entre ellas. Hay mucho más compañerismo. En los nuevos medios hay un sentimiento que si tú has hecho esto y lo has hecho bien, para qué voy a volver a hacerlo yo. Para eso es  mejor citar o republicar.

¿Qué compensaciones te aporta el blog?

Disfrutó mucho explicando cosas como la reforma del sector eléctrico. Hemos tenido pequeños logros. El último:  la Comunidad de Madrid ha cambiado unos pliegos de un concurso de publicidad institucional porque eran ilegales.

Gallardón creó en el Ministerio un archivo con la afiliación sindical de los funcionarios que no tenía ningún sentido. Lo denunciamos y lo corrigieron. Son pequeños resultados, pero te animan porque te das cuenta de que merece la pena seguir trabajando.

Fernando González Urbaneja: “Los periodistas han dejado de ser los intermediarios exclusivos de la información”

Fernando González UrbanejaNo resulta fácil resumir una biografía tan extensa como la de Fernando González Urbaneja (Burgos, 1950). Ha trabajado en el diario Madrid, agencia Logos, El País, semanario Doblón, Cambio 16, Antena 3 TV, Antena 3 Radio, Cinco Días (del que fue director), Diario 16 y Onda Cero, entre otros medios. Presidió la Asociación de la Prensa de Madrid y la FAPE y ha impartido clases de periodismo en la universidad. Ha sido columnista en ABC y 20Minutos, colabora en Republica.com desde 2010, participa en tertulias de radio y televisión, dirige la revista Consejeros y TheCorner.eu, que se publica en inglés, y forma parte de la comisión de deontología de la FAPE.

González Urbaneja, acaba de terminar un análisis de alrededor de 80 páginas sobre “Los medios frente a la crisis”, que publicará en diciembre la Fundación Encuentro en su informe anual.

¿Cómo ha cambiado Internet el ejercicio del periodismo?

Con Internet, los periodistas han dejado de ser los intermediarios exclusivos de la información. La opinión se forma ahora de muchas maneras, por ejemplo, a través de las redes sociales. Sucede lo mismo que cuando acaban los monopolios de otras profesiones, se abren nuevas oportunidades. El valor del periodista está en su propio trabajo, no en disfrutar de un estanco (“Siempre que hay un monopolio, se piensa en un estanco”, bromea). Si lo que pasa en la ciudad no es relevante hasta que aparece en el periódico local, eso es disponer de un estanco de información. Pero si las noticias de la ciudad llegan a la gente por varios cauces, el periódico tiene que ser el mejor para que a la gente le interese.

¿Las “marcas”, que antes se conocían como cabeceras, han dejado de ser influyentes?

Las marcas están deterioradas porque se han despistado de su función y se dedican a otros negocios. Los medios se han sustentado en grandes periodistas y ahora lo hacen en gestores, que no conocen la naturaleza de la profesión, del negocio. Con el agravante de que, como les fascinan las noticias, los titulares, acaban visitando a la vicepresidenta de turno para que les haga favores. Y ese tráfico de favores luego se notan en los contenidos.

En el informe dices que “las sedes de los partidos se han convertido en lugar de trabajo de los periodistas que acuden cada mañana para ver qué hay. Y en esas sedes los estrategas de la propaganda preparan el material, filtraciones…”. ¿Hay más personas dedicadas a influir que periodistas que se dedican a cubrir las informaciones?

Sí, y también hay gente que se aprovecha de la información, que utilizan el “me han dicho que vas a publicar”, porque se enteran de que va a salir un tema. Quien sabe lo que van a publicar los medios tiene una palanca de poder, y trata de comerciar diciendo que lo que iba a salir era algo terrible y lo que luego ha salido publicado es mejor gracias a su intervención. No suele ser cierto, o no del todo, pero hay gente cobra por ese tráfico insidioso y a veces inventado o manipulado.

Por otra parte, estamos en el fuego cruzado entre unos y otros. En el PP hay fuego cruzado entre la señora Cospedal y la señora Santamaría, que preparan la sucesión de Rajoy. Cada cual tiene sus procedimientos de filtración, como el PSOE tiene los suyos. Y cada uno periodistas favoritos, porque suelen ser periodistas más que medios, los que intervienen y los que nunca cuentan el origen de la información.

¿Por qué resulta tan difícil explicar lo relevante?

Explicar a la gente lo que ocurre es cada día más difícil porque las cosas son complejas y requieren periodistas preparados para hacerlo. Por ejemplo, en el análisis de la crisis el periodismo debería haber sido más crítico, menos procíclico. La cercanía a los políticos facilita la captura del informador. Y además se cofunde la realidad y la actualidad. Cuando crees que lo actual es lo real, puedes perder enfoque. A mí me interesa mucho más la realidad, pero la actualidad tiene atractivo.

Da la impresión de que cada vez la realidad entra menos en las redacciones.

Los periodistas que deciden las portadas tienden a estar encerrados en las redacciones o en comidas con gente del circuito, lejos del ciudadano. Incluso creen que estos no se enteran de las noticias hasta que ellos no las cuentan. El problema es que pisan poca calle, poca realidad.

José Yoldi: «Cuando consigues una exclusiva, creas un problema al jefe»

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José Yoldi. Foto: Moeh Atitar.

 

José Yoldi (San Sebastián, 1954) trabajó seis años en la agencia Europa Press y casi treinta en El País, donde fue corresponsal de Interior y miembro del Equipo de Investigación. Considerado como uno de los especialistas más reconocidos en temas jurídicos y de tribunales, en su trayectoria profesional ha conseguido un gran número de exclusivas. En 2012, Yoldi denunció que Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, cargaba sus gastos particulares de los fines de semana a los presupuestos del organismo. Por ese trabajo, Divar se vio obligado a renunciar a sus cargos y Yoldi, en enero de 2013, recibió el premio Víctor de la Serna al periodista  más destacado en 2012. A finales del mismo año, el periódico El País decidió prescindir de sus servicios.

En septiembre, publicó Peor habría sido tener que trabajar (Libros.com), un libro de anécdotas donde repasa una gran parte de su trayectoria profesional. El próximo día 13 presentará, junto a Baltasar Garzón, El enigma Kungsholm, su primera novela, que edita Mong.

 

peor-habria-sido-tener-que-trabajar¿Por qué decidiste escribir un libro de anécdotas periodísticas?

Cuando me echaron de El País, se me acercó un chico de 25 años y me propuso hacer un libro para su editorial. Pensé que mi hijo entonces tenía 27 años y que también me gustaría que alguien le ayudara. Así que decidí echarle una mano en el momento en que empezaba. Yo estaba en una situación delicada, pero le prometí que si un día escribía de eso lo haría para su editorial. Un año después, me volvió a llamar y me propuso algo breve porque iba a ser un proyecto con más gente, pero llegada la hora de entregar el original solo lo había terminado yo. El crowdfunding funcionó y ha salido el libro. Lo he escrito sin ningún afán de revancha. Por el contrario, he pretendido en todo momento que fuera algo amable e, incluso, divertido. Cuento cosas que pasan en los periódicos. Por ejemplo, la gente piensa que una exclusiva es un logro profesional para el periodista, pero no siempre es así. Cuando consigues una exclusiva para el periódico, creas un problema al jefe.

¿Cómo surgió lo de escribir una novela?

El Enigma Kungsholm_PortadaCuando estaba viendo cómo seguía trabajando, me surgieron ofertas de algunas editoriales para escribir un libro. Querían ensayos sesudos de por dónde va la justicia o un reportaje amplio sobre algún caso completo para novelar. Ninguna propuesta me hacía feliz. Una seguidora del blog me animaba a que escribiera una novela. En la playa de San Sebastián, mientras miraba si  una ola subía un centímetro más que otra, me acordé de un caso que no salió en El País y del que guardaba un par de páginas. Empecé a darle vueltas al tema. Quería saber cómo era el principio y cómo el final. Comencé a escribir la novela y, aunque en el caso real no había muertos, en la página tres decidí que me cargaba a un tío. Me he divertido mucho escribiendo un thriller judicial. A los personajes les he puesto nombres de vecinos y de personas reales que conozco. La protagonista es una periodista de investigación de un diario de referencia en Madrid que se llama La Crónica. En la novela se puede conocer cómo se desarrolla la vida en un periódico.

¿Hace frío fuera de El País?

Sí, hace mucho frío. Los sueldos del periódico eran muy buenos. Al salir, el problema es que nadie contrata con Seguridad Social y si alguien lo hace es con un contrato muy desesperante. Te llegan muchas ofertas que, como dice un compañero, te ponen la cadena y la bola de presidiario por 1.500 euros al mes. Además, no te puedes quejar porque los que empiezan cobran menos de 1.000 euros. Por suerte, mi situación económica me permite no tener necesidad de eso y, además, hay que dejar paso a los jóvenes. Pero tenía una cierta responsabilidad con mi mujer, que insistía en que tenía que mantener la neurona activa. Como ha visto que con esto de las novelas soy un tío feliz, pues ya está resuelto. Estoy empezando a escribir la segunda novela, así que no tengo tiempo de aburrirme.

También escribes en un blog.

Creo que lo voy a dejar porque se ha ido Gallardón que era el que me tenía en pie de guerra, por decirlo de alguna manera. Es un hombre que puso de acuerdo a toda la sociedad en su contra en los cien primeros días de mandato… Me pasa como a los humoristas que lloraban cuando Aznar salió del Gobierno porque hacía tantas barbaridades que lo tenían chupado con él. Gallardón, en la etapa de ministro, ha dado cantidad de portadas con sus decisiones. La ley del aborto ha sido el chocolate del loro. La ley de tasas puso en su contra a todos los abogados y la reforma del Poder Judicial convirtió al Consejo en un chiringuito de su ministerio. El nuevo (Rafael Catalá) es, como dicen algunos jueces de determinados colegas, un “nomefo” (no meterse en follones).

La forma de ejercer el periodismo ha cambiado mucho en los últimos años. ¿Ahora es más difícil conseguir exclusivas que antes?

Antes no había gabinetes de prensa ni nada por el estilo. A los periodistas les han enseñado a que lo que hay que hacer bien es el carril. El mensaje que llega es que si sacas exclusivas, te pueden echar. Hay que tener cuidado si tus exclusivas van en contra de lo que les gustaría a alguna de las fuentes de tus jefes o si te metes con alguien que se sienta en un consejo de administración con tu presidente o con tu consejero delegado… Hay que esperar a que el gabinete de prensa proporcione la información. Ya no se va a hablar con el fiscal, el juez o con determinados abogados. Ahora lo que se espera es que el gabinete de prensa te proporcione el papel. Y lo que no sea el papel, resulta muy cansado. Los gabinetes de la Audiencia Nacional, el del Supremo y el del Consejo del Poder Judicial funcionan muy bien. Tú preguntas lo que sea y ellos, al cabo del rato, te dan el papel. Así ya has satisfecho las inquietudes de tu jefe.

Una de tus máximas, cuando las cosas no están claras, es hacer periodismo en caso de duda.

Lo he repetido siempre: en caso de duda, haz periodismo.. No te compliques. Fulanito dice esto, Menganito dice esto otro y tú, si puedes, analiza el tema y di por qué te convence más uno que otro. El objetivo del periódico no es la equidistancia. Mucha gente piensa que consiste en escribir lo que dice el PP y lo que dice el PSOE. Lo que tienes que buscar es la verdad. Hay que poner lo que dicen todos, pero tú debes expresar qué parte de la versión es más creíble.

Eduardo Suárez, ganador del premio de periodismo García Márquez: «Me parece extraño que no me haya felicitado el director del periódico»

Eduardo Suárez en la entrega de los premios de periodismo García Márquez. Medellín, octubre, 2014.

Eduardo Suárez en la entrega de los premios de periodismo García Márquez. Medellín, octubre, 2014. Foto: Jorge Porras.

Eduardo Suárez (León, 1979) recibió en Medellín, Colombia, el premio García Márquez de Periodismo el mismo día que el diario El Mundo publicó su último artículo. Después de 14 años, el periodista se acogió a un plan de salidas voluntarias del periódico. Conversamos en Madrid poco después de que llegara de Medellín con un teclado –como el de los Mac de sobremesa, pero más pesado porque está realizado en bronce– que acredita el premio y 15.000 dólares.

Suárez obtuvo el galardón que concede la FNPI en la categoría de texto por un reportaje que realizó en Alaska 25 años después de la catástrofe ecológica del Exxon Valdez. María Ramírez (hija de Pedro J.), su esposa y compañera de trabajo, asiste a la conversación e interviene solo para matizar algún dato. Ambos han dejado El Mundo y están pensando en cómo trasladar sus libros desde Bruselas (el último destino como corresponsales) a Madrid.

En la conversación, evita utilizar el nombre de Casimiro García-Abadillo, director de El Mundo, a quien se refiere como “el actual director del periódico”.

Se te ve feliz con el premio.

Sí, mucho. Ha sido muy especial y más por las circunstancias. Es un estímulo en un momento en el que me voy del periódico, después de unos meses difíciles y con una relación bastante mala con el director actual de El Mundo. También es un reconocimiento a la gente que sigue en el periódico, donde hay muy buenos reporteros como Alberto Rojas, Gonzalo Suárez y mucha otra gente, que hacen buenas historias y que deberían tener más espacio y más tiempo para trabajar en ellas.

¿Cuánto tiempo dedicaste al reportaje?

En el terreno, cinco días. Estuve de lunes a viernes en Alaska y después pasé escribiendo otra semana en Nueva York. El proceso fue más largo porque antes hablé con mucha gente y me informé. Pero, para reportear y escribir, unas dos semanas.

¿El texto era muy largo para publicarlo en un periódico de papel?

La versión para el papel tenía 15.000 caracteres, que es larga para un periódico. Pero, en realidad, escribí 50.000, que es la versión completa que presenté para el premio y que publiqué en formato ebook en Amazon. La paradoja es que nadie me pidió que escribiera el artículo que ha ganado el premio García Márquez. Lo escribí porque entendía que había mimbres para redactar una historia larga. Es algo que antes no había hecho. Para el papel, hice un resumen. Pero el papel pronto solo se encontrará en alguna hemeroteca y en casa de mi padre, que lo tiene guardado. Pensé que la versión digital completa y el ebook era para siempre.

Premiados García Márquez

Eduardo Suárez con otros premiados y, a la izquierda, Jaime Abello, director general de la FNPI. Foto: Jorge Porras

Has sido el primer español que ha ganado el premio de la FNPI.

Era el único finalista español de todas las categorías y con el único tema que no tenía que ver con América Latina. Tenía muchas dudas porque los otros dos trabajos finalistas eran muy buenos. Me gustó que destacaran que el reportaje es un texto muy periodístico y no tan literario como otros. Para mí es un elogio porque creo que en España nos sobra poesía y nos falta periodismo y reporteo.

¿El festival de Medellín sirve como antídoto para el desánimo que cunde entre los periodistas españoles?

Claro, llegas a un sitio donde la economía está creciendo y el periodismo tiene cómo financiarse. Además, hablas con gente con mucho talento y conoces los detalles de proyectos como Radio Ambulante, donde están haciendo cosas muy interesantes con poco dinero y bastante éxito. O La Silla Vacía, que está compitiendo con medios grandes en Colombia. Con respecto a los cronistas, he visto a mucha gente con talento literario que son buenos reporteros a la vez. En España, los grandes periódicos pondrían a esos reporteros a hacer una columna y contar sus opiniones. Allí, por el contrario, hacen reportajes.

¿Hay un exceso de columnistas?

En España, la columna es un género sobrevalorado. Ojalá sucediera lo mismo que en América Latina, donde gente como, por ejemplo, Manuel Jabois se dedicara más al reportaje y menos a la columna. Es casi un cáncer que hace que un periodista que tenga cierto talento termine de columnista. Como le sucede a Enric González, un gran reportero, pero últimamente solo leemos columnas suyas. Deberíamos valorar más las buenas historias. Y para eso necesitamos a grandes profesionales para contarlas. En el panorama mediático español se trabaja en la historia que mañana van a dar todos los demás y se apuesta poco por historias propias. Las historias si son buenas, son eternas y se pueden leer mucho tiempo después. Si dedicas recursos y un espacio de 3.000 caracteres a una rueda de prensa de Rajoy, pasados dos días es una información obsoleta que no interesa a nadie.

Tiempos revueltos: desde el mes de junio, os han suspendido de sueldo durante 20 días, cambiasteis de la corresponsalía de Nueva York a Bruselas y pocos días después os acogisteis a un plan de bajas incentivadas.

No entendimos que el nuevo director dijera que nos fuéramos de Nueva York. Nos pareció una decisión incomprensible. Todo el ‘feedback’ que tenemos tanto de personas de fuera como de dentro del periódico es que estábamos haciendo un buen trabajo. La persona a quien sustituimos había estado diecisiete años y nosotros llevábamos solo dos años y medio. No lo entendimos. Escuchas muchas tonterías. Nosotros no estábamos en Nueva York de vacaciones, porque hay muchos rascacielos o porque nos encanta ir al teatro, ni nada por el estilo, sino porque es el país más maravilloso del mundo para ser reportero. La gente te abre su puerta, su corazón, te cuentan un montón de historias. La política americana es apasionante. Es el país donde lo están descubriendo todo en ciencia y tecnología, donde saben cómo va a ser el mundo dentro de 20 años. Es un regalo para un reportero estar ahí. Nos dimos cuenta desde el minuto uno de que el cambio de corresponsalía era una decisión extra periodística que no tenía nada que ver con nuestro trabajo. Eso comenzó en febrero. Lo de junio: vimos que Ana Romero, una compañera que era corresponsal en la Casa Real, firmaba todos sus trabajos y en un día tan importante como el de la abdicación del Rey su crónica salía sin firmar. Hablamos con ella y nos confirmó que quiso publicar una historia en el periódico y no pudo. Nos preocupó mucho porque somos periodistas y creemos que tenemos que defender la libertad de expresión y la capacidad de poder informar. Pensamos que no íbamos a ser los únicos que defendiéramos a Ana, pero después de apoyarla en Twitter, miramos hacia atrás y vimos que no había nadie más. A raíz de eso, el periódico nos sancionó. Nadie nos llamó antes. El director tomó la decisión, inédita en la prensa española y creo que en la mundial, de sancionar a un periodista por dar una opinión en público. Sufrimos muchísimo. Lo del sueldo es lo de menos. Ninguno de los dos somos ricos, pero no nos íbamos a morir de hambre. Vimos reacciones que no nos gustaron, no solo del director del periódico. Durante el verano lo estuvimos meditando. Surgieron las bajas incentivadas. Nos costó tomar la decisión porque era nuestro periódico. María estuvo 15 años y yo, 14. Empecé en el diario cuando aún no había terminado la carrera. Primero en Opinión, editando obituarios y cartas al director. Después, escribiendo editoriales. Luego de corresponsal en Londres y, más tarde, en Nueva York. El Mundo es mi periódico a pesar de que esté al frente quien está ahora.

Y en El Mundo se publicó el trabajo de Alaska que ha ganado el premio.

Sí, por cierto, me parece llamativo y extraño que no me haya felicitado el director del periódico que publicó el artículo que ha ganado el premio García Márquez. Porque, al final, es el periódico quien ha hecho posible que se consiguiera porque dijeron que sí al reportaje, pagaron el viaje, que no era barato, y publicaron la historia. Me siento agradecido al periódico y al actual director, porque fue quien dio la aprobación. Pero no entiendo el silencio ni la ocultación del premio en las páginas del periódico. Es una reacción un poco infantil, además de perder una oportunidad porque también es un premio para el periódico, para Agustín Pery, que es el subdirector que me envió allí y para toda la gente de especiales que me ayudaron a plasmarlo con sus vídeos, sus fotos…

¿Qué echas de menos en el periodismo español?

Me gustaría que hubiera más sitios donde poder leer más historias como la del premio. En mi opinión, los dos grandes periódicos están en un mal momento. Ninguno de los dos directores de grandes medios están apostando mucho por internet. Eso genera un hueco para un gran proyecto digital en español que publique historias bien contadas y que haga buena información del día a día. Hace falta explicar más. Una de las lecciones clave del periodismo anglosajón es explicar todo, explicarlo bien y no dar nada por supuesto. En los medios españoles se dan muchas cosas por supuestas. Y la gente se pierde con la información. Hay que recordar que la principal tarea del día de la gente no es leer el periódico.

Después de desmontar el piso de Bruselas, ¿qué tenéis pensado hacer?

De momento estamos en el corto plazo: firmar papeles, finiquito… Tenemos alguna oferta… Estamos escribiendo con María un libro sobre Marco Rubio para la editorial Debate. Rubio es un senador republicano, muy hábil e interesante que llegó de la nada. Fue el primero de su familia que llegó a la universidad. El libro saldrá en 2015.